Suponen que se abre una oportunidad para pensar
"en el final del kirchnerismo". El rol de Vidal será vital.
Poco después del mediodía de ayer, la mesa chica de campaña
del macrismo había terminado una reunión operativa en las oficinas de Balcarce
412. Faltaban casi 12 horas para el cierre definitivo de listas, pero ninguno
de los participantes de la reunión tenían dudas, aun sin confirmación oficial:
Cristina Kirchner sería candidata y la rival a vencer en la Provincia,
"madre de todas las batallas", en el año electoral.
El nombre de la ex Presidenta se coló poco en el
cónclave que coincidió con el décimo aniversario de la victoria de Mauricio
Macri en el balotaje porteño de 2007. Las reflexiones sobre el accionar de la
ex Presidenta habían aparecido más en la reunión previa, el viernes. Las
declaraciones públicas y matutinas de Alberto Fernández, sobre el encuentro
entre Florencio Randazzo y Cristina Kirchner, se escucharon en la reunión y
dieron tranquilidad.
La dinámica del encuentro matutino brindó algunas
pistas de cómo se gestionará la estrategia nacional que supervisará Marcos
Peña. Todos los invitados a las reuniones del viernes y de ayer eran del PRO.
Además del jefe de Gabinete estuvieron el ministro del Interior Rogelio
Frigerio, el secretario General Fernando de Andreis, el jefe de campaña
bonaerense Federico Salvai y el secretario de comunicación de la Provincia
Federico Suárez, el vicejefe de la Ciudad Diego Santilli y el secretario de
medios porteño Marcelo Nachón, el secretario general del PRO Francisco
Quintana, el titular de Diputados Emilio Monzó y el secretario de Interior
Sebastián García de Luca. Sin los socios de la mesa de coordinación de
Cambiemos, repasaron los cierres en cada provincia y señalaron dónde falta
designar jefes de campaña locales. En Mendoza, Jujuy y Corrientes definirán los
gobernadores. También dieron vía libre para avanzar con la recaudación de
fondos, que será responsabilidad de cada distrito.
Analizaron además las prioridades para el Ejecutivo
en las elecciones: la Provincia, estará a la cabeza, seguida por los distritos
más populosos y por aquellos donde se eligen senadores. La campaña comenzará el
14, pero -como informó Clarín- el viernes Mauricio Macri recibirá a los
primeros candidatos de todo el país y el sábado habrá un timbreo nacional con
los postulantes en sus distritos.
La estrategia fundamental en la Provincia ya está
definida desde hace tiempo. Un equipo de candidatos buscarán expresar los
valores variados que el oficialismo pretende reflejar para “ayudar a Vidal en
su lucha contra las mafias”. El ministro duro y joven, Esteban Bullrich; Gladys
González y su persistencia para encarcelar a Omar "Caballo" Suárez,
el referente cooperativista de La Matanza Toty Flores y las dos caras de la
misma moneda sobre la inseguridad: un duro como Guillermo Montenegro y una
víctima en la boleta provincial como Carolina Píparo. Ellos serán, junto a los
ministros provinciales y nacionales, “el equipo” que mostrará la gobernadora.
El Presidente se sumará a la campaña, pero la protagonista excluyente será
Vidal.
El oficialismo se concentrará en los 36 distritos
más populosos: los 24 del Conurbano y las 12 ciudades más importantes del
interior bonaerense, donde Elisa Carrió mide bien y se sumará a los recorridos.
“Que Cristina sea candidata es la oportunidad de
convertir la elección en un cierre final al kirchnerismo”, sentenció uno los
responsables de la campaña. La presencia de la ex Presidenta ayudará a replicar
el espíritu de la campaña de 2015, en el que el macrismo se mostrará como una
fuerza antisistema. “Nuestro desafío es seguir siendo la esperanza, seguir
representado el cambio de verdad. Queremos seguir demostrando que no hay que
resignarse. Esta fuerza se sigue rebelando y le sigue diciendo al sistema y a
la gente que estamos para cambiar de verdad”, expresó la gobernadora en el
reciente Consejo Nacional del PRO en Pilar. En privado, destacan, que
enfatizarán la idea de que una derrota dificultará el proceso de cambio. El
segundo caballo de batalla oficialista será la gestión.
La polarización estará a la orden del día. En
jefatura de Gabinete insisten en que la confrontación se empuja de abajo hacia
arriba y no al revés. En Provincia lanzan una advertencia. “No hay que perder
de vista que la elección que vale es la de octubre”, destacan sin animarse a
avizorar si, como en 2015, los votos del massismo o de Randazzo podrían migrar
a Cambiemos o al kirchnerismo.
PUBLICADO EL
25-06-2017
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