El Rojo perdía en Avellaneda, pero lo remontó y triunfó 2-1. La vuelta
es el próximo miércoles en el Maracaná.
Gracias por el fútbol, Independiente y Flamengo. Gracias por esta
final en Avellaneda, por la ida de la Copa Sudamericana. Hacía tiempo que por
estas latitudes no se veía un juego así en etapas definitorias, bien jugado,
con presión, ganas, despliegue, y que se llevó el local 2-1.
El primer tiempo fue de alto vuelo, pero arrancó con un balde de agua
helada para los más de 45 mil hinchas del Rojo que fueron al Libertadores de
América. Porque a los ocho minutos Réver saltó sólo y metió un gran cabezazo
para abrir el marcador.
Lejos de achicarse o acusar el golpe recibido, el local tomó el
control de la pelota, abrió la cancha y fue a buscar el empate con intensidad y
actitud. Igualdad que llegó a los 29 con una buena jugada coordinada por el
ataque del Diablo, que terminó un Emmanuel Gigliotti que está en racha.
Fue más, Independiente, en esa mitad, aunque los contragolpes del
equipo brasileño preocupaban al conjunto de Ariel Holan, igual que las pelotas
paradas. Pero al Rojo le faltó animarse un poquito, pisar el acelerador para
encontrar una diferencia.
Esa diferencia que sí apareció en el arranque del complemento, con
otra muy buena jugada colectiva que definió Maxi Meza, para dar vuelta el
resultado y hacer explotar la Caldera del Diablo.
Flamengo sacó su amor propio tras quedar abajo en el marcador, y de a
poco empezó a tomar más protagonismo en el partido, pero sus llegadas no
pasaron de amenazas.
Tras este triunfo de Independiente, el nuevo campeón de la
Sudamericana se definirá el próximo miércoles 13 de diciembre en el Maracaná de
Río de Janeiro. Donde el Rey de Copas ya sabe lo que es dar una vuelta
olímpica.
PUBLICADO EL 06-12-2017
POR INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar
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