“Estamos interesados en completar la Corte”. José Mayans, jefe de uno de los dos bloques de Unión por la Patria, dejó abierto el escenario para una negociación con el Gobierno pocas horas después de conocerse que Javier Milei enviará los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla al Senado. El formoseño puso como único reparo, y lo atribuyó a las mujeres de la bancada, que se trate de dos hombres por lo que, en caso de prosperar la propuesta, el máximo tribunal continuaría sin representación femenina.
Lijo tiene relación con el círculo cercano de Cristina Kirchner y con gobernadores peronistas, entre ellos el formoseño Gildo Insfrán. Mayans aseguró públicamente, como también lo hicieron otros referentes de Unión por la Patria en el Senado en privado, que se enteró de las dos postulaciones por los medios. Un modo de aclarar que al menos los legisladores peronistas no participaron de las conversaciones.
Fue uno de los puntos para tomar distancia -el otro la cuestión de género-, aunque no hubo expresiones de rechazo en un tema tan delicado, a diferencia de las que se acumularon de inmediato desde el kirchnerismo con el mega DNU o la ley ómnibus. En ese sentido en este caso quedó reflejado el contraste con la Coalición Cívica, sin bancas en el Senado, el espacio que cuestionó de manera más sonora la designación de Lijo.
“Estamos interesados en completar la Corte y en que opinemos y veamos también las personas que puedan no generar reacción u oposición. Que sea una garantía en el sentido de que no va a haber persecuciones de ningún tipo ni va a hacer caso omiso con temas que sean inconstitucionales”, dijo Mayans a FM Milenium, y apuntó contra la conformación actual del tribunal, en especial a la mayoría conformada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda.
“Esta Corte se ha arrogado el derecho legislativo de resucitar una ley que estaba muerta. La Corte no puede hacer eso”, aseguró sobre el fallo por el Consejo de la Magistratura, y marcó que Ricardo Lorenzetti no suscribió esa decisión. “Necesitamos una Corte que respete la Constitución. La Corte actual se está demorando con el DNU, tendría que haber dicho en forma inmediata que el Presidente eso no lo puede hacer”, agregó.
Para aprobar los pliegos de los jueces del máximo tribunal se requiere una mayoría calificada de dos tercios de los senadores, por lo que no prosperará ningún candidato sin el aval de al menos una parte de Unión por la Patria: entre los dos bloques reúne 33 legisladores sobre 72 totales. El Gobierno propuso a Lijo para ocupar el lugar vacante de Elena Highton de Nolasco y a García-Mansilla para reemplazar a Maqueda, que cumplirá 75 años en diciembre.
Mayans evitó dar su posición personal sobre Lijo y García Mansilla. “Hay una disconformidad muy fuerte en el sector de las mujeres”, planteó, y se mostró predispuesto a explorar un acuerdo con el oficialismo: “A nosotros nadie nos consultó nada. Nos pusieron el nombre y a otra cosa. Tienen que abrir un esquema de negociación que sea prudente, con el que que se pueda realmente conversar y llegar a un acuerdo”.
Otros referentes de Unión por la Patria transmitieron una postura similar. Este jueves hubo una reunión en las oficinas del bloque del Senado, no de los 33 sino de los integrantes de la comisión de Acuerdos que había sesionado y otros que estaban en Buenos Aires.
“Es un tema del Poder Ejecutivo, no consultaron con ningún bloque. Que nos digan qué quieren y veremos”, dijo a Clarín una espada parlamentaria referenciada en Cristina Kirchner. Otro legislador encima de los temas judiciales, habitual miembro de las comisiones del área, admitió que Lijo no cae mal en Unión por la Patria: “Hay peores, también hay mejores. Al menos lo conocemos, pero prefiero no opinar por ahora”.
Desde otro sector del kirchnerismo dejaron el panorama abierto, con interrogantes. “Está dividido. Algunos ven a Lijo con simpatía, creyendo que por una vez Lorenzetti va a cumplir su palabra. Para otros es un delincuente que en un tiempo, aunque haya acuerdo, se vuelve en contra”, remitieron al vínculo del juez federal con el ex titular de la Corte. A García-Mansilla lo consideraron “desagradable” por su perfil conservador vinculado al Opus Dei, aunque en caso de prosperar la negociación se trataría del candidato del Gobierno.
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