El secretario de Fruticultura,
Alberto Diomedi y el subsecretario del área, Alfredo Palmieri, expusieron en
Allen el flamante Plan Frutícola Provincial, documento que fuera presentado al
presidente Mauricio Macri, el pasado 3 de noviembre.
El mismo está destinado a
modernizar la fruticultura y ya cuenta con el aval de las autoridades
nacionales.
El objetivo central se basa en
la reducción de costos en el empaque y el desarrollo de nuevas formas de
asociaciones de los productores, “dos pilares iniciales para salir de una
crisis que se profundizó en los últimos 6 años e implicó pérdidas por casi
U$S800.000.000”.
Al respecto, Diomedi explicó
ante la prensa que, luego de extensas reuniones con el gobernador Alberto
Weretilneck y representantes del sector, se decidió analizar la situación
histórica y la actualidad, y diagramar el futuro: "Decidimos poner un
freno de mano y buscar un cambio, a partir de ejecutar un diagnóstico y definir
posibles soluciones", sintetizó.
Como primera medida, el
funcionario destacó la necesidad de revisar los costos, para que la actividad
“vuelva a ser atractiva”, y adelantó que el trabajo técnico evidenció que por
cada hectárea plantada, Argentina produce 34 toneladas de manzanas, Sudáfrica
57 toneladas y Chile 59.
Asimismo, aceptó que mucha gente
vinculada al sector salió del circuito y que se perdieron 800.000 días de
trabajo. "Decidimos hacer con el Gobernador esta propuesta y, la verdad,
es que somos optimistas porque hay capacidad. Vamos a volver a enamorar a los
mercados. Tenemos la calidad de la fruta, el clima y el sello Patagonia”,
enfatizó.
Consultado por la prensa por la
necesidad de financiamiento que conlleva el Plan, indicó que serán necesarios
aportes de U$S100.000.000 por año, durante cinco años, “que garantizarán las
provincias de Río Negro y Neuquén”, aseguró.
A su turno, el subsecretario de
Fruticultura, Alfredo Palmieri, brindó un exhaustivo análisis de la situación
del sector, en la que explicó diversas variables e indicadores, tales como la
baja productividad, la crisis laboral, los bajos porcentajes de inversión, los
bajos volúmenes de cosecha, la baja competitividad en toda la cadena de valor,
la presión impositiva, los altos costos en dólares y la descapitalización,
entre otras.
En ese sentido, argumentó que en
los últimos cinco años la demanda mundial de frutas creció un 25%, y que, en
ese contexto, Sudáfrica incrementó sus exportaciones en un 60%, mientras que
Argentina perdió 60% de su volumen exportable.
El funcionario destacó que
existen dos componentes en los que se puede trabajar y que permitirán acercarse
a la tan deseada competitividad: uno anclado en la reducción de los costos de
empaque (un 50% más elevados que en los países competidores) y el otro en
asociar a los productores, para que incorporen en sus organizaciones gerentes
de comercialización.
"La meta, que rompería una
tradición de años, es que el chacarero reciba al menos el 50% del valor de
exportación de la fruta", aseguró y explicó, a modo de ejemplo, que hoy
una caja de fruta procesada en Argentina tiene un costo de U$S19, en Sudáfrica
U$S12/13 y en Chile U$S14.
De acuerdo a lo explicado por
Palmieri, otro aspecto a trabajar es el de los costos laborales: "Aquí el
productor y el empacador pagaron un 32% sobre el salario de aportes y
contribuciones, mientras que en los países competidores ese porcentaje baja a
2% en el caso de Sudráfrica y a 2,5% en el caso de Chile", sostuvo
Para sintetizar, indicó que el
proyecto es una iniciativa tomada por las provincias de Neuquén y Río Negro, ya
presentada a Presidencia de la Nación, cuyo eje está puesto en generar una
propuesta para mejorar la competitividad regional, en la cual tendrán un rol
protagónico los productores y el cambio tecnológico que permita generar fruta,
con la calidad y precios para competir en el mercado local e internacional.
"La clave está en la
búsqueda de estrategias para que la producción local pueda seguir manteniéndose
en los mercados y dejar de ser proveedores marginales", aseguró. Explicó
que el proyecto está orientado a la incorporación de tecnología dentro de toda
la cadena de producción y empaque, y al desarrollo de un esquema de
organización diferente, tendiente a canalizar inversiones a través de
organizaciones de productores, las que deberán hacer su propio plan de negocio
y definir, en base a él, la demanda tecnológica necesaria.
"El objetivo es hacer un
plan a medida, para cada uno de los protagonistas del sistema", culminó.
Finalmente, el especialista
Miguel Giacinti, explicó que el proyecto convoca a discutir la crisis
frutícola, en base a que es la primera crisis estructural que tiene la actividad
en 60 años. "Se está trabajando en la visión de largo plazo, más algunas
acciones de corto plazo para la cosecha 2017, que van en línea con el plan
recientemente presentado", adelantó.
PUBLICADO EL 05/12/2016
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