Hubiese sido un debut de película para Kevin Zenón, el refuerzo de Boca que en poco más de 30 minutos demostró por qué Juan Román Riquelme lo buscó con insistencia. El ex Unión, además de cambiarle la cara al equipo después de un flojo primer tiempo, casi se queda con la tapa de todos los diarios con dos remates que se fueron muy cerca en los minutos finales del juego. Así, dejó sabor a poco la presentación oficial de Diego Martínez: empate 0-0 contra Platense.
La primera particularidad se dio en la entrada en calor del Xeneize. Los dirigidos por Martínez trabajaron en conjunto unos minutos (como se hace habitualmente) y luego fueron divididos según la posición y la función en la cancha. Sobre uno de los laterales, Nicolas Figal y Cristian Lema, los zagueros, ensayaron distintos tipos de despejes, tanto de cabeza como con las piernas. Para los delanteros y Ezequiel Bullaude hubo trabajos de definición y los mediocampistas eran los asistentes en las distintas jugadas. Bien abiertos por las bandas, Fabra y Advíncula llegaban hasta el fondo para tirar centros.
Pero, se sabe, lo que importa sucede en los 90 minutos y ahí Boca fue una continuidad de 2023, especialmente en la primera parte. Martínez es el sexto técnico de Riquelme en su faceta de dirigente. Ya pasaron Russo, Battaglia, Ibarra, Herrón y Almirón; ninguno logró darle una identidad al equipo, más allá de algunos buenos pasajes con Russo. Y quedó en deuda la primera prueba del ex DT de Huracán porque Boca jugó mal.
Es cierto que todo proceso necesita tiempo y que los futbolistas son los protagonistas estelares, los que le dan forma a la idea. Y Boca en Vicente López presentó un mediocampo que hace años no funciona: Ramírez-Campuzano-Pol Fernández. Cada entrenador que llega se tienta en recuperar algo que ya parece gastado. En ese sector Platense apretó más y solo con el fervor se impuso y fue mejor.
Un síntoma: en distintos momentos de la etapa inicial, Martínez habló cara a cara con Lema, Pol Fernández, Merentiel, Ramírez, Campuzano y Langoni. Nada de lo que sucedió le gustó al DT, que se la pasó pidiendo un equipo corto y que tanto Fabra y Advíncula se hicieran profundos por los costados.
No funcionó el 4-3-1-2 porque Bullaude no encontró su lugar como enlace y porque los delanteros estuvieron desconectados. Las dos llegadas con las que terminó la primera parte fueron producto de remates desde lejos, uno de Advíncula y el otro de Langoni, ambos a las manos de Cozzani. En resumen, Boca no presionó, no manejó la pelota, no atacó, no se impuso desde lo físico.
Merece destacarse lo de Platense. El debutante Sebastián Grazzini rompió el libreto de su sucesor Palermo y se la jugó por sus principios. Muchos de los que jugaron la final contra Rosario Central estuvieron en el banco, pasó del 4-4-2 al 5-3-2 y sacó de la banda al uruguayo Ocampo para liberarlo. Tuvo una clara y Ciro Rius la mandó por arriba ingresando por la espalda del colombiano Fabra, titular por la lesión de Saracchi.
Mejoró mucho Boca en el complemento. Se acomodó mejor Campuzano, que quitó muchas, y Bullaude se acercó más a jugar. Merentiel tuvo un mano a mano y falló en la definición. Martínez lo sacó por un participativo Cavani y "la Bestia" se molestó. El otro que entró fue Zenón y ahí el juego dio un vuelco porque Boca se hizo protagonista.
PUBLICADO EL 27/01/2024
POR INFOALLEN – noticias@infoallen.com.ar
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