Un estudiante de Diseño Industrial de la
Universidad de La Plata ideó la forma de comer un asado en cualquier lugar y en
forma ecológica.
Emanuel Scianca, estudiante de Diseño
Industrial de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), creó la primera
parrilla portátil, descartable y biodegradable del mundo.
La parrilla tiene 47 centímetros de ancho, 20
de alto y 57 de profundidad. De cartón, plegable, con varillas de madera para
armar en un periquete, en ella se pueden cocinar hasta dos kilos de carne -o
brochettes o verduras o, por qué no, pizzas-, y dura alrededor de cuatro
asadas. Viene envuelta en una faja, es liviana -pesa 200 gramos- y puede
guardarse en una mochila porque tiene el tamaño de una carpeta oficio. Su
creador es Emmanuel Scianca, un platense de 34 años que estudió Diseño
Industrial en su ciudad natal y la patentó bajo el nombre de "Tu
punto".
¿Cómo nació la idea? Para un trabajo práctico
en 2011, Emmanuel tenía que resolver el desafío de crear una superficie para
cocinar alimentos que fuera transportable al aire libre y para cuatro
comensales. Brainstorming mediante, pensó en un diseño "para una familia
en la ciudad, con movilidad propia que quiere pasar un fin de semana al aire
libre". Primero se le ocurrió una pieza que envolvía una bolsa de cartón y
un fajo de varillas; después desarrolló una pirámide contenedora de esos
aliados fundamentales para encender el fuego, apilable y resistente; y
finalmente, dejó de lado el carbón y se volcó por una opción más económica y
transportable: un producto plegado, confeccionado con cartón y madera. Las
parrillas funcionan haciendo fuego -con carbón, con leña o con lo que más le
guste al asador- y colocando las brasas por debajo del soporte de cartón. Y la
pregunta del millón,"¿no se queman?", es fácil de responder: el
secreto para la supervivencia de esta parrilla es la distancia ideal que
mantiene entre las brasas y las varillas de madera que sostienen la carne.
"A lo largo de mi vida cociné asado en
cualquier cosa, sostenido por alambres, en la reja de una obra, incluso en
alambre tejido en algún viaje donde no teníamos soporte, pero nunca había
escuchado de una parrilla que no usara como método de cocción el hierro o el
acero. Muy loco", dice Pablo Rivero, dueño de la famosa parrilla Don
Julio, premiada con el puesto 45 de los 50 mejores restaurantes de
Latinoamérica, asador consagrado si los hay. Emmanuel las comercializa desde
2013 en tiendas de diseño, vinotecas, casas de camping, carnicerías y Facebook.
Ya recibió propuestas para vender su producto en el exterior -Miami, Venezuela,
Brasil, Barcelona-, pero aún no cerró acuerdos.
PUBLICADO
EL 20-02-2017
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