Es una de las varias posibilidades que tienen los
organizadores para armar la próxima ruta; Chile y Perú aceptarían volver al
rally.
Si la organización de un Dakar comienza tras el
final de la edición anterior, la versión 2018 inició su camino incluso antes de
la salida de Asunción. Con varias ofertas sobre la mesa después de cuatro años,
los organizadores tendrán la posibilidad de administrar alternativas y no armar
un recorrido desde la escasez.
Desde la partida en Lima en el año 2013, la
organizadora ASO fue sufriendo adversidades que complicaron el futuro de la
prueba de aventura en el continente sudamericano, al punto que en 2016 la
competencia se realizó sólo por los territorios de Argentina y Bolivia.
Una de las mayores obsesiones del director del
rally, el francés Etienne Lavigne, es revertir las negativas constantes de Perú
en los últimos cuatro años y de Chile en las últimas dos ediciones. Lavigne
mantendrá reuniones esta misma semana con los gobiernos de ambos países para
llevarse de regreso a París cartas de intención para volver al recorrido en
2018.
ASO entiende que la recuperación del desierto de
Atacama, corazón innegable de la prueba en Sudamérica, es vital para festejar
en 2018 el 40° aniversario de la competencia y los diez años en el continente.
El gobierno de Michelle Bachelet aceptó sentarse a
negociar con los organizadores del Dakar. Es por eso que en esta semana Lavigne
visitará en Santiago al ministro de deportes Pablo Squella, quien reconoció:
"Estamos abiertos a revisar todas las propuestas que se nos
presenten".
Con respecto a Perú, una fuerte versión indica que,
luego de muchas negociaciones en noviembre pasado, el gobierno de Pedro Pablo
Kuczynski y los organizadores de la prueba llegaron a un principio de acuerdo
para que Lima sea el punto de partida -o en su defecto de llegada- de la
próxima edición.
El presidente del Instituto Peruano del Deporte,
Óscar Fernández Cáceres, lleva adelante todas las negociaciones de un recorrido
que pretendería tener además de la capital a las ciudades de Nazca, Arequipa y
Tacna en consideración para al menos dos etapas del trazado.
Con estos regresos encaminados, Lavigne y su
director deportivo, el español Marc Coma, ratificaron el interés de contar con
Argentina el año próximo, bastión fiel del Dakar, que estuvo en las nueve
ediciones en Sudamérica desde su desembarco en 2009.
En la última reunión con el ministro de Turismo,
Gustavo Santos, quedó clara la intención de Argentina de apuntalar la zona
norte del país para la prueba, con el objetivo de generar un plus de visitantes
y actividad económica en ciudades no tan turísticas en época estival. Sobre el
final de la charla quedó flotando en el aire la posibilidad de tener a la
ciudad de Córdoba como epílogo de la prueba, en la región más identificada con
el rally en toda Sudamérica.
La alternativa patagónica, presente en la primera
versión sudamericana, -con la opción de llegar hasta Ushuaia- podría ser una
propuesta para 2019, con el fin de cumplir un viejo sueño de Lavigne de unir
todo el continente partiendo desde la ciudad colombiana de Cartagena.
En cuanto a Bolivia, hubo un cónclave con el
presidente Evo Morales durante el día de descanso en La Paz, donde las
autoridades del Dakar analizaron que para el futuro habría que explorar otra
geografía del país, con la gran alternativa del llano y Santa Cruz de la Sierra
como epicentro.
Morales apostó fuerte y pidió la largada o la
llegada para 2018, aunque su ubicación en Sudamérica conspira contra esta
intención; podría aparecer nuevamente la opción de tener la jornada de
descanso.
PUBLICADO EL
16-01-2017
POR INFOALLEN – Mail: noticias@infoallen.com.ar
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DEPORTES