“Fue la primera noche en tres años que pude dormir con la ventana
abierta”, expresó aliviada una joven madre de 25 años, quien fue violada por la
ex pareja de su madre en diciembre de 2014. El hombre estaba prófugo desde que
fue condenado. Fue capturado y ya cumple su pena de 8 años de prisión en la
U11.
Cuando la tarde del martes 16 de enero la joven recibió un llamado
telefónico, nunca imaginó la noticia. “Lo atrapamos”, le confirmó un comisario
del otro lado de la línea y ella respiró.
En una entrevista, la joven contó lo vivido aquel día. Si bien confesó
haber borrado de su cabeza muchas partes, a medida que las narraba, las escenas
se le veían a la mente como si hubieran pasado ayer.
“Fue el 7 de diciembre porque era el cumpleaños de la hija de mi ex”,
comenzó el relato. Al despertarse, notó que no había luz en la casa de su
madre, donde vivía con su hijo de cuatro años, por lo que fue hasta el pilar de
la calle para chequear qué ocurría. Cuando volvía a la vivienda, fue sorprendida
por la ex pareja de su madre.
“Él le pegaba a mi mamá. Ella estaba cansada y se separó, pero se
volvió loco”, contó la joven. Ese día su mamá no estaba.
“Me apuntó con un arma en la cabeza, le dije que mi mamá no estaba,
que se había ido a Chile con mi hermano, pero entró a la fuerza”, recordó. Una
vez adentro, su casa se volvió una escena de terror. Con un cuchillo tipo
carnicero en una mano y un arma de fuego en la otra, la amenazó de muerte si
contaba algo de lo que le hacía.
“Me ató a la cama, me sacó toda la ropa y se llevó a mi hijo atrás. Yo
estaba embarazada de cuatro meses. Me decía que había una persona afuera que le
haría daño a mi hijo si yo gritaba o pedía ayuda”, expresó la joven madre,
mientras les decía a sus hijos que fueran a hacer tal o cual actividad con tal
de que no escucharan la charla.
Mientras abusaba de ella, la joven le repetía que no diría nada con
tal de que se marchara. “Corría dentro de la casa con el cuchillo, cortó la
frazada. Me había arrollado como un arrollado de pollo. Me quería cortar, me
asfixió con un cable en el cuello, disparaba el arma, pero no salían balas. Me
clavó el cuchillo en la panza y se quebró”, narró, y afirmó: “Fue un milagro”.
El hombre hizo lo que quiso con ella, quien le mintió y dijo que tenía
sida para que no la violara. Irónicamente le respondió: “No te preocupes, yo
también tengo. Una vez que abusó de mí, me metió dentro de la ducha para que no
quedaran sus rastros”.
Tras varias horas, se retiró de la casa, no sin antes ponerle
dibujitos en la tele al nene y amenazarla si contaba algo. Cuando se alejó,
ella se desató, corrió a lo de un vecino, quien le prestó el teléfono y llamó a
su entonces pareja. Radicó la denuncia penal. Más tarde, el hombre fue juzgado
y condenado. (La Mañana de Neuquén)
PUBLICADO EL 29-01-2017