La tendencia se mantiene y alienta una discusión hasta ahora reservada, arropada por un manto de corrección política. El número de estudiantes extranjeros que se inscribieron en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) aumentó un 52% en 2024 con relación al año anterior. Y en la Facultad de Medicina, uno de cada cuatro alumnos (el 25%) que cursan la carrera nacieron fuera del país.
En las cursadas que comenzaron en febrero en el centenario edificio de calle 60 y 120 de la capital bonaerense, están anotados 3.650 jóvenes con documento emitido por otra nación que aspiran a graduarse de médicos, obstetras, nutricionistas o enfermeros universitarios.
Entre noviembre y diciembre de 2023 estuvo abierta la inscripción en Medicina de La Plata. El registro oficial marcó 9.715 ingresantes. Los foráneos representan el 37% del total. El año pasado el número de anotados totales fue 6.750 y quienes cruzaron la frontera fueron 2.778 (más del 40%).
Otra vez, como hace 12 meses, la colectividad que encabeza el ranking es la ecuatoriana con 1.786 matriculados. Es decir, casi la mitad de los estudiantes extranjeros llegan desde ese país centroamericano. Lo siguen los llegados desde Perú (542); Brasil (477); Colombia (448) y Chile (258).
Medicina tiene la mayor concentración de inscriptos foráneos de la UNLP y no es un dato novedoso. También es la que más convoca en toda la universidad platense, que inscribió a 45.000 chicos.
Hubo un fuerte aumento en 2024 con relación a 2023 en la inscripción que las autoridades no tienen claro a qué factores atribuir. Hace un año habían entrado 31.000 ingresantes. Pero un dato se mantiene: de acuerdo con un informe estadístico al que accedió Clarín, por lo menos desde hace cuatro años, el 13% de los anotados cruzan las fronteras para buscar formación profesional en esta casa de estudios.
La atracción de la medicina argentina para los jóvenes de otras nacionalidades no es exclusiva de la universidad platense. La UBA informó que el total de alumnos que cursan en Medicina es de 65.417 a diciembre de 2023. De ese universo, 14.810 tiene documentación expedida por otro Estado. O sea, el 22%. Por encima del 20% también está la matrícula de esa facultad en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
“En esta casa siempre cobijamos a los extranjeros. La interacción con otras culturas mejora la calidad educativa. La presencia de estos jóvenes no altera en absoluto el normal desarrollo de las clases”, dijo a Clarín el profesor Eduardo Mansilla, a cargo de una de las cátedras de Clínica de La Plata.
Hay coincidencia en los motivos que provocan esta atracción. “La excelencia educativa y la tradición de hospitalidad son los factores que empujan este fenómeno”, dijeron en el Rectorado de la UNLP. “La participación e integración de estos chicos ha sido total. Adoptan una postura respetuosa y participativa. Sin dudas hay que mejorar con más infraestructura y recursos, pero sin restringir educación pública ni el ingreso”, sostuvo Mansilla.
La ex profesora de Infectología y referente del Hospital de Niños, Silvia González Ayala, aporta otra mirada. “Es por el prestigio. Pero, sin dudas la calidad de la enseñanza disminuyó en las últimas dos décadas porque no hubo acompañamiento de la realidad científica en los planes de estudio y quedó desfasada la relación docente/alumno. Algo más preocupante: la masividad disminuyó el acceso a las actividades de simulación y a los pacientes ambulatorios o internados, clave para el aprendizaje”.
Hace ocho años, se eliminó el examen de ingreso y desde entonces comienzan las cursadas hasta 10 veces más alumnos. La liberación de cupos no vino acompañaba de un crecimiento en infraestructura y recursos humanos. El proceso lo llevaron adelante las autoridades que aún permanecen en la conducción de la Facultad.
El decano, Juan Angel Basualdo, no quiso responder las preguntas de Clarín para esta nota. No obstante, asume que hay carencias edilicias. Hace 10 días, se reunió con el vicepresidente de la UNLP, Fernando Tauber, para evaluar un proyecto de ampliación. Es una obra que 656 metros cuadrados de superficie en el edificio central de la Unidad Académica. Sumará el un quinto piso en la actual terraza del edificio.
El funcionario tuvo un recorrido polémico en la gestión: Fue quien dispuso mantener cerradas las aulas más de dos años en la pandemia. Eso derivó en protestas de docentes y alumnos.
Luego, hizo un acuerdo con una agrupación para conseguir la reelección en el decanato a cambio de la presencialidad. Fue en abril de 2022, cuando aún mantenía con modalidad virtual el 80% de las cátedras. Después cumplió de forma parcial ese compromiso.
“Todo eso resintió la calidad de la enseñanza. Pero la presencia de extranjeros nos nutre”, aclaró González Ayala. La especialista enumeró: los brasileños tienden a agruparse, los chilenos tienen una formación básica muy firme y los colombianos o ecuatorianos resultan educados y con interés en el aprendizaje.
Una breve reseña por colectividad
“Venimos porque nos conviene desde lo económico y también por el prestigio. Ya estamos dejando algunas huellas en La Plata”, dice a Clarín Gabriel Esprza (23) quien cursa los últimos años de la carrera. Incluso logró acceder a una ayudantía. “Puedo colaborar con el docente y compartir conocimientos con mis compañeros”, agregó el joven colombiano.
La presencia foránea en la zona de Bosque platense (al límite de ese paseo está el edificio universitario) se puede percibir en el barrio. “Me cruzo con gente de mi país en el supermercado y hasta en el gimnasio”, aseguró Marcelo Quiroz (21) quien alquila un departamento en la zona de El Mondongo (cerca de la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata).
Como se dijo, la propensión a elegir carreras de grado en Argentina no es novedad. Pero adoptó otro cariz después que en el proyecto de Ley Omnibus el gobierno de Javier Milei propuso abolir la gratuidad de estudios de grado o trayectos educativos universitarios para quienes los no residentes.
A partir de ese planteo –que ahora quedó en suspenso por el fracaso del oficialismo en el debate parlamentario- las autoridades prefieren no pronunciarse sobre el tema.
“Nos gustaría que exista reciprocidad. Pretendemos que los médicos que se forman acá, también trabajen en nuestro sistema de salud. Y que los argentinos que van a otro país puedan tener la misma aceptación”, postuló el presidente del Colegio de Médicos de la Provincia, Jorge Mazzone. También es docente de Medicina de la UNLP. “Como profesor, para mi es lo mismo dar clases a un local o a un extranjero. Sólo exigimos manejo pleno del idioma, como cuando hacemos un postgrado en EE.UU. o Europa. Nos exigen eso”, considera Mazzone.
Por fuera del sistema universitario no asoman dificultades para opinar. Luis Torres, ex superintendente de Servicios de Salud y actual director del Instituto de Política, Economía y Gestión de la Salud, sostuvo que existe una “fuerte desvinculación entre la formación, la cantidad y las necesidades del sistema sanitario”. Asegura que, aunque se gradúan casi 6.000 profesionales por año, Argentina tiene carencia de algunas especialidades como clínica o pediatría”.
Torres cree que se requiere ordenar –desde una política institucional del Estado- los requerimientos del sistema con la orientación de la formación. Se debe determinar –dice el experto- si el país apunta a “un modelo generalista, concentrado en la atención primaria de la salud o si se vuelca definitivamente a un sistema hospitalocentrico, como el actual, sonde se concentra en las especialidades”. En cuanto a los extranjeros, Torres sostiene, como el proyecto ómnibus que ahora está detenido, que se debe arancelar a quienes no tienen residencia en el país. “Y a quienes se gradúan, pedirles por lo menos tres años de ejercicio en el país una vez que se graduaron”.
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