Peritos encontraron en la médula ósea del artesano
el mismo plancton que en ese curso de agua.
Dos nuevos análisis realizados sobre el cuerpo de
Santiago Maldonado señalan que el plancton encontrado en su cuerpo “era del río
Chubut” y que los desprendimientos y arrugas de la piel abonan la teoría de que
estuvo más de “dos meses bajo el agua”, revelaron fuentes judiciales.
El juez federal Gustavo Lleral, quien el 20 de
octubre había revelado que el cadáver “no presentaba lesiones”, y las partes de
la causa recibieron en los últimos días copias de los análisis de diatomeas
(micro algas), entomológico (correspondencia del lugar del hallazgo del cuerpo
y posible escena secundaria). También recibieron o están por recibir el
análisis histopatológico, a cargo de los médicos forenses de la Morgue
Judicial, que determinará el tiempo de permanencia en el agua, análisis de
cortes dérmicos y daño en pulmón por sumersión.
Pero para determinar finalmente cuáles fueron las
causales de la muerte y si el cuerpo hipotéticamente fue “plantado”, falta que
los peritos entreguen el análisis llamado palinológico -que lo prepara el
laboratorio de geología forense de la policía bonaerense- que es la
determinación de la coincidencia del lugar del hallazgo y la escena del
fallecimiento. En las fuentes judiciales se estima que a principios de la
segunda semana de noviembre, el juez Lleral estará en condiciones de llegar a
una conclusión definitiva y dar a conocer los resultados de todos estos
análisis.
Por lo pronto, el análisis de diatomeas realizado
en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA señaló que “el
plancton que había en la médula ósea de Maldonado corresponde al plancton que habita
el río Chubut” a esa altura, precisaron las fuentes. El plancton son organismos
vegetales o animales de pequeñas dimensiones que se encuentran en suspensión en
el agua del mar o de los ríos. En cuanto al tiempo de permanencia en el agua
-Maldonado estuvo desaparecido 78 días- las fuentes señalaron que los
resultados abonan la teoría que el cuerpo “estuvo más de dos meses en el río
Chubut”, aunque aún no se tiene una fecha exacta. “Todo indica que ningún ser
humano tocó el cadáver”, precisaron las fuentes, lo que de ser cierto aleja la
hipótesis de que el cuerpo estaba en otro lugar y fue “plantado” antes de ser
encontrado el 17 de octubre.
En una declaración testimonial los buzos de
prefectura que encontraron el cuerpo flotando “en posición fetal boca abajo”
-como la mayoría de los ahogados- en el río Chubut a unos diez metros
aproximadamente del llamado “punto cero” (la parte más baja del cauce)
informaron que se encontraba “frenado” por las ramas de un árbol que crece en
forma vertical en un pozo de unos 2,40 metros de profundidad. El pozo está, a
su vez, separado de la orilla por decenas de ramas o raíces de sauces que
crecen a la vera del río Chubut. El cálculo de la altura se basa en que los
buzos, que tienen una altura de 1,70 no podían hacer pie en el lugar ni
siquiera sobre sus patas de rana que tienen otros 30 centímetros.
Los buzos tenían en la cabeza una cámara submarina
(marca Go pro) pero el juez Lleral les quitó la memoria para que no se filtran
fotos del momento del hallazgo y las guardó en su oficina bajo secreto de
sumario.
Mientras rescataban el cuerpo aquel día un grupo de
mapuches les gritaban desde la orilla “mentira, allí no hay ningún cuerpo”. Es
cierto que por lo frondoso de las ramas es muy difícil ver desde las orillas.
Según las fuentes, los gendarmes que persiguieron a los mapuches el 1° de
agosto luego de despejar el corte de ruta estuvieron unos 10 o 15 metros más
abajo. Por ese lugar pasaron los mapuches que sí sabían vadear el río, a
diferencia de Maldonado que tampoco sabía nadar. La ropa y los borceguís
mojados le dieron 31 kilos más de peso a Maldonado. Se investiga si Maldonado,
además de la tonza retráctil (como la que usan los karatecas) llevaba algún
otro elemento en las manos.
Para los buzos la versión del llamado testigo “E”
según la cual el joven artesano le dijo: “Siga usted peñi, no puedo más, yo me
vuelvo” no sería verdad. Si en ese momento, Maldonado se estaba ahogado se
hubiese aferrado con desesperación a la mano del testigo “E”. Los ahogados
muchas veces arrastran a quienes intentan salvarlos.
En estos análisis también se estudia si podría
tratarse de una muerte causada por hipotermia ya que el agua del río Chubut
tiene una temperatura de entre 2 y 5 grados centígrados.
La autopsia del 20 de octubre fue realizada
conforme al llamado “Protocolo de Minnesota” y se firmó “con plena conformidad
de todo lo observado, abarcando conanuencia de todas las partes” que participan
de la investigación judicial. Ese protocolo está recomendado internacionalmente
para trabajar con casos donde existe presunción de ejecución y en el que
pudieran estar involucrados funcionarios del Estado.
Durante el examen de las ropas que vestía Maldonado
al momento de su muerte, además de la campera celeste, se halló “una tonfa
metálica retráctil” junto a un cuello polar que podría ser usado a manera de
pasamontañas y un par de lentes ahumados.
El DNI de Maldonado, estaba en el bolsillo de su
pantalón y a la morgue judicial llegó en una bolsa con otros elementos
personales como la tonfa. El joven tenía puesto un pasamontañas con dibujos de
calaveritas y una bufanda enrollados en el cuello. Con rayos X se investigó si
había sido ahorcado, pero la radiografía lo descartó, indicaron las fuentes consultadas.
El único que manipuló el cuerpo durante la autopsia
fue el tanatólogo de la Corte, Roberto Cohen, pero bajo la observación de más
de 50 peritos de todas las partes y otros 30 que esperaban afuera. El juez y la
fiscal pidieron máximos controles para que no se repitan los escandalosos
errores de la autopsia del cuerpo del ex fiscal Alberto Nisman hecha en el
2015. De la autopsia participaron "más de 50 personas en la sala, entre
ellas veedores y peritos de parte, y 30 personas fuera de la sala", según
precisó el magistrado al término del procedimiento, que se extendió durante más
de doce horas.
El estudio estuvo a cargo de los peritos del Cuerpo
Médico Forense de la Corte, de dos integrantes del respetado internacionalmente
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF, especializado en reconocer
cuerpos de desaparecidos durante la dictadura), el especialista en antropología
forense Carlos Somigliana, el médico forense Luis Bosio, y el perito
papiloscópico de la Prefectura Naval Argentina Pedro Salas, entre otros.
Toda la autopsiafue filmada con audioa través de
dos cámaras de video, una fija y otra móvil, como asimismo la extracción de
placas fotográficas a través de una sola máquina de fotos del Cuerpo Médico
Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El juez y los peritos
dejaron afuera sus teléfonos celulares para evitar filtraciones. En el caso de
Nisman, el video por ejemplo no tenía audio.
Solo con esos exámenes finales, si confirman la
teoría del ahogamiento, se cambiaría la carátula de la causa a muerte dudosa y
se podría investigar a varios mapuches, como Matías Santana quien afirmó haber
vistos a los gendarmes llevarse a Maldonado, por falso testimonio, entre otros.
Después de que se conozcan los informes finales, sectores del Gobierno preparan
una serie de denuncias penales contra aquellos que, a su criterio, “plantaron
pistas falsas y mentiras” para instalar la idea de que era una desaparición
forzada.
PUBLICADO EL
03-11-2017
POR
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