En River vuelan de la bronca por el arbitraje de Anderson Daronco. Y no es para menos. El brasileño debió haber expulsado a dos futbolistas de Nacional de Montevideo en el duelo del martes a la noche en Uruguay por la Copa Libertadores cuando en el segundo tiempo se armó una tangana en el campo de juego tras el planchazo de Leandro Lozano a Rodrigo Aliendro. El Millonario ganaba 2-0 en ese momento y el encuentro terminó igualado 2 a 2.
Según pudo conocerse en las últimas horas, a Daronco le darán una sanción desde Conmebol y puede que esté varias jornadas sin dirigir partidos continentales. Es que el árbitro no solo cometió un grosero error al amonestar a Lozano, sino que lo ratificó luego de ser llamado por el VAR y ver las imágenes a través de la pantalla, en las que se incluyó un golpe de puño de Franco Romero a Paulo Díaz, que también debió ser castigado con una roja y no con amarilla.
Desde el VAR, a cargo de Wagner Reway, actuaron conforme al protocolo habitual. Y de acuerdo a los audios difundidos, intentaron remarcar la "intensidad" de la acción de Lozano y que en su entrada se impulsa saltando por encima de la pelota, convirtiendo su intento en algo más que una disputa limpia. Pero Daronco no entró en razón.
Ahora, más allá del pésimo arbitraje del brasileño, ¿cómo queda parado River ante esta situación, en la que claramente fue perjudicado? ¿Se bajó la guardia en Núñez? ¿Alcanza con las quejas que esbozaron Martín Demichelis y Miguel Borja?
“No suelo hablar de los árbitros, pero hoy con las imágenes se dejó todo en evidencia. En primer lugar, por suerte no fracturaron a Rodrigo Aliendro. Y después al jugador que amonestaron después (por Romero) no merecía seguir en el campo por su actitud antideportiva”, se quejó Demichelis. Y agregó: “En los primeros 10, 15 minutos del segundo tiempo se premió no jugar al fútbol”.
Otro que puso el grito en el cielo fue Miguel Borja, autor del 1-0 parcial, que conoce al brasileño de su paso por el Palmeiras. "Hay una jugada que para mí marca el juego en el segundo tiempo que era roja. Yo no entiendo cómo un árbitro de estos, con más de 500 partidos, le cuesta sacar una roja. Si te llaman del VAR, no es por una amarilla. Si te llaman es por una roja, no te puede pesar sacar una roja. Yo pienso que eso influyó mucho", planteó el colombiano.
Y arremetió, con la sangre todavía caliente: "La falta contra Aliendro no es una agresión directa, por ahí va con la intención de hacerle daño y podría haber castigado eso. La piña que le pega (Romero) a Paulo (Díaz)... yo creo que cuando te llaman del VAR hay que saber interpretar el tema del VAR, sino van a estar llamando todo el tiempo por una amarilla y hasta donde tengo entendido si te llaman es por una roja. Entonces yo no sé si el árbitro con más de 500 partidos, porque yo lo conozco de Brasil, y por qué le cuesta tanto sacar una roja. Si es roja, es roja, hermano".
La postura del colombiano fue la más contundente. No hubo otras frases altisonantes, en un momento donde tal vez lo mejor hubiese sido escupir la bronca que había generado el escandaloso arbitraje. Franco Armani, capitán, por su parte, eligió no polemizar. “No me gusta hablar de los árbitros”. Es saludable esa actitud, sobre todo en un fútbol en el que todos se quejan de todo. Ahora, ¿es conveniente hacerlo también cuando se siente que se está ante una injusticia?
Ante una situación similar, aunque con un resultado peor, ya que River terminó eliminado, luego de la derrota con Lanús en la semifinal de 2017, en la que el conjunto Millonario fue perjudicado, Marcelo Gallardo separó los canales de la autocrítica futbolística y de los cuestionamientos arbitrales.
El Muñeco, en aquel entonces, de la actuación de los árbitros, dijo: “Esta derrota es difícil de digerir. Prefiero que se siga equivocando el árbitro, pero no que se equivoquen siete jueces. No se entiende cómo va a funcionar el VAR para los dos equipos o si va a funcionar para uno solo dependiendo de cómo esté el resultado", arrancó el Muñeco. Y siguió: "Hubo un penal, una jugada clara de gol en la que a Scocco le hacen un foul que para mí es expulsión, porque ya había gambeteado al arquero, y apenas sacan una amarilla... Después, antes del tercer gol, la agresión a Rojas sobre la línea lateral, que podrían haberle avisado al árbitro de que la revisara. Es decir que todas las explicaciones que nos dieron en todo este tiempo sobre el VAR, semejante inversión para que el fútbol tenga más justicia no se dio".
Un par de meses después, en una pretemporada en Estados Unidos, Gallardo afirmó que River tenía que tener “la guardia alta”. Y aquella frase célebre lo acompañaría hasta el final de su mandato. El después explicaría que no tenía que ver puntualmente con los arbitrajes, sino con una actitud de vida y también como un mensaje hacia adentro del club. “A estar alerta porque no podés caminar mirando para abajo”, afirmó. Y añadió: “Nosotros en River no nos podemos relajar, hay que estar despiertos, alertas y empujando”.
¿Será eso que marcaba Gallardo lo que a River le está faltando ahora? Evidentemente, tendrá que volver a levantar la guardia…
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