Fanático de los cuentos de fantasía, se declaró
como un obsesivo de los duendes y quiere asemejar su aspecto a uno.
Siempre le gustaron los personajes que aparecen en
los cuentos de fantasía, pero decidió ir más allá y convertirse en uno de
ellos. Luís Padrón es un joven de 25 años que vive en Formosa y decidió
emprender el camino para luchar por un sueño: perseguir un controvertido
"ideal de belleza". Así, comenzó a realizarse diferentes cirugías y
tratamientos que le permitan ser un elfo, duende característico de sus relatos
preferidos, por los que se reconoció obsesivo.
Luís siempre había había expresado su fascinación
por este tipo de personajes. Surgió durante su infancia y la primera etapa de
la adolescencia, cuando el permanente acoso de sus compañeros de clase por su
color de pelo y manera de vestir hizo que se alejara de la compañía de otros y
se centrara en la satisfacción que le brindaban los cuentos que solía leer.
A los 14 años ya había decidido que cambiaría su
apariencia de manera permanente. Y si bien poco antes de que terminara el
colegio secundario su fisonomía ya era completamente distinta, el trato que
recibía por su aspecto raro y único terminó de impulsarlo a concretar su sueño.
Empezó siendo cosplayer -personas que usan trajes o disfraces que representen a
un personaje o una idea- pero no fue suficiente porque quería cambiar
"para convertirme en mi propia percepción de la belleza”.
Por eso, al cumplir la mayoría de edad -aún ante el
desconcierto y rechazo de sus padres- decidió iniciar su transformación, para
la que hasta hoy lleva gastados más de 30 mil dólares. El joven ya pasó por
diferentes cirugías y procedimientos para modificar su mandíbula, reducir el
tamaño de su nuez de Adán, depilar su cuerpo completo y dejar su piel
totalmente blanca. El próximo paso, indicó, es viajar a India para modificar el
color de sus ojos, porque los procedimientos que eligió hasta el momento no lo
dejaron conforme, ya que los tiene de un color "metal oscuro" y los
quiere de un color azul o gris.
Sin embargo, esa no es la única intervención que
busca. De cara al futuro, planea también cambiar la forma de sus orejas para
que queden cortadas y en punta; una nueva cirugía de mandíbula para que quede
"más afilada como un diamante", otra que levante sus ojos para que
queden "como los de un gato" y la última para quitarse cuatro
costillas con el objetivo de alargar sus huesos y ganar algunos metros de
altura. También considera tener implantes musculares y capilares para lograr
una línea del cabello al estilo duende.
Para lograr su meta, ante la firme resistencia de
sus padres, trabajó vendiendo productos a otros cosplayers. Ese trabajo, que
realizó al menos durante los últimos cinco años, ayudó a que los cambios que
pretende, se concreten. En la actualidad, si bien piensa en terminar con este
proceso, debe cuidar su imagen permanentemente: antes de salir a la calle, se
protege con productos y cremas para aclarar la piel, se arregla su pelo y
coloca sus dientes. También, se maquilla y usa protector solar para no quemarse
y lograr "una piel extremadente blanca, libre de impurezas", según
detalló.
Con los curiosos objetivos alcanzados hasta el
momento, Padrón dijo que se siente una persona "trans-especie, de la misma
manera que se sienten las personas trans". Pero aclaró que su proceso de
transformación aún no termina y que hará "todo lo necesario" para
convertirse en un ser "inhumano, etéreo, elegante y delicado", tal
como los personajes a los que admira.
PUBLICADO EL
17-06-2017
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