Se celebra anualmente en Yulin. Para cada edición
matan más de 10.000 canes. A pesar de no estar prohibido el consumo, crece el
rechazo.
La fiesta de la carne canina más popular de China
se inauguró ayer con puestos llenos de perro estofado o salteado y una
población determinada a defender sus tradiciones frente a la incipiente amenaza
de prohibición.
Este evento gastronómico se celebra anualmente en
la ciudad de Yulin (sur) con motivo del solsticio de verano, el 21 de junio. Y
cada año levanta ampollas en el extranjero y en el país.
La asociación estadounidense Humane Society
International (HSI) afirmó el mes pasado que las autoridades chinas prohibirían
la venta de carne canina durante esta edición.
Pero el miércoles, los carniceros cortaban pedazos
de carne canina y la salteaban en woks.
Los vendedores exhibían las carcasas amarillentas
de perros abatidos y despedazados, con las colas tiesas y los colmillos
salientes.
En el restaurante de Yang, los clientes piden
fideos de arroz para desayunar, pero a mediodía exigen carne de perro.
"Durante la fiesta, nuestras ventas se multiplican por nueve. Y no le
quepa duda que siempre conseguimos tener bastante", afirma, con la
esperanza de vender seis por día mientras dure el festejo.
Según asociaciones de defensa de los animales, las
autoridades alcanzaron un acuerdo con los vendedores, autorizando dos carcasas
por puesto. Pero algunos vendedores superan con creces esta cuota.
A escondidas
"La prohibición no afecta a todo el comercio
de carne de perro. Pero la fiesta parece menos grandiosa que el año pasado, con
menos perros sacrificados en esta industria cruel", declaró Irene Feng, de
la oenegé Animals Asia.
Cada año suelen morir más de 10.000 canes para la
fiesta en condiciones atroces, según los defensores de los animales: algunos a
golpes y otros quemados vivos.
Muchos policías estaban apostados en el exterior
del principal mercado canino de la ciudad.
Según Liu Zhong, propietario de una tienda de
hierbas medicinales, la Policía vigila "muy de cerca" la actividad en
el mercado de Yulin. Algunos comerciantes venden perro a escondidas,
directamente en su departamento o en otros lugares, explica.
"Es sólo un poco más discreto" que el año
pasado, declaró Liu, que dejó de comer carne de perro hace diez años y tiene
siete canes como animales de compañía.
Algunos dueños de restaurantes han modificado sus
rótulos para cambiar el letrero "carne de perro" por el de
"carne sabrosa". Uno incluso tapó con papel amarillo la palabra
"perro".
“Nada raro”
Algunos vendedores intercalan pedazos, como el
hígado, entre otros productos como lengua de ternera, el jarrete o la pata de
cerdo.
Cada año se mata en China a entre 10 y 20 millones
de perros para el consumo, según la Humane Society International. Pese a no ser
ilegal, comer carne de perro es minoritario y suscita una oposición creciente.
Para Li Yongwei, un habitante de Yulin, no tiene
nada raro. "¿Cuál es la diferencia entre perro, pollo, ternera o
cerdo?", pregunta.
"Forma parte de la cultura local. No se puede
imponer una elección a la gente. Como no se puede forzar a alguien a ser
cristiano, budista o musulmán", estima Li. "Lo que la gente coma es
asunto suyo".
PUBLICADO EL
22-06-2017
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