Edgardo Llano, el gremialista que amenazó con escrachar en vuelo a los senadores que voten a favor de la Ley Bases, comenzó hace cuatro décadas su labor en Aerolíneas como personal de atención del free shop, pero lleva largo tiempo fuera de su lugar de trabajo original: desde fines de los '90 ya era Secretario Adjunto de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) y desde 2004 es su Secretario General.
"Hay que hacerle sentir presión a los senadores. A los compañeros que lo están haciendo también en el interior. Le pedimos a los compañeros de Ezeiza y de Aeroparque que hagan lo mismo. Vamos a explicarle a los pasajeros con quien están viajando cada vez que viaje un senador de estos, que está traicionando los mandatos populares", dijo Llano en confrerencia de prensa en Aeroparque, tras la "asamblea informativa" de este lunes que paralizó los vuelos entre las 8 y las 11.
El llamado a "escrache" del sindicalista fue repudiado por Aerolíneas Argentinas que, a través de un comunicado, dijo que "no puede haber dudas sobre el profesionalismo y el compromiso del personal de Aerolíneas Argentinas con la seguridad en tierra y vuelo".
Incondicional de Cristina Kirchner, número dos de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y vicepresidente de la Federación Internacional del Transporte (ITF), Llano no pertenece a la agrupación La Cámpora (les lleva entre 10 y 15 años a sus dirigentes más veteranos) pero sí tiene contacto directo con el senador camporista Mariano Recalde, ex presidente de Aerolíneas.
A sus 64 años, Llano está a un paso de la edad jubilatoria como empleado de Aerolíneas, pero en 2022 renovó su mandato como secretario general de APA hasta 2026. Se formó al lado de Ariel y Fabio Basteiro (Ariel Basteiro, su antecesor al frente de APA, estaba a cargo del mostrador de atención del VIP de Aerolíneas), quienes en lo gremial a su vez estaban más vinculados al socialismo de Víctor De Gennaro que al gremialismo tradicional peronista. De ahí el encuadramiento de APA con la CTA y no con la CGT, si bien Llano siempre se mostró muy activo dentro del peronismo.
El gremio APA es el más numeroso de la más de una decena de gremios aeronáuticos que hay en la Argentina. En APA están encuadrados los más de 5.000 de los 12.000 trabajadores de Aerolíneas que no son personal de cabina (pilotos y tripulantes de a bordo) ni técnicos aeronáuticos: van desde maleteros, administrativos hasta personal de atención al mostrador.
La otra empresa clave donde APA tiene injerencia es Intercargo: se trata de otra empresa del Estado que tiene a su cargo los servicios de rampas de todas las aerolíneas extranjeras que aterrizan en Ezeiza, de varias de las aerolíneas que operan en Aeroparque y en casi todos los aeropuertos del Interior. El 85% de los empleados de Intercargo son afiliados de APA.
De esa manera, los resortes que maneja Llano, si bien no llegan hasta la cabina del avión donde ahora prometió "escrachar" a los senadores que voten la Ley Bases, le alcanzar para saber con todo detalle quiénes embarcan en cada vuelo.
¿Por qué se oponen los gremios a la Ley Bases? Porque incluye la privatización de un puñado de empresas públicas, muchas menos que en la versión inicial que el presidente Javier Milei retiró del Congreso. Pero ese listado, aun menguado, incluye a Aerolíneas al tope de la lista.
La incesante demanda de fondos públicos de Aerolíneas al Estado desde su reestatización en 2008, por el equivalente a más de 8.000 millones de dólares, está ahora en suspenso: el DNU 70, en este momento vigente excepto en su capítulo laboral, suspendió los artículos de las leyes sancionadas en 2012 que obligan al Estado a subsidiar a Aerolíneas.
El DNU va incluso más allá de la línea de bandera, ya que le quita protección legal frente a sus competidores del exterior: a través de la derogación de la Ley 19.030, habilita la llegada de competidores extranjeros para operar en el mercado de cabotaje local, con aviones y tripulaciones de otros países.
A pesar de que ese marco legal está atado a un DNU y no una ley del Congreso, el gobierno de Milei ya dio pasos para su concreción: firmó acuerdos de reciprocidad con Chile y Ecuador para que las aerolíneas de ambos países puedan compartir políticas de "cielos abiertos" en sus mercados internos.
Pese a esos acuerdos, hasta el momento no hay noticias de ninguna aerolínea en concreto que haya iniciado trámites para volar en el menguado (por la devaluación) mercado de cabotaje argentino.
Aun así, los gremios aeronáuticos están en pie de guerra: a la asamblea de este lunes le suman la adhesión total al paro de la CGT de este jueves, por el cual todas las aerolíneas extranjeras con vuelos ese día están haciendo reprogramaciones o directamente cancelaciones.
A eso se suma el llamado de los denominados "Sindicatos Aeronáuticos Unidos", del cual APA es una pata crucial, para movilizarse al Congreso el día que el Senado trate la Ley Bases. Y ahora, este llamado de Llano "a movilizar al Senado para impedir que se vote", según sus propias palabras.
Rato después desde Aerolíneas Argentinas, la empresa de la cual Llano sigue siendo empleado, rechazó sus expresiones por Twiter. "Aerolíneas manifiesta su más enérgico repudio a las declaraciones realizadas por el secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico, Edgardo Llano, en las que incitó a escrachar a pasajeros de la compañía. Cualquier tipo de manifestación pública que pueda alentar a la violencia contra otras personas por opinar distinto, sean funcionarios públicos, o cualquier ciudadano, es inadmisible y escapa a los valores de la democracia".
Agregó la empresa que hoy preside Fabián Lombardo: "No puede haber dudas sobre el profesionalismo y el compromiso del personal de Aerolíneas Argentinas con la seguridad en tierra y vuelo. Acciones de este tipo son contrarias a estos principios y solo dañarán la imagen de la compañía y de nuestros trabajadores".
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