Defensa, y punto. Su ticket a la
final de la Copa Argentina es un logro por decantación progresiva: hace tiempo
que la lógica lo ubica en primerísimo primer plano. Y eso, producto de algo
intangible como necesario de ser respetado en el fútbol y en la vida: la
identidad, que en su caso implica también ambición.
Triste realidad de un San
Lorenzo preparado estructuralmente para estar balanceado en la última línea,
para replegarse, para cubrir espacios. Pero que ofensivamente su éxito depende
de que las cosas le salgan bien. Y eso no ocurre siempre. Y entonces,
paradójicamente este equipo que Ruben Insua moldeó desde la humildad de
recursos en el Sur estuvo más cerca del gol paradójicamente cuando se paró más
cerca de Batalla.
El clanc en el travesaño tras un
cabezazo de un Girotti que había desviado anteriormente otro tiro de cabeza, un
tiro de Maroni y una aproximación vía aérea de Bareiro fueron el argumento de
San Lorenzo para imaginar que podía empatarle el partido a Defensa. Un cuadro
vivo que no atacó en cantidades industriales pero sí lo necesario. Con una
fórmula con bises. Togni, primero, anunció que desde la izquierda podía salir
un remate peligroso. Batalla consiguió en ese ensayo inicial lo que no pudo
hacer en el bombazo de Soto: dar rebote hacia afuera. Y entonces, Santiago
Solari fusiló. A Augusto y a su San Lorenzo.
Porque Defensa, hábil siempre
con el balón, en el segundo tiempo hizo lo inimaginable: cederle la posesión a un
San Lorenzo necesitado. Entendiendo que tratándose del rival que tenía enfrente
no era un riesgo sino una estrategia válida. Porque totalmente desacostumbrado
al juego de posesión, Defensa vio tropezar a San Lorenzo consigo mismo una y
otra vez en el segundo tiempo. Sin ideas, sin entender de qué modo herir a
Bologna. Y al límite de cometer un error al adelantarse y pararse en una zona
del campo que le es ajena a su identidad.
Por eso el plan de Defensa fue
exitoso en Lanús y barrió a un San Lorenzo que no es, ya, aquel infranqueable
de los primeros tiempos de Insua. Un equipo que no perdió la magia ni el toque
sino a jugadores decisivos (Gattoni, Zapata, Cerutti, Vombergar). Y vio caer
niveles altísimos (Giay, Braida, Elías). Demasiada ventaja ante un Halcón que
está a otros 90 minutos de ser campeón, esta vez local.
PUBLICADO EL 24/11/2023
Por INFOALLEN – noticias@infoallen.com.ar