Si me permiten, voy a utilizar
una metáfora futbolera para explicar de la manera más sencilla que es lo que yo
creo que pasó ayer en diputados. Se jugaba un partido clave. Sobre el final del
primer tiempo, Sergio Massa tiró un centro medido al área y Cristina metió un
gol de cabeza.
En el arco estaba Mauricio Macri que se quedó parado,
atornillado al piso. Uno a cero. Pero la cosa no termina ahí. Falta jugar el
segundo tiempo en el senado para que ese proyecto de ganancias que tuvo media
sanción, pueda ser convertido o no en ley.
Massa estuvo representado en la
conferencia de prensa por Graciela Camaño y Marco Lavagna. Cristina por Axel
Kicillof y Héctor Recalde y desde la tribuna, Luciano Laspina vió pasar la
pelota pero no pudo hacer nada para evitar el tanto que convirtió la ex
presidenta.
El ingeniero Macri acusó el
impacto del gol en contra, y visiblemente conmovido y semi afónico en Mendoza
se despachó con todo contra Massa. Hace mucho que Macri no hace declaraciones
de tanta dureza. Acusó a Sergio Massa de haber sido el jefe de gabinete de
Cristina, a Kicillof de haber sido el ministro de economía, a Diego Bossio de
haber sido el responsable del Anses, a Felipe Solá de haber sido gobernador de
Cristina y a Graciela Camaño de haber sido ministra de trabajo. Todas verdades
menos dos errores cronológicos: Solá fue gobernador bajo la presidencia de
Néstor y Camaño fue ministra con Eduardo Duhalde y jamás con los Kirchner.
Creo que serán palabras
históricas y que van a marcar un antes y un después. Por un lado el comienzo de
la campaña de las elecciones parlamentarias del año que viene y por el otro,
una reacción bien política que se le venía reclamando al jefe de estado.
También para ser lo más justos y equilibrados posibles como es mi intención,
hay que decir que Macri se decidió a jugar políticamente después que le
metieron el gol. Tal vez si lo hubiera hecho antes, evitaba la derrota parcial.
A lo mejor comprendió que nada se construye ni se destruye por arte de magia en
la política.
Que el arte de la negociación,
de la ampliación de consensos, de la generación de mejores escenarios, tiene
que ser un trabajo permanente que hasta ahora Cambiemos venía descuidando. Se
han manejado con mucha ingenuidad y falta de audacia. Y en la política no hay
espacios vacíos. Siempre alguien los ocupa. Pero esta vez salieron con los
tapones de punta. Macri agregó que no hay que mentirle a la gente ni hacer
demagogias con medidas que traen más pobreza.
Marcos Peña llegó a decir que
Sergio Massa, el que le tiró el centro a Cristina, es la persona menos
confiable de sistema político. Lo dijo porque le había prometido al presidente
no perjudicar el costo fiscal. Peña, hábil delantero del equipo amarillo,
castigó ese proyecto “mentiroso y opositor que habla más de ellos que de
nosotros”.
Todos los oficialistas empezando
por Prat Gay y Rogelio Frigerio confían en que los gobernadores que no pueden
llegar a fin de mes, instruyan a sus senadores para que volteen esta media
sanción que les saca 5 mil millones de pesos de coparticipación. Veremos porque
con el peronismo nunca se sabe. Son tiburones que merodean el poder y cuando
olfatean la sangre de sus rivales, enloquecen y se juntan todos para calmar su
síndrome de abstinencia de poder. Eso es lo que chicaneó Peña cuando dijo que
le extrañaba ver a Margarita Stolbizer votando junto a Julio de Vido. La biblia
y el calefón, agrego yo.
Me gustaría matizar estas
informaciones con otras que sirven para buscar la mayor ecuanimidad posible. Es
un tema delicado porque se está jugando mucho del futuro de la Argentina en
estos momentos y en los comicios de medio tiempo que se van a diputar dentro de
diez meses.
Axel Kicillof dijo que su tropa
política era la que más cómoda se sentía con el resultado de la votación. Quiso
apropiarse del lugar del padre del triunfo. Y fue uno de los mariscales de la
derrota del peronismo el año pasado. El colorado no se puso ídem porque es un
caradura que fue el culpable junto a Cristina del quiebre del estado y de los
agujeros negros que le generaron al Titanic hasta que lo hundieron.
Sin embargo, ayer el Frente
Renovador le dio el centro de la cancha para que se luciera haciendo jueguito.
Por eso digo que el gol lo metió Cristina y lo padeció Mauricio. Pero para
otras miradas del PRO como la del consultor Jaime Durán Barba, esa foto de todo
el peronismo junto tal vez fue un regalo para el cumpleaños que celebró ayer.
Esa foto para su idea de debate es la representación del pasado jurásico y el
gobierno encarna lo nuevo. Dice Durán Barba que sus encuestas le dan la razón y
que Macri sigue muy arriba y con gran optimismo para el año que viene. Por lo
tanto para Durán Barba, el gol de Cristina tal vez haya sido en contra. Veremos
en las urnas.
También debo agregar que Marco
Lavagna fue muy claro cuando dijo que de ninguna manera tienen pensado
compartir un espacio electoral con el kirchnerismo. Y que el responsable de
haber abortado el operativo de reelección de Cristina fue Sergio Massa. Y en
eso tiene razón. Jugó fuerte y oportuno cuando muchos se escondían. Y hay otra
más a favor de los actuales opositores. Es probable que lo aprobado ayer haya
sido demagógico e irresponsable, como denunció Macri. Pero él y nadie más que
el, prometió en campaña eliminar el impuesto a las ganancias. ¿En ese momento,
no era irresponsable ni demagógico?
La pregunta que me hago y le
hago a los oyentes es quien gano y quien perdió con toda esta movida. ¿Macri,
Massa y Cristina salen fortalecidos o debilitados de este durísimo primer
tiempo?
Hay que decir que parte del peronismo
apuesta a la reunificación lo antes posible. De hecho ya van tres proyectos que
le frenan a Macri. Este de ganancias, la reforma electoral donde los señores
feudales apostaron a la trampa del robo de boletas y le metieron, modificado,
pero le metieron a fin la ley de emergencia social donde el gobierno tuvo que
ceder ante una fuerte presión de piqueteros y sindicalistas.
La moneda está en el aire. Las
cartas están sobre la mesa pero falta. Ahora todos tienen que preparar sus
músculos y sus habilidades porque el segundo tiempo se juega la semana que
viene en el Senado. Allí veremos quien canta victoria y pasa a la final. Allí
podremos tener una respuesta más clara a la siguiente pregunta inquietante: ¿Se
terminó la luna de miel del gobierno?
PUBLICADO EL 07/12/2016
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