A una la buscaban desde marzo y apareció enterrada
en el campo de su hijo, que está detenido. La otra llamó llorando a la familia
el jueves y ayer la encontraron descuartizada en una obra.
Sólo en Villa María, ya hubo cuatro casos de
femicidio en lo que va del año. Pero la conmoción y el horror se extendió a
todo Córdoba esta mañana cuando se confirmó el hallazgo de dos cadáveres de
mujeres que estaban desaparecidas. Un cuerpo, en esa ciudad, mutilado y escondido
en una obra en construcción. El otro, enterrado en un campo a 35 kilómetros de
Jesús María.
Según confirmaron los investigadores, corresponden
a Olga Inés Moyano y María Eugenia Cadamuro, las dos de 46 años, ambas buscadas
por la Policía tras la denuncia de familiares y conocidos.
El caso de Olga es el más desconcertante. La
encontraron obreros, cuando llegaban a trabajar a un edificio en construcción.
El cadáver estaba mutilado, seccionado y guardado en bolsas, y recién anoche
pudieron confirmar que pertenecía a ella.
Según difundió el diario La Voz, el hijo de la
víctima había denunciado a la Policía que el jueves su madre lo llamó para
decirle que estaba en medio de un control policial, en la Ruta 158, y que le
iban a retener la moto. Después lo volvió a llamar, llorando, para decirle que estaba
en el hospital Pasteur y pedirle que se acercara. Cuando fue, el joven no la
encontró ni pudo volver a comunicarse, por lo que hizo la denuncia. Por el
hecho no hay detenidos.
Distinto, pero igual de estremecedor, es el caso de
María Eugenia Cadamuro, que había desaparecido el 15 de marzo. Su cuerpo
apareció ayer, enterrado y embolsado a 1,50 metros de profundidad en un campo
en el límite del departamento de Totoral e Ischilín. Lo reconocieron porque
tenía disparos en la cabeza y la espalda, y coincidían los tres tatuajes que
tenía.
Por el caso, el 30 de marzo fue detenido su hijo
Jeremías Sanz, de 21 años, e imputado por privación ilegítima de la libertad
agravada por el vínculo. Desde abril está detenido en la cárcel de Bouwer.
María Eugenia había vivido en Miami, Estados
Unidos, donde se había casado en septiembre de 2014 con el cubano Pedro García.
En noviembre de 2015 volvió a Argentina, ya que se le vencía la VISA y porque
su madre padecía una enfermedad terminal.
Según la versión de su pareja y amigos, además de
mensajes y audios que ya tiene en poder el fiscal a cargo de la causa, José
Raúl Almeyda, María Eugenia tenía conflictos familiares por dinero. Tuvo una
fuerte pelea con su hermana Mabel, que finalizó en una denuncia policial y
órdenes de restricción de acercamiento mutuas. También había asegurado que le
tenía temor a su hijo Jeremías, que vivía con la tía, y quien la había
amenazado.
PUBLICADO EL
17-06-2017
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