El espía ilegal detenido Ariel
Zanchetta comenzó a recibir instrucciones directas de agentes de la SIDE desde
al menos cuatro meses antes de que el fiscal Alberto Nisman fuera hallado
muerto en su departamento de Puerto Madero.
Así lo demuestran nuevas
pericias telefónicas que comenzaron este mes en la fiscalía de Eduardo Taiano,
donde se investiga el asesinato de Nisman.
El trabajo confirma también que
Zanchetta mantuvo cientos de comunicaciones con una mujer que a su vez se
comunicaba incesantemente con un hombre llamado Pablo Barreiro.
Barreiro era el secretario
privado de la entonces presidenta Cristina Kirchner.
La información fue confirmada a
Clarín por altas fuentes judiciales y avanza sobre las pruebas que certifican
que, al momento de su muerte, Nisman estaba en la mira de un sistema de
espionaje legal e ilegal que respondía a Cristina Kirchner.
El hecho de que Zanchetta ya
trabajara para la SIDE de Cristina aún desde antes de la muerte de Nisman
refuerza la credibilidad de un informe de Inteligencia reservado secuestrado en
su casa de Junín, donde Zanchetta afirma que un espía amigo suyo llamado
Conrado, y que era hombre del ex jefe del Ejército César Milani, “sabe qué pasó
con Nisman”.
El dato es importante porque
prueba dos ítems clave en la investigación de la muerte de Nisman, que para la
justicia fue un asesinato.
El primero es la relación de
agentes “inorgánicos” de otras fuerzas -como era Zanchetta- con agentes legales
de inteligencia en los días en que mataron a Nisman: la fiscalía que investiga
su asesinato cree que el ex agente informático Diego Lagomarsino pudo haber
sido uno de ellos.
Lagomarsino siempre lo negó,
pero está procesado por ser partícipe necesario del asesinato de Nisman. Su
arma fue hallada en la escena del crimen y en su celular aparecieron fotos de
pizarras de la fiscalía de Nisman con líneas investigativas sobre la AMIA.
El segundo dato clave para los investigadores
es que Zanchetta, que trabajaba para los espías de Cristina Kirchner sin
figurar en la SIDE, era policía federal. Es decir, colega de los policías que
tenían a cargo la custodia de Nisman y lo dejaron solo durante la ventana de 15
horas en que ocurrió su asesinato.
Esos policías federales están
procesados por incumplimiento de los deberes de funcionario público y
encubrimiento. ¿Algunos de ellos también tenían jefes “ocultos” en la SIDE en
el momento en que dejaron solo a Nisman?
Aunque nunca declaró en el
expediente del caso, el ex jefe de la Federal, Román Di Santo, dijo que él se
enteró de que Nisman estaba muerto más de una hora después de que lo hallaran.
Es demasiado tiempo. ¿Sus policías federales informaron a los espías de la SIDE
antes que a él, que era su jefe directo?
La relación de Zanchetta con ese
grupo de custodios de Nisman y sus jefes -en total, una docena de policías
federales- está siendo investigada.
Los contactos de Zanchetta con
los espías de la SIDE desde antes de la muerte de Nisman surgieron de nuevos
entrecruzamientos telefónicos que se hacen en estos días en la fiscalía que
investiga el crimen de Nisman.
El teléfono de Zanchetta aparece
repetido entre las llamadas entrantes y salientes de cuatro agentes de la SIDE entre
el 1° de octubre de 2014 y los últimos días de febrero de 2015. Nisman fue
hallado asesinado el domingo 18 de enero de ese año.
Las comunicaciones que surgieron
ahora son más de 500 contactos de Nextel.
Además de esos, hay cientos de
contactos más de Zanchetta con una mujer que a su vez reporta permanentemente a
la línea de Pablo Barreiro, el secretario privado de Cristina Kirchner en el
momento en que hallaron muerto a Nisman.
Después de 5 años en el cargo,
Barreiro renunció a su puesto el 8 de junio de 2015, cuatro meses después de la
muerte del fiscal.
Igual que sucedió con otros
secretarios de la ex presidenta, su patrimonio creció varias veces mientras
estuvo en su cargo.
La triangulación -Zanchetta
llama a la mujer y ésta al secretario de Cristina- se repite el 19 de enero de
2015, cuando los peritos aún trabajaban en la escena del crimen de Nisman
muerto.
También el 8 de febrero de ese
año, cuando ya había agentes de la SIDE enviados por Oscar Parrilli a espiar la
fiscalía de Viviana Fein, a cargo de la investigación de la muerte de Nisman.
Junto al otro secretario de
Cristina, Mariano Cabral, Barreiro fue quien le pasaba el teléfono a Cristina,
en Olivos, durante la madrugada en que Sergio Berni caminaba por la escena del
crimen -el departamento de Nisman- y se comunicaba con la ex presidenta 31
veces, a pesar de que ante la justicia declaró haber hablado con ella sólo “un
par” de ocasiones durante aquella noche.
Los investigadores mantienen por
ahora en reserva el nombre de la mujer que triangula entre Barreiro y Zanchetta
en todos los llamados, y que resulta ser el nexo entre el espía “inorgánico” y
el secretario de Cristina Kirchner.
Esas comunicaciones sucedían
mientras Nisman avanzaba en la investigación del Pacto con Irán y preparaba la
denuncia contra Cristina Kirchner y su gobierno por encubrir a los terroristas
que volaron la AMIA (1994, 85 muertos). La presentó el 14 de enero de 2015,
cuatro días antes de ser hallado en el baño de su departamento con un tiro en
la cabeza.
Aunque Nisman era diestro, el
arma fue hallada debajo del hombro izquierdo del cadáver, una posición
inverosímil para alquien que se haya autodisparado. No había huellas del arma
en Nisman ni de Nisman en el arma.
El fiscal Gerardo Pollicita
había detectado contactos de Zanchetta con otros tres agentes. Uno coincide con
los detectados en la fiscalía de Taiano. Los otros son diferentes.
Es decir, entre los detectados
por Pollicita y Taiano, ya son seis los agentes de la SIDE que usaban a
Zanchetta como informante.
Lo curioso es que todos ellos
reportaban a Fernando Pocino, el espía de carrera más cercano a Cristina
Kirchner y el verdadero jefe operativo de la SIDE luego de la ex presidenta
echara a Antonio Stiuso, justo un mes antes de la muerte de Nisman.
Después de que Zanchetta fuera
detenido en una causa que investigaba espionaje a los jueces de la Corte, hace
seis meses, en su casa de Junín fueron hallados decenas de dispositivos
electrónicos y digitales con información de espionaje a políticos, jueces, fiscales,
periodistas y famosos.
Uno de los 1.196 informes de
Inteligencia analizados hasta el momento es un documento de sólo 12 páginas
llamado “Parte de Información”.
Allí hay un párrafo que señala a
un agente llamado “Conrado” como quien sabría “qué pasó con Nisman”.
Es un hombre de Milani que
también cumplía funciones de “inorgánico” en la SIDE, en un área que respondía
al jefe de Reunión Interior, Fernando Pocino. Los agentes que declararon en la
causa que investiga el asesinato de Nisman nombran a Conrado como “El verde”,
por su uniforme militar.
Zanchetta dijo que él integró un
“grupo de tareas” de inteligencia junto con Conrado, un espía que era chofer y
secretario de Pocino llamado Diego Raitano, el propio general Milani y otro
agente más llamado Ariel Difilippo, que era policía bonaerense.
Pocino era el hombre de mayor
confianza en la SIDE de Cristina Kirchner. Durante el gobierno de Alberto
Fernández, dos de los jefes políticos de Zanchetta -que siguió haciendo
espionaje hasta su detención- fueron el diputado Rodolfo Tailhade y Fabián
"Conu" Rodríguez, dos funcionarios ultra K.
Rodríguez le pagaba a Zanchetta
por sus informes de espionaje ilegal con dinero público del área de Publicidad
de la Provincia de Buenos Aires, en la gestión de Axel Kicillof.
Según la justicia, Nisman fue
asesinado en medio de una guerra de espías.
Aún se trata de determinar
cuántos de estos agentes “inorgánicos” estaban activos los días previos en que
mataron a Nisman y, sobre todo, qué hicieron exactamente y por orden de
quiénes.
El propio Pocino declaró ante la
Justicia que "durante la gestión de Parrilli el organismo era un
descontrol total". En ese momento asesinaron a Nisman.
La fiscalía de Taiano pidió un
informe al área de Finanzas de la actual Agencia Federal de Inteligencia (AFI)
para auditar pistas sobre el financiamiento a los agentes “inorgánicos”. Fue
dos semanas antes de que cambiara el gobierno y no hubo respuesta.
El pedido se repetirá estos días
ante las nuevas autoridades de la AFI del gobierno de Milei.
La investigación avanza en los
vínculos con la SIDE que manejaban entonces Oscar Parrilli y Juan Martín Mena
-ahora ministro de Justicia de Kicillof- desde lo político, y Fernando Pocino
desde lo operativo.
El hombre que reemplazó a Stiuso
en aquel momento fue el actual diputado Rodolfo Tailhade. Y se suma ahora en
los cruces de llamadas la triangulación con Barreiro.
Todos ellos son Cristina
Kirchner. (HÉCTOR GAMBINI - Clarin)
PUBLICADO EL 26/12/2023
Por INFOALLEN – noticias@infoallen.com.ar