Si los primates tienen hueso en el pene, ¿por qué los hombres no?

Si los humanos venimos de los primates, y los primates desarrollaron hueso en su pene, hace 50 millones de años, ¿por qué el de los hombres no lo tiene?

Primero, un poco de contexto

Nuestros parientes en la evolución, como los chimpancés, tienen en la punta de sus penes un hueso. En unos puede llegar a medir 5 centímetros y en otros es apenas del tamaño de la uña humana, pero todos tienen una estructura ósea que se conoce como báculo.

¿Por qué un animal necesita un hueso en el pene?

Son varias las teorías que se han planteado los especialistas. Mientras unos argumentan que ese huesito, puede ayudar a estimular a la hembra para que suelte los óvulos, otros han deducido que debía tener la misma función que un calzador de zapatos; es decir, permitir al macho superar cualquier fricción y penetrar en la vagina de la hembra.

Sin embargo, lo que demuestran los expertos ahora es que se trata de una cuestión de tiempo. El báculo permite prolongar el tiempo de penetración vaginal.

"Más allá de si es una buena forma de pasar la tarde, la intromisión prolongada es una forma que el macho tiene para evitar que la hembra se escape y copule con otro antes de que su esperma tenga tiempo de hacer la magia", aclara la especialista en morfología y comportamiento sexual en primates, Matilda Brindle.

Sin embargo, lo que demuestran los expertos ahora es que se trata de una cuestión de tiempo. El báculo permite prolongar el tiempo de penetración vaginal.

“Los primates machos con intromisiones más largas tienden a tener un báculo más largo que el de las especies donde la intromisión es corta", agrega Brindley.

Otro descubrimiento interesantes, es que los machos de especies que tienen una alta competencia sexual por las hembras tienen el hueso del pene más largo.

¿Por qué el hombre no lo tiene?

La respuesta corta es que los hombres no están en la categoría de copulación prolongada. La duración promedio de una penetración es, según los expertos, entre dos y tres minutos.

los humanos tuvieron que haber perdido su hueso, cuando la monogamia se convirtió en la estrategia reproductiva dominante hace 1,9 millones de años, en los tiempos del Homo erectus.

"Creemos que fue aquí cuando el báculo humano desapareció, porque el sistema de apareamiento cambió", agrega el científico Kit Opie. En relaciones monógamas, el hombre no necesita pasar tanto tiempo dentro de la vagina de la mujer.

"Por lo general, los hombres tienen una competencia mínima sexual, debido a que normalmente las mujeres sólo tienen sexo con un hombre a la vez", señala por su parte Brindle.

"Quizás la adopción de este patrón de apareamiento, en conjunto con un período corto de intromisión, fue la última gota para que desapareciera el báculo".

En cuanto a los primates, lo expertos indican que la evidencia sugiere que cuando la competencia sexual es alta, el tamaño sí importa.

PUBLICADO EL 17/12/2016
POR INFOALLEN –MAIL: noticias@infoallen.com.ar
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