Luego de cuatro años de ser explotado cruelmente,
la Justicia detuvo a una mujer de 43 años que lo obligaba a trabajar durante
extensas horas como vendedor ambulante en las paradas de colectivos.
Un jubilado de 83 años, conocido en la región como
“El abuelo de los Caramelos”, logró escapar de la casa en la que convivía con
una mujer que lo sometió a trabajo esclavo, obligándolo a realizar extensas
jornadas como vendedor ambulante en la Rotonda de Alpargatas.
Luego de cuatro años de calvario, la víctima,
identificada como Armando Mansilla, denunció a su explotadora y logró que sea
detenida por el delito de “reducción a la servidumbre”.
Con 40 grados de calor y bajo la lluvia, siempre se
podía observar a un hombre de avanzada edad, con una caja de cartón,
recorriendo las paradas de colectivo de la zona. Arrastraba los pies por el
cansancio, pero seguía ofreciendo sus bolsitas de 10 caramelos por 12 pesos.
Su situación despertaba la admiración de quienes lo
veían trabajando a esa altura de su vida, sin saber que detrás había una
aterradora historia de sometimiento. En el año 2013, Mansilla conoció a una
señora mucho menor que él, que logró convencerlo de que se mudara a su casa.
Luego de unos meses, ella también lo convenció para que venda su propia
vivienda y, según consta en la denuncia policial, se habría quedado con el
dinero de la operación.
Ya sin su hogar y sin familiares a quienes
recurrir, el abuelo quedó atrapado en una relación violenta que jamás había
imaginado. Bajo amenazas y agresiones, era obligado todos los días a vender
golosinas en la Rotonda de Alpargatas. El dinero que recaudaba era para “su
patrona”, como le decía a los clientes que, conmovidos, le preguntaban por su
actividad.
Cansado de la agresiones que sufría y ya sin
fuerzas para seguir, acudió a la Policía en busca de ayuda. Tras radicar una
denuncia, fue trasladado a un hogar de ancianos y se inició una investigación
que culminó en las últimas horas cuando efectivos de la Comisaría 6ta. de
Florencio Varela allanaron una vivienda ubicada en la calle 1147, entre 1150 y
1152, de Ingeniero Allan, donde lograron detener a la imputada y secuestrar
pruebas contundentes del delito de “reducción a la servidumbre”, en el marco de
una causa relacionada con la Trata de Personas que prevé una pena de 8 a 25
años de prisión.
PUBLICADO EL
19-09-2017
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