El
llamado Testigo E, Lucas Naiman Pilquiman, la última persona en ver con vida a
Santiago Maldonado el 1 de agosto en Cushamen, confirmó ayer ante el juez
federal Gustavo Lleral que no observó que el artesano fuera detenido por la
Gendarmería.
De
acuerdo a un informe de la APDH de Córdoba, realizado por el abogado Carlos
González Quintana, Naiman Pilquiman les había relatado en septiembre que
Maldonado fue capturado por efectivos, los que además lo golpearon y
trasladaron en un camión Unimog.
A
principios de mes, la madre del joven, Claudina Pilquiman, ya había adelantado
que su hijo jamás había visto lo que se describe en el documento de la APDH,
una historia que sirvió de fundamento para una medida cautelar contra la
Argentina de parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por un
hecho de “Desaparición Forzada”. El Testigo E era considerado una voz clave
para la defensa de la familia Maldonado, a cargo de Verónica Heredia porque, en
teoría, el joven iba a ratificar la declaración de Matías Santana. Este
militante del RAM declaró que con ayuda de unos binoculares descubrió que el
tatuador era golpeado “brutalmente” y llevado en un camión por los gendarmes.
Ayer
a la mañana el juez Lleral se dirigió en persona junto a un grupo de
funcionarios hasta Epuyen, donde vive Naiman Pilquiman con su pareja y dos
hijos. El joven le había mandado a decir a través de su madre que “no podía” ir
hasta los tribunales Federales de Esquel.
Naiman
Pilquiman también reveló que los gendarmes que alcanzaron la zona del río
Chubut estaban en una zona elevada del terreno a una distancia considerable de
donde se escondía Maldonado. Con esto, se abona todavía con mayor fuerza la
teoría de que el artesano estaba completamente solo cuando falleció ahogado
accidentalmente. Una situación que se desprende la autopsia del cuerpo
realizada por 55 peritos y que indicó que murió ahogado, de forma rápida, sin
señales de violencia y que su cadáver permaneció más de 77 días en el agua.
“Cuando
gritaron “repliéguense”, yo corrí derecho hacia el río. Cuando voy hacia el río
lo veo a Santiago que va a la guardia, agarra su mochila y se la pone, y sale
corriendo atrás mío. Yo sigo corriendo, bajo hasta donde voy a buscar agua. Hay
que hacer como un zigzag para llegar al rio. Yo ahí venía con ventaja porque
gendarmería recién estaba entrando cuando nosotros ya llegamos al río. Cuando
llegué al agua, atiné a tirarme derecho al agua porque estaba bajo su nivel,
pero cuando me tiré quedé enredado en unas ramas de sauce. Me desenriedo y me
tiro de nuevo al agua. Yo sé nadar, entonces me tiré y empecé a nadar, pero
como que me hundía porque tenía un buzo y una campera de abrigo, y eso me
pesaba y me tiraba para abajo. En un momento iba nadando y me hundí por la ropa
y en un pozón que hay, el agua me tapó. Yo mido casi 1,90mts. Entonces para
tratar de no ahogarme me saqué la campera y dejé que se la lleve la corriente
del río”, declaró el joven.
“Y
entonces, le grito a Santiago “Vamos Peñi, vamos”. Me doy vuelta y veo que el
agua le llega al pecho. Santiago me decía “No puedo Peñi, no puedo”. Entonces
yo dejo que me lleve la corriente y llego al otro lado del río. Ahí salgo y me
saco el buzo y veo a Santiago que está agachado escondido entre los sauces.
Entonces yo salgo corriendo porque tenía mucho frío. Y esa fue la última vez
que lo vi”.
Y
agrega: “Primero me tiré yo al agua y, luego se tiró él. Cuando yo ya estaba
nadando, él estaba entrando al agua, iba más lento. Él se metió al agua y
después volvió sobre sus pasos. Yo creo que no pudo avanzar porque yo sabía que
él no sabía nadar y además el agua estaba muy fría”.
Naiman
Pilquiman cuenta que los gendarmes disparaban desde la “barranca” con “9mm,
escopeta y piedrazos” pero que abajo en el agua estaba solo Santiago,
desmintiendo así la versión de Santana.
Por
otra parte, en Cushamen no se encontraron casquillos 9 mm (a los efectivos se
les prohibió portar su arma reglamentaria durante el operativo) y solo dos de
las tres escopetas asignadas funcionaba.
“Matías
Santana se fue para adentro del campo a buscar a otros Peñi, y ahí dijeron que
faltaba uno. Yo nunca más lo escuché a Santiago, ni gritar ni pedir ayuda”,
detalló Pilquiman.
“El
que me dijo que faltaba Santiago fue Matías Santana, porque él había ido a
hablar con otros Peñis. Ahí nos quedamos esperando. Yo no le conté a Matías en
ese momento lo que había pasado porque estaba muy asustado, era la primera vez
que estuve en una situación así”, recordó el testigo E. “Quiero decir que a los
únicos que les conté todo esto que vi fue a mi padre y a mi madre”, subrayó
también, poniendo en duda el encuentro con la APDH.
Naiman
Pilquiman también dijo que conversó con el hermano de Santiago, Sergio, pero no
le describió lo que había vivido junto al artesano. "Le conté que había
estado con Santiago, y que había estado corriendo atrás mío. Sergio no caía en
que eso era cierto, me parece que estaba en shock, no creía que Santiago había
estado en la comunidad ni que le podría haber pasado algo. El creía que estaba
en la montaña", dijo.
Lleral
escuchó al testigo E desde las 9 de la mañana, aunque fuentes judiciales
aseguran que ya había querido contactar en al menos dos ocasiones a Naiman
Pilquina. En una de ellas el joven se habría excusado alegando que estaba de
“luto” por la muerte de Rafael Nahuel, muerto el 25 de noviembre durante un
operativo en el predio tomado de Mascardi, a 35 kilómetros de Bariloche. La
anterior fue el 4 de octubre en Cushamen. Voces le cuentan a este diario que
Naiman Pilquiman se marchó del lugar negándose a entrar a la camioneta en la
cual el magistrado le tomó testimonio a otros militantes de la comunidad.
Requerido
por el juez Lleral, y advertido por funcionarios judiciales de que podría ser
considerado en una situación de “rebeldía”, Naiman Pilquiman le comunicó a la
autoridad que estaba viviendo en Epuyen y que no podía viajar a Esquel, según
consta en la notificación judicial a la cual tuvo acceso Clarín. Hasta hace
apenas unas horas se desconocía por completo su paradero y solo había
trascendido que él, su pareja y sus hijos no estaban en Esquel, donde residían.
A
principios de mes, su madre Claudina declaró ante el magistrado que, en
realidad, su hijo fue testigo de cómo el artesano se quedaba solo en la orilla
y oculto entre las ramas, descartando la presencia de los gendarmes en la
escena. La mujer también reconoció que ella y un grupo de mapuches, entre los
que se incluye el propio Naiman Pilquiman, buscaron el 1 de agosto a Maldonado
en la orilla del río bajo la suposición de que estaba escondido. (Claudio
Andrade - @claudioandrade_)
PUBLICADO EL 20-12-2017