El impuesto hoy es del 35%.
Funcionarios de Producción recibieron a la industria electrónica, que le
presentó una propuesta. Pidieron que bajen aranceles de piezas de 12% a cero.
A casi tres meses de la reunión
en la que el ministro de Producción, Francisco Cabrera, les adelantó que
reducirían el arancel de importación de computadoras y tablets, el Gobierno
volvió a ratificarle ayer a la industria electrónica que la decisión está
tomada y que se concretaría en marzo. Lo que todavía no está definido es si la
reducción será de 35% a 0% de una vez o el primer paso será llevarlo a 16%.
El mensaje fue transmitido ayer
por el subsecretario de Articulación Federal y Sectorial, Guillermo Acosta, a
los representantes de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina Comerciales y
Afines (Camoca), de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas,
Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), de la UOM, y algunos fabricantes,
con quienes se reunió para avanzar en el plan de reconversión mediante el cual
el Gobierno busca reducir el valor de las computadoras y tablets.
Hoy, un equipo medio que en la
Argentina cuesta $ 17.000 aproximadamente, en Brasil sale $ 18.000 y en Chile,
$ 10.000, valor similar al que pueden encontrarse notebooks en Estados Unidos.
El objetivo oficial es "achicar la brecha digital y posibilitar el acceso
a la tecnología a los sectores de menores recursos", dijo una fuente de la
cartera productiva.
Mientras la compra anual de
celulares alcanza los 12 millones, la de computadoras apenas llega al 1,5
millón, por lo que "hay un amplio margen para crecer hasta dos o tres
veces ese número", agregó la fuente de Producción. De todas maneras, en el
Gobierno recalcaron que cuidarán el empleo y el proceso de reconversión se hará
de forma gradual.
Frente a ese escenario, la
industria le llevó ayer a Acosta una propuesta que abarca la reducción a 0% de
los aranceles que pagan por las piezas que no se fabrican en la Argentina asciende al 12%; la
posibilidad de que el Gobierno ofrezca financiamiento para que los usuarios
puedan acceder a la compra de computadoras con mejores condiciones; y el diseño
de algunas estrategias productivas que proponen cambios en formas de trabajo
para poder fabricar otros productos, además de notebooks y tablets. Si se redujera
a 0% el arancel de las partes que no se fabrican en el país, podría bajar 8% el
precio final de los productos.
Apuro de la UOM
Acosta y el equipo de técnicos
que participó del encuentro tomaron nota y les pidieron mayores precisiones de
alguno de los puntos, por lo que, una vez resueltos, la pelota quedará del lado
oficial y la industria se mantendrá a la espera de una respuesta. El
representante de la UOM fue determinante: apuró a Acosta y le dijo que en 10
días querían contar con una definición.
La posibilidad de que se reduzca
a 0% el arancel genera pánico en las empresas y los trabajadores porque, según
los empresarios, implicaría la desaparición de toda la industria electrónica.
La actividad emplea a unas 5000 personas de manera directa y llegan hasta
12.000 de forma indirecta.
"La propuesta de los
fabricantes apunta a bajar los costos en determinados segmentos de computadoras
como para hacerlas mucho más competitivas que las brasileñas", señaló el
presidente de Cadieel, Jorge Cavanna, quien agregó que con Chile no se pueden
comparar los precios porque no tiene industria electrónica, importan todo, y
cuentan con otra estructura de costos.
"Queremos que entiendan que
estamos decidiendo tener una industria electrónica, que haya profesionales y la
UOM tiene una escuela para ayudar a los operarios en el manejo de la
electrónica", enfatizó, preocupado, el empresario. Según agregó, "si
bajan el arancel de las computadoras y tablets a 16%, podríamos llegar a
competir, pero si lo bajan a 0%, desaparece toda la industria electrónica del
país".
Por su parte, el gerente de
Camoca, Carlos Scimone, consignó que "la reunión con el Gobierno no fue
buena porque no hubo ninguna respuesta concreta". "La clase media y
la media baja se tienen que informatizar, pero que no bajen los aranceles, sino
que usen esos fondos para fomentar la venta al público de los productos",
propuso el directivo, quien coincidió con Cavanna respecto de que "es una
industria ya lanzada, que hizo inversiones y preparó obreros en base a unas
determinadas reglas de juego que puso el Gobierno anterior. Si destruís esa
industria, se van cayendo muchas pymes que dependen de la actividad".
PUBLICADO EL 04/11/2016
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