Juana Zapata fue acusada por el
homicidio de su hijo de tres años, estuvo presa, fue golpeada en un motín
carcelario y ahora fue sobreseída de la
causa: su ex pareja confesó el crimen.
Sobre el día en que ocurrió el
crimen, Zapata aseguró: “Fui amenazada, tenía miedo de Molina, sentí que mi
vida corría peligro. Pensé que en cualquier momento me mataba a mí o a alguien
de mi familia, pero nunca pensé que mataría a mi hijo, a mi bebé”.
Juana detalló que tiempo atrás lo
había denunciado por abuso y que desde el momento en que se separó de él, le
pasó lo peor de su vida y aún se pregunta si esa decisión fue un error.
“Insistió en que vaya. Llevé a mi hijo para sentirme más protegida”, admitió la
mujer y recalcó que jamás se le cruzó por la cabeza un desenlace semejante.
El trágico día, Molina la fue a
buscar a la terminal y la llevó a ella y a su hijo en moto hasta el barrio
Nueva España de Centenario. “Mientras iba en el cole me había dicho que un
primo o un amigo iban a llevar a mi nene a andar a caballo, para que nosotros
pudiéramos hablar. Fuimos hasta el río, dio muchas vueltas en la moto y me dejó
en un lugar donde hicimos una fogata”, contó ahogada por el recuerdo.
“Mi nene iba feliz porque iba a
andar a caballo”, recordó Juana como si lo tuviera frente a ella. Después
afirmó que Molina la llevó hasta un lugar en el río que él conocía y le dijo:
“Dejame hacer esto por última vez. Y abusó de mí”, sentenció en relación con
ese episodio, que luego denunció, pero
nadie la escuchó, aunque explicó que “eso fue lo de menos”.
En ese momento, Molina le dijo
que iba a ser la última vez porque se iba, pero le pidió que antes levantara la
denuncia contra él.
“A mí me detienen sin decirme qué
había pasado con mi hijo”, manifestó, a la vez que precisó “primero la llevaron a la comisaría y
después al hospital y que no me dijeron nada”.
Hallan sin vida al nene
El 10 de febrero de 2015, el
cuerpo del niño fue hallado en una zona de difícil acceso, a la vera del río en
Nueva España, Centenario. Había sido asfixiado.
Acusan a la mamá y a su ex
Raúl Molina, padrastro del nene,
se entregó en la Comisaría de Parque Industrial y confesó el crimen. Ella fue
detenida y acusada de homicidio agravado por el vínculo.
Intento de suicidio
Raúl Molina intentó quitarse la
vida tres días después del hecho, ahorcándose en la celda de la Unidad 11 con
la cadena del baño, aunque se salvó.
El sobreseimiento
Juana Zapata fue sobreseída ayer,
22 meses después del hecho, por el juez Martín Marcovesky, quien avaló el
pedido de la fiscalía y la querella. Su ex confesó el crimen y ahora ella será
testigo.
La resolución fue anunciada luego
de que el lunes la fiscalía y la querella plantearan un nuevo análisis del caso
en relación con el accionar de la mujer y solicitaran su sobreseimiento con la
adhesión de los defensores de Zapata.
“Uno de los ejes fundamentales es
incluso información que se tenía antes, sobre el intercambio de llamadas y
mensajes de texto entre Zapata y Molina”, aseveró el magistrado. De esas
pruebas se desprende donde estaba Juana, posición geográfica absolutamente
distinta a la de su niño, incluso en un mensaje de texto le pide a Molina, que
le traiga al nene”, argumentó el juez.
También sostuvo que existió una
gran cantidad de llamadas que “en el análisis dan cuenta que se trata de una
madre que quiere tener a su hijo con vida”.
“La inspección ocular del lugar y
la pericia psicológica ayudan a probar
que la mujer, no tuvo participación en
el hecho.
Por su parte, los abogados de
Zapata, Alejandro Bustamente y Facundo Trova,
no descartan iniciar acciones legales por los perjuicios que sufrió la
mujer tras ser acusada y detenida por el asesinato del niño de tres años.
La mujer, que el 12 de febrero de
2015, fue acusada de homicidio calificado por el vínculo, ahora pasará a ser
testigo en la causa.
Una familia devastada
Juana Zapata estuvo cuatro meses
presa, dos de ellos estuvo en la cárcel y los restantes con prisión domiciliaria
en la casa de una tía. “No pude volver a mi casa porque era considerada un
peligro para mis otros hijos”, confirmó con dolor.
Sobre ellos, contó que el más
chico, de seis años, no pudo ir al jardín y tampoco empezó primer grado. “Mis
hijos más grandes, de 15 y 16, dejaron la secundaria”, reveló Juana a un año y
un mes de la tragedia.(LMNeuquén)
PUBLICADO EL 15/12/2016
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