Con el oficialismo sumido en una
puja pública con el FBI y un Donald Trump en ascenso en las encuestas, el
Presidente encabezará actos en los principales estados clave.
"El presidente no cree que
el director (del FBI, James Comey) esté tratando intencionadamente de influir
en el resultado de la elección" o de tejer una estrategia "en secreto
para beneficiar a un candidato o partido político", aseguró ante la prensa
el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, según la agencia de noticias EFE.
El viernes pasado, a menos de
dos semanas de las elecciones, Comey informó al Congreso y al público en
general que el FBI reabrió la investigación sobre el uso del servidor de correo
privado de Clinton cuando era secretaria de Estado y explicó, sin dar grandes
detalles, que tomó esa decisión luego de encontrar nuevos emails.
El anuncio coincidió con el
inicio de un repunte en las encuestas del rival republicano de Clinton, Trump,
y dio renovados argumentos al magnate para atacar a la ex secretaria de Estado
durante sus actos de campaña.
Por eso, la campaña demócrata y
la propia Clinton no dudaron en criticar la decisión del FBI de reabrir la
investigación tan cerca de los comicios e, incluso, cuestionaron los motivos de
Comey.
¿Por qué (...) el FBI decide
irrumpir en las elecciones sin ninguna prueba de mala conducta? Esa es una
buena pregunta", dijo hoy, molesta, Clinton en un acto en la localidad de
Kent, en el estado clave de Ohio.
Según publicó este fin de semana
el diario The New York Times, los nuevos emails que el FBI está investigando
fueron encontrados en la computadora del ex congresista Anthony Weiner, un
dirigente demócrata acusado de mantener conversaciones sexuales con menores que
hasta hace poco estaba casado con Huma Abedin, una de las asesoras del riñón de
Clinton.
No está claro si los nuevos
emails investigados fueron enviados por Clinton o a ella; tampoco está claro
cuál es su contenido.
"Ahora quieren revisar
correos de un empleado; por supuesto deberían revisarlos y estoy segura de que
llegarán a la misma conclusión a la que llegaron cuando examinaron mis correos;
no tienen un caso", sentenció la candidata presidencial demócrata.
Mientras la campaña de Clinton
hace varios días que arremete con inusual dureza contra el director del FBI,
Obama intentó poner paños fríos a un enfrentamiento que, muchos analistas, ya
pronostican podría dañar las posibilidades de la la candidata oficialista de
llegar a la Casa Blanca.
Los datos de la votación
anticipada, una opción que tienen 37 de los 50 estados del país, parecen dar
esperanza a Clinton ya que la mayoría de los que emitieron su voto vía correo
postal, email y hasta en persona son jóvenes, mujeres y miembros de minorías,
todos segmentos demográficos que la favorecen.
Por ejemplo, el número de
latinos que sufragaron antes de los comicios aumentó en estados claves como
Arizona, Nevada, Utah, Virgina, Carolina del Norte; así como en otros distritos
como Georgia y Wisconsin, según publicó hoy The New York Times.
Pese a estas señales positivas,
la brecha en los sondeos nacionales sigue achicándose hasta pronosticar un
empate técnico, es decir, una diferencia de menos de tres puntos porcentuales,
igual al margen de error de las encuestas, según la página especializada Real Clear
Politics.
Por eso, el oficialismo sacará a
jugar a toda su primera plana en esta última semana de campaña. A la cabeza irá
Obama.
PUBLICADO EL 01/11/2016
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