Un hombre volvió sorpresivamente
a su casa y encontró a su papá en la cama, con la que por entonces era su
esposa.
El pasado 13 de noviembre, a
Matías Villablanca le había salido un viaje de trabajo a Viedma, pero el
colectivo se rompió y tuvo que postergar su pasaje. De regreso a su casa,
encontró a su papá en la cama, con la que por entonces era su esposa, mientras
sus dos nenas dormían a pocos metros de distancia.
La escena lo dejó helado, ni
siquiera pudo gritar o abalanzarse sobre su papá. Mientras los infieles se
subían los pantalones, Villablanca, de 35 años, tomó a su pequeña de cuatro años y medio y con ella en brazos se
dirigió a la Comisaría 24 a radicar una exposición policial.
Al volver a su hogar, ubicado en
el barrio Luis Piedrabuena, Cipolletti, ya no pudo entrar. Le habían cambiado la cerradura
a la puerta de ingreso; y hasta ayer aún no había podido retirar sus cosas.
El drama que relató no termina
ahí, porque a sus hijas, la menor tiene seis meses, recién las pudo ver a
principios de enero, en el Juzgado de Familia.
Ellas ya no viven en el que era
su hogar, porque una jueza desalojó a su madre, con quien residen por ahora,
las tres, en la casa de su abuela.
Villablanca accedió a un régimen
de visitas, los martes y jueves, y un fin de semana de por medio, pero lamentó
no tener un espacio físico donde ver a sus hijas y compartir el tiempo. “Ando a
las vueltas, estoy en la calle”, sostuvo Matías; y reclamó a la Justicia que interceda
a su favor porque él es el legítimo propietario de la casa, donde se quedó
atrincherado su padre.
Padre usurpador
Matías no puede siquiera retirar
sus pertenencias, porque su padre pidió una restricción de acercamiento en su
contra. También le plantó un recurso de amparo que tuvo curso, para quedarse en
la vivienda de Matías, ya que tampoco tiene dónde ir.
Padre e hijo compartían la
propiedad cuando se desencadenó el drama familiar. “Yo no quise dejarlo solo y
permití que viviese con nosotros, relata Matías, pero nunca imaginé que podía
hacer algo así. Le brindé la confianza de mi familia y me pagó de esta manera.
Mi viejo, el causante de todo este desastre, se atrincheró en mi casa y ahora
no tengo un lugar donde estar con mis hijas”, lamentó.
Aseguró que tiene documentación a
su favor que acredita su propiedad y el testimonio vivo de su madre, por quien
solicitó a la Justicia que la llame a declarar.
Le juega en contra que la casa
haya sido entregada por el IPPV a sus padres, cuando eran un matrimonio, pero
aseguró que el juzgado civil interviniente desconoce la historia posterior, que
la pareja luego terminó en un divorcio conflictivo y su mamá, al escapar de la
vivienda, le donó a él, su hijo mayor, el 50% de la propiedad que ahora reclama
para sí y sus dos hijas (el otro porcentaje sería de sus dos hermanos menores).
Matías necesita la casa para
vivir con sus hijas
“Yo no quiero que estén a la
deriva como yo, quiero que tengan un lugar y vivan conmigo”, manifestó Matías
Villablanca respecto de sus hijas. Por eso quiere recuperar su casa y conseguir
la tenencia de las nenas.
“Quiero que la Justicia me escuche, porque hasta ahora ha
escuchado una sola campana. Legalmente, yo soy el dueño de la vivienda; y lo
que más me duele es no poder estar con mis hijas”, acotó. Tiene trabajo, aunque
está con licencia, y sin techo fijo ni propio. Agradeció al Club Cipolletti y a
una iglesia la mano que le dan para vestirse, comer y asearse.
Marche un ADN: ¿Quién es el papá
de la bebita?
Matías Villablanca comenzó a
sospechar cuando notó que su hija mayor esquivaba a su abuelo, y su ex mujer,
en cambio, lo atendía en exceso, como si fuese él su marido. Tanto es así que,
haciendo cuentas, no descartó que la pequeña de seis meses pueda ser fruto de
la relación extramatrimonial que mantenía su ex mujer con Villablanca padre.
Por eso pidió un ADN. Mientras
tanto, Matías está bajo tratamiento psicológico junto a su hija mayor.(LMCipolletti)
PUBLICADO EL 2/02/2017
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