El Centro de Investigación Glenn de la NASA
desarrolló uno neumático que prometen revolucionar el futuro. Se compone por un
material con memoria de forma llamado Nitinol, una mezcla de níquel y titanio.
Su característica principal es que conserva la
estructura atómica intacta, ya que los cientos de "hilos" que la
conforman pueden deformarse y volver a su forma original infinidad de veces.
Evitan el desgaste por rozamiento, son
elásticos para absorber impactos y se adaptan a cualquier terreno sin
deformarse con el paso del tiempo.
Además, deja atrás las cámaras de aire
habituales, el caucho de los neumáticos y los pinchazos. Y promete un confort
de marcha superior, al copiar con soltura las irregularidades del asfalto.
Inicialmente, la intención es utilizarlo en
vehículos espaciales, pero esta tecnología podría llegar a futuro a la
industria del automóvil.
PUBLICADO EL 10-02-2018