Sin pensar en los cinco grados del agua. Sin pensar
en la corriente austral que tira en contra. Sin pensar en los seis kilómetros
que quedan por delante. Los corazones de 21 nadadores argentinos estarán
enfocados hoy en dar una brazada detrás de la otra para nadar contra el olvido
de los que pelearon en Malvinas.
La iniciativa nació el año pasado, cuando cuatro
nadadores amateurs nadaron seis kilómetros en el estrecho de San Carlos de las
Islas Malvinas, apoyando al Proyecto ADN que tiene como objetivo devolver la
identidad a los 123 jóvenes cuyos restos descansan en el cementerio de Darwin
en las islas con la leyenda “Soldado Argentino. Solo conocido por Dios”.
Este año, la iniciativa cobró impulso y se sumaron
más nadadores, todos nacidos en Mar del Plata. Entre los integrantes del grupo
estará Claudio Plit, múltiple campeón mundial de aguas abiertas. Pero la
mayoría de los nadadores no son profesionales, sino simplemente compañeros de
natación.
Hay periodistas, camarógrafos, profesionales
independientes y gente que con esfuerzo se pagó los pasajes para esta travesía.
Saldrán hoy al mediodía desde el Club Naútico Ioshlelk Oten, en Río Grande, y
llegarán hasta el monumento por los caídos por Malvinas, frente al batallón de
infantería donde todos los años los veteranos hacen la vigilia del 2 de abril.
Serán dos horas en las aguas heladas pero no buscan
fama ni superar un récord Guinness. Simplemente quieren “Contagiar Malvinas”:
“Que se hable de esto todo el año, no solamente en abril”, dice Bernardo
Boucho, uno de los organizadores, desde Río Grande.
Este año se decidió hacer esta travesía en el
continente, en la zona que fue declarada “Capital Nacional de la Vigilia por
Malvinas”, por el Congreso Nacional (ley 26.846).
La vigilia en Río Grande data de 1984, cuando los
ex combatientes comenzaron a unirse espontáneamente a orillas del mar, para
brindarse apoyo mutuo frente al rechazo y el olvido desde el estado. “Las
noches del 1° de abril comenzaron a ser un espacio para la contención y el
apoyo, y a su vez para la memoria colectiva, para decir presente”, dicen los organizadores,
con sentimiento solidario. “No es un acto de heroísmo ni de protagonismo. No
buscamos ganar dinero ni ser noticia. Solo somos personas comunes que
compartimos la pasión por la natación. Nadamos contra el mar del olvido y para
que las Islas Malvinas sigan presentes”, dicen.
Una vez que salgan del agua, después de cientos de
brazadas, un grupo de ex combatientes los esperará para un encuentro, ahí donde
todos los años se hace el acto más importante. Las brazadas se convertirán en
abrazos.
PUBLICADO EL
01-04-2017
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