
Edgardo Bauza tomó un fibrón verde y sobre las
hojas blancas de una pizarra dibujó el habitual esquema 4-2-3-1 con el que la
Argentina iba a enfrentar a Chile. Minutos más tarde, en la extensa charla que
tuvo hace un par de semanas en su visita a la nacion, pasó de página y bosquejó
el esquema que tenía en la cabeza para trepar a La Paz: 5-3-1-1. Pero hizo una
aclaración: la línea de cinco sería posible sólo si Javier Mascherano no
recibía la segunda amonestación contra los chilenos. Si eso ocurría, el esquema
alternativo sería el 4-4-1-1.
Suspendido Mascherano, el envase ya estaba
definido. Ayer el entrenador, en la práctica vespertina en el predio de Ezeiza,
confirmó los nombres. Los mismos que la nacion anticipó anteayer: Romero;
Roncaglia, Musacchio, Funes Mori y Rojo; Enzo Pérez, Pizarro, Banega y Di María;
Messi; Pratto. En total, serán siete modificaciones con respecto a la formación
que venció 1-0 a los chilenos. Por suspensiones (Mascherano, Biglia, Otamendi e
Higuaín), lesiones (Mercado y Mas) y estrategia.
La idea no tiene secretos: tomar precauciones,
fortalecer las líneas, moverse en distancias pequeñas, cortar continuamente el
juego y resistir. Pero, a la vez, tratar de no replegarse demasiado para no
entregarle a Bolivia el remate de media distancia. Intentar llegar a los
últimos 20 minutos con el marcador en cero. Las pretensiones ofensivas quedarán
recortadas a pocos intérpretes: Messi suelto, Pratto como referencia arriba y
los desenganches por afuera que puedan aportar Di María y Enzo Pérez. Paulo
Dybala, recuperado, será una opción que esperará en el banco, como Alario,
Marcone, Caruzzo y Pinola, los citados en las últimas horas del medio local.
El plantel viajará esta tarde rumbo a Santa Cruz de
la Sierra, donde pasará la noche y mañana, tres horas antes del encuentro en el
estadio Hernando Siles, se desplazará hasta la capital boliviana. La Argentina
marcha tercera en las eliminatorias, que después de esta fecha ingresará en un
largo paréntesis: volverá a jugar el 31 de agosto, en Montevideo, con Uruguay.
Un empate en La Paz dejaría satisfecho a Bauza, con 4 puntos tras la doble
fecha.
Si hubiese tenido a Mascherano, la ida de Bauza era
copiar fielmente el plan que utilizó Alejandro Sabella, en 2013, cuando rescató
un valioso empate 1-1 para seguir liderando la ruta hacia Brasil 2014. Aquella
vez, el entrenador armó una línea de cinco defensores, tres volantes (Éver
Banega marcó la igualdad), Messi suelto y Rodrigo Palacio como única referencia
de punta.
PUBLICADO EL
27-03-2017
POR
INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar
Tags
DEPORTES