El padre de la joven asesinada apuntó contra los
acusados y volvió a criticar a la fiscal que encabezó la búsqueda: "No
está capacitada ni para sacar a un chico a dar una vuelta a la plaza".
Desde la casa velatoria Santa Lucía sale un
empleado a la calle y pregunta si alguien más se quiere despedir de Araceli
Fulles (22). Faltan diez minutos para las 11 de la mañana, hora en la que está
prevista la partida del cortejo fúnebre hacia el cementerio de San Martín. La
pregunta es casi un susurro, a pesar de que hay casi 200 personas en la calle.
Pero no hace falta levantar la voz. Son las últimas postales del silencio, de
una mañana soleada en el conurbano bonaerense.
A medida que empiezan a entrar para ver a Araceli
por última vez, la mañana cambia para siempre. Los que ingresaron apagados por
el dolor íntimo vuelven a la calle en una bola de llanto, enbroncados y
quebrados. No hay abrazo que los pueda contener. Es el llanto de los jóvenes el
más conmovedor, porque la muerte de una chica como Araceli es la que trae más
interrogantes. Y no hay consuelo ni respuesta para esas preguntas qué se hacen
todos: ¿Por qué la mataron? ¿Por qué se ensañaron así con ella? ¿Por qué no la
encontraron antes? ¿Por qué se la buscó tan mal? ¿Por qué a Araceli la halló un
perro y al prófugo lo marcó una vecina? ¿Y la Policía?.
La detención de Darío Badaracco trajo algo parecido
a la calma al sepelio, en el barrio de Billinghurst, partido de San Martín. La
noticia coincidió con el inicio de la ceremonia y durante la noche los amigos y
familiares se mantuvieron cerca de los más íntimos. Mónica Ferreyra, la mamá de
Araceli, tuvo que ser atendida tres veces por los médicos. No sale a la calle,
no se despega del cajón de su hija. En la puerta del sepelio, Ricardo, el papá
de Araceli, parece ser el centro de atención de todos. Habla con los medios y
recibe los saludos de los amigos de su hija, los vecinos y también los desconocidos
que pasan para darle un abrazo.
Habla cruzado por el dolor, pero también con una
lucidez asombrosa. Su discurso no es complaciente pero tampoco vengativo.
“Tenemos tristeza en el alma y en el corazón”, dice. “Me siento acompañado por
mucha gente que vino a saludarme y nunca la vi en mi vida. Yo se los agradezco
de corazón, pero creo que la gente viene porque está cansada de que siga
pasando esto. No vamos a parar de pedir justicia y tenemos muy presente que
esto le puede pasar a cualquiera, por eso vamos a ayudar”, dice.
También se anima a hablarle a los asesinos.
“Todavía no sabemos por qué se ensañaron tanto con mi hija. La maldad que
tienen no la puedo entender”, dice. Luego vuelve a criticar a la fiscal
Graciela López Pereyra, quien encabezó la búsqueda de Araceli: “No está
capacitada ni para sacar a un chico a dar una vuelta a la plaza”.
En las paredes de la calle hay pegados carteles con
la cara de Araceli. Ya no tienen los teléfonos de contacto de sus familiares,
de cuando todavía la buscaban con vida. Ahora solo quedaron encabezados por una
palabra: “Justicia”.
En un momento Gisela, la prima de Araceli, sale de
la sala velatoria y apunta para donde están las cámaras de televisión. Dice que
quiere hablar y su discurso está cargado de furia: “Que no nos sigan tomando el
pelo. Queremos justicia por la pérdida de ‘La Negra’ (como le decían a
Araceli). Nunca nos escucharon. Nunca nos dieron bola. Nosotros les marcamos la
casa de este tipo y no hicieron nada. Así que ahora se van a tener que poner
las pilas porque vamos a estar atrás de ellos. Queremos que esta gente pague en
la cárcel. Queremos que los cómplices también paguen. Porque este tipo (por
Badaracco) ponía en Facebook que estaba en la casa, comiendo con su mamá,
mientras la tenía a ‘La Negra’ enterrada en el patio del fondo”, dice entre
lágrimas.
Marisol, otra prima de Araceli, recuerda que
Badaracco iba a las marchas y que se reía: “Yo no sé si la mamá de este pibe
sabía o no, pero si lo cubrió también es culplable. Ella por lo menos va a
poder ir a verlo a la cárcel, pero Mónica va a tener que ir al cementerio”. En
el final, Gisela apunta a la Policía de San Martín: “Es la peor de todas”.
Arriba de las coronas de flores, los hermanos de
Araceli colocan la bandera que usaron para difundir la búsqueda. Una foto con
la sonrisa de Araceli y una leyenda: “Tu familia y tus amigos no vamos a parar
hasta encontrarte. Te amamos”.
PUBLICADO EL
29-04-2017
POR INFOALLEN
– Mail: noticias@infoallen.com.ar
Tags
POLICIALES