Para el INTA se quemaron más de un millón de hectáreas

Altas temperaturas, baja humedad y gran cantidad de pasto seco disponible dificultan el control. A fines de 2016, la región comprendida entre las provincias de La Pampa, sur de Buenos Aires y norte de Río Negro presentaba condiciones de extrema peligrosidad para la ocurrencia de fuegos.

De acuerdo con los especialistas, la acumulación de grandes volúmenes de materia seca fina sumado a tormentas eléctricas secas, casi sin precipitaciones, altas temperaturas y baja humedad relativa en el ambiente predisponen el comienzo del fuego y dificultan su control.

Con más de un millón de hectáreas afectadas, el INTA participa de mesas interinstitucionales y aporta imágenes satelitales que ayudan a evaluar la dimensión de los focos.

En La Pampa, a la fecha, suman más de 400 mil las hectáreas afectadas por el fuego desde el comienzo de los incendios –diciembre–. “Cuando comienza el fuego y, sobre todo, con la presencia de vientos intensos es muy difícil de controlar”, expresó Stritzler quien agregó: “El incendio está localizado en una zona de bosques y afecta al Caldén, un bosque único en el mundo”.

Para coordinar acciones, el INTA participa de una mesa interinstitucional. “Hoy nos reuniremos con el comité de emergencia donde, convocados por el Gobierno provincial, participan instituciones públicas y organizaciones de productores”, adelantó el director del INTA.

Para Daniel Bolla, especialista del INTA Valle Inferior del Río Negro, Río Negro, la cantidad de pasto y el clima no son los únicos factores que influyen en un riesgo de incendio. “A fines del año pasado, tuvimos varias tormentas eléctricas secas que no descargaron agua, como consecuencia se prendieron fuego los campos”, explicó.

“Nosotros todos los años recorremos la región y evaluamos el grado de peligrosidad de incendio que puede haber en la temporada”, expresó Bolla quien explicó que esa información es cotejada con el índice verde y comprobamos que “el mayor riesgo estaba al norte del río Negro”.

“Dicha información la ponemos a disposición de Defensa Civil Provincial, Bomberos, Dirección de Ganadería, organizaciones de productores y gobiernos municipales”, dijo Bolla y agregó: “En esta colaboración interinstitucional brindamos imágenes de la NASA EOSDIS Worldview, que permiten observar los puntos con anomalías térmicas casi en tiempo real, focos de calor, y luego las superponemos con el croquis catastral actualizado lo que facilita identificar los establecimientos afectados”.

En el sur de Buenos Aires la situación no es muy distinta, aunque los principales focos están casi controlados. Allí, el INTA Hilario Ascasubi participa en mesas de acción interinstitucional conformadas para mejorar el trabajo articulado entre los actores locales.

Alejandro Pezzola, del INTA Hilario Ascasubi, Buenos Aires, indicó que “la ganadería es una de las producciones más afectadas en la zona, sumado a una parte de pastizales con monte y arbustos. Además, se registraron algunas pérdidas agrícolas”.

El laboratorio de Teledetección de esta unidad del INTA genera información climática de interés que es provista a bomberos y a Defensa Civil para facilitar el monitoreo permanente y abordaje de los focos de incendio.

“Desde el 10 de diciembre hasta el día de la fecha, se calcula que se quemaron 102.000 hectáreas en el partido de Patagones y 50.000 en Villarino”, detalló Pezzola quien explicó que las estimaciones se realizaron a través del análisis diario de imágenes MODIS.

PUBLICADO EL 06/01/2017
POR INFOALLEN –MAIL: noticias@infoallen.com.ar
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