Planteó "dudas" sobre el origen de la fortuna del detenido
sindicalista, que es investigado por delitos tributarios y lavado de dinero.
Myriam Renée Chávez se despegó de su hijo, del detenido líder del
Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme) Marcelo
Balcedo, a casi un mes de su detención. "Yo madre, pido perdón", se
titula la extensa editorial que publicó en el diario Hoy. En el texto, la mujer
por primera vez plantea sus "dudas" sobre la fortuna de U$S 35
millones de su hijo, arrestado en Uruguay e investigado por delitos tributarios
y lavado de dinero. Lejos quedaron los primeros momentos a poco del arresto de
su hijo, al que había defendido a los gritos de las acusaciones y las había
calificado de "infamia".
La Justicia uruguaya viene de dictarle a Balcedo y a su esposa Paola
Fiege 120 días de prisión preventiva. Además les abrió proceso por los delitos
de lavado de activos, contrabando y tráfico interno de armas. Están detenidos
desde el 4 de enero pasado, cuando fueron arrestados en una lujosa chacra. Ya
les encontraron al menos U$S 7,5 millones, además de una colección de lujosos
autos, armas y hasta un zoológico privado. También se descubrió que pagaba
jugosos sueldos en dólares a los empleados de "El Gran Chaparral", la
suntuosa propiedad donde lo detuvieron.
"Tengo la profunda duda, que es lo que me mantiene en pie, de que
el dinero que tiene mi hijo lo haya ganado por su capacidad intelectual y no
estafando de la peor forma a los que tenía que defender", plantea la madre
de Balcedo en la columna. "Desde lo más profundo de mi ser, pido perdón si
son ciertas las acusaciones en contra de mi hijo", afirma la empresaria.
Los Balcedo son una familia muy conocida en La Plata, vinculada con el
peronismo. Antonio Balcedo fue un histórico dirigente gremial del Soeme, que
murió hace unos años. Fue uno de los protagonista de la creación del sindicato
y tuvo peso en el peronismo bonaerense. Actualmente poseen varios medios en La
Plata.
"Nené", como se conoce a la empresaria, dijo que en el
pasado fueron "perseguidos por la Triple A, grupo que creía que
respondíamos a la izquierda, pero también por el ERP, que consideraba que
éramos de la derecha a raíz de la actividad gremialista de Antonio, mi
esposo". "Eso llevó a que viviéramos aislados durante dos años en un
pequeño departamento cuando mi hija Myriam tenía 9 años y Marcelo, 13",
indicó. En este contexto, afirmó: "Me cuesta creer lo que dicen de mi
hijo. Tengo la esperanza de que todo esto sea una infamia".
PUBLICADO EL 01-02-2018