El mes próximo será el elegido para vender el
equipo; será más caro que otros equipos de alta gama que se venden en el país,
porque no se ensambla en Tierra del Fuego.
Abril será, el mes en el que las operadoras locales
volverán a vender el iPhone. Al menos lo hará Claro, que es la que ya está
haciendo circular algunas invitaciones y ya tiene resuelta la campaña
publicitaria; se le suman Frávega y Garbarino; Personal y Movistar todavía
están definiendo qué estrategia usarán para reducir el impacto de su precio
local.
Lo que llegará ahora no será un desembarco
completo: no viene Apple a vender el iPhone en el país. Más bien, las
operadoras locales (Claro primero, que comenzó a hacer circular algunas
invitaciones y más tarde Personal y Movistar, que todavía están negociando el
precio final) y algunas cadenas de electrodomésticos (Frávega y Garbarino)
compraron equipos y los ofrecerán en el país. Sí son múltiples los rumores que
apuntan a 2018 como la fecha de apertura de una tienda oficial de la compañía.
El precio, en discusión
Por lo que se sabe hasta ahora, el iPhone que se
venderá aquí tendrá precio cercano al de la importación directa, es decir,
estará en el orden de los 25 a 30 mil pesos para el modelo más caro (un iPhone
7 Plus): como el equipo no está ensamblado en Tierra del Fuego, paga los
impuestos de entrada y no accede a la reducción de carga impositiva que
promueve la instalación de plantas de producción en la isla. Así, y a
diferencia del resto del mundo, no tendrá un precio que compita con la alta
gama con estampilla de Tierra del Fuego (entre 15 y 20 mil pesos para un
Samsung Galaxy S7 Edge, por ejemplo); estará más cerca de lo que hoy se
consigue en Mercado Libre y otras tiendas.
Esa fue la razón que frenó las ventas hace un año;
pero ahora las operadoras locales decidieron ir para adelante, aunque la única
que le puso fecha tentativa es Claro; Personal y Movistar todavía están
discutiendo planes de financiación y otras estrategias para reducir el impacto
del precio. De hecho, las compañías que compraron las remesas de iPhone lo
están pagando más caro que en una compra simple: como no tiene presencia en el
país, Apple les cobra un plus a cuenta de los arreglos (la compañía ofrece
garantía internacional para sus equipos).
Así, el equipo tendrá un precio local más alto que
el que se paga por importarlo con algún sistema puerta a puerta, y estará
cercano al costo que tiene viajar a Miami y comprarlo allí, o hacer lo mismo en
Santiago de Chile (más caro que en Estados Unidos, más barato que Brasil),
sobre todo con las nuevas ofertas de pasajes de bajo costo.
En cualquier caso, se trata de una venta testigo
(es decir, son cantidades relativamente pequeñas) antes que una apuesta por
cambiar la participación de mercado de la compañía en el país; las ventas de
teléfonos de alta gama fueron históricamente el 4 por ciento del total en la
Argentina, sobre un total de 13 millones de equipos en su mejor momento (2012,
2013); en 2016, la crisis dejó ese segmento más cerca del 2 por ciento del
total, según estimaciones locales.
A eso se suma que este año, en el mejor de los
casos, de Tierra del Fuego saldrá un volumen similar al del año pasado (9
millones de teléfonos) a los que se suma el contrabando: fueron 2,5 millones de
equipos en 2016. Aún sin venta formal, en los últimos meses de 2016 Apple tenía
el 3,3 por ciento del mercado local, según estimaciones de Kantar Worldpanel.
Android se quedó con el 93 por ciento del mercado argentino.
El efecto del impuestazo de los K
El iPhone salió de los catálogos de las operadoras
locales luego del denominado impuestazo tecnológico de noviembre de 2009. La
razón involucra una decisión económica. Esa ley ofrece beneficios impositivos a
las marcas que se asocien con una firma local para ensamblar en Tierra del
Fuego, y sube la barrera de entrada para los equipos que se importan en forma
directa; para tener un precio competitivo todas las marcas abrieron plantas en
la isla, pero Apple prefirió seguir abasteciendo a otros mercados más grandes y
rentables.
También se dice que el problema estaba en cómo
resolver la entrada de partes de recambio y acelerar su paso por la Aduana, sin
montar una planta en el sur, y que eso terminó de cerrar la salida de la
compañía.
Desde entonces hubo varios intentos por convencer a
la compañía ( que mudó sus oficinas regionales a Chile en 2012) de vender en el
país, incluyendo la promesa de Cristina Fernández de Kirchner a mediados de
2012, que finalmente no ocurrió; Apple prefirió apostar -junto con Foxconn, su
socio en la fabricación- por poner fábricas en Brasil (cuarto mercado mundial
de celulares), algo que por diversos motivos no terminó como se esperaba .
PUBLICADO EL
22-03-2017
POR
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TECNOLOGÍA