A menos de 3 semanas de las
trascendentales elecciones cada candidato tuvo su última oportunidad para
enfrentar cara a cara a su rival en la Universidad de Nevada. Los candidatos
chocaron fuertemente en temas como inmigración, economía y política exterior.
Los candidatos presidenciales de
Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton, comenzaron este miércoles su
tercer y último debate antes de las elecciones del 8 de noviembre, saludándose
con la cabeza pero sin estrechar sus manos antes de dirigirse a sus estrados en
la Universidad de Nevada, en la ciudad de Las Vegas.
Al responder a la primera
pregunta del moderador, relativa a la vacante en la Corte Suprema que deberá
llenar el próximo presidente, Clinton dijo que es importante que la Corte
Suprema no dé marcha atrás con el matrimonio igualitario ni revoque fallos
sobre el aborto.
Agregó que esperaba que el
Senado confirme a Merrick Garland, cuya nominación por el presidente Barack
Obama no ha sido tratada por la cámara alta debido al obstruccionismo de la
mayoría republicana, que afirma que el asunto debe ser resuelto durante la
próxima Presidencia.
Este cara a cara puede ser la
última oportunidad de remontar para Trump, superado por 6,5 puntos por Clinton
en las encuestas y con parte de su partido dándole la espalda tras las
aparición del video de 2005 en el que alardeaba de seducir a las mujeres de
forma que raya en el abuso.
El republicano, sobre el que se
impuso Clinton en los dos debates anteriores, lleva días hablando de elecciones
"amañadas".
A este tercer y último duelo
dialéctico, ha invitado al hermanastro del presidente Barack Obama, que en
julio anunció su apoyo al republicano, así como también a la madre de una
víctima del ataque en 2012 contra el consulado estadounidense de Bengazi
(Libia).
El debate fue moderado por el
periodista Chris Wallace, de Fox News. Aunque la cadena de televisión está en
la órbita republicana, el moderador está considerado alguien incisivo con sus
entrevistados, ya sean demócratas o republicanos.
Wallace dividió los 90 minutos
ininterrumpidos de enfrentamiento en seis bloques temáticos que van desde la
inmigración hasta la capacidad de los dos candidatos para ser presidentes.
La aspirante presidencial
demócrata expresó su "respeto" a la Segunda Enmienda constitucional
que protege el derecho a llevar armas en Estados Unidos pero pidió más
"regulación" y criticó a su rival republicano, Donald Trump, por
apoyar a la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
"No veo conflicto entre
salvar vidas y defender la Segunda enmienda. Debe haber regulación",
afirmó Clinton en el inicio del tercer y último debate presidencial en Las
Vegas.
Por su parte, Trump alertó de
que, con Clinton en la Casa Blanca, la Segunda Enmienda quedará
"reducida". "(Este derecho constitucional) no sobrevivirá una
presidencia de Hillary Clinton", afirmó el aspirante republicano, informó
la agencia de noticias EFE.
El magnate inmobiliario dijó que
Clinton estaba "extremadamente enojada" y que no cree que gane las
elecciones del 8 de noviembre.
Clinton respondió que está
"preocupada" porque los niños se matan accidentalmente entre ellos y
a los demás por el uso de las armas, y agregó que entendía y respetaba la
tradición de la posesión de armas en el país. Trump, por su lado, se manifestó
orgulloso de tener el apoyo de la NRA, el poderosa lobby de las armas de fuego
de Estados Unidos.
El republicano aseveró que quiere
ver los resultados de las elecciones de noviembre próximo antes de decidir si
los reconoce o no, al ser consultado en el último debate presidencial sobre sus
afirmaciones de que los comicios están arreglados para que gane su rival
demócrata, Hillary Clinton.
La candidata presidencial
demócrata acusó a Trump de haber
empleado a inmigrantes indocumentados en sus compañías, pese a sus promesas de
que combatirá con fuerza la inmigración ilegal.
Trump no negó la acusación y
reiteró su promesas de deportar a millones de inmigrantes ilegales del país si
resulta electo el 8 de noviembre, al tiempo que destacó que el presidente
Barack Obama expulsó a millones de indocumentados.
El aspirante republicano
contrató a una firma que empleó a inmigrantes ilegales para la construcción de
la Torre Trump, de Nueva York, y arregló una demanda relativa a ese caso
mediante una acuerdo extrajudicial.
A su turno para hablar, Trump
resaltó que su estrategia de línea dura contra la inmigración ilegal era la
mejor manera de que Estados Unidos se deshiciera de delincuentes y de los
"bad hombres", combinando la palabra inglesa 'malos' con la española
'hombres'.
El republicano reafirmó que
construirá un muro en la frontera con México y deportará a "las malas
personas" del país, para luego recién ver quién puede ser readmitido.
La propuesta de Trump de
construir un muro en la frontera con México lo ayudó a ganar la primaria del
Partido Republicano.El candidato dijo que la política inmigratoria que planea
Clinton supone "fronteras abiertas" y una "amnistía" para
aquellos que ya están en el país de manera ilegal.
Sin embargo, aunque su rival
demócrata apoya una política más indulgente que la de Trump, promete respaldar
una reforma inmigratoria integral que allana el camino hacia la regularización
de los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en el país pero los
obliga a devolver impuestos impagos y contempla otras sanciones.
El candidato republicano acusó
la demócrata, de estar detrás de las acusaciones de abuso sexual que han hecho
contra él varias mujeres en las últimas semanas.
"Es la única manera. Esas
historias son totalmente falsas, ni siquiera le pedí perdón a mi mujer porque
no hice nada, no las conozco, quieren fama o fue su campaña (la de Clinton) la
que lo hizo", afirmó el republicano, informó la agencia de noticias EFE.
En medio de este alegato, Trump
acusó también a Clinton y a su campaña de incitar a la violencia en sus actos
incluso pagando a personas para ello.
En el turno de respuesta, la
demócrata recordó la secuencia de la polémica de las denuncias de los abusos
sexuales, que se desató después de la publicación de una grabación de 2005 en
la que Trump se jacta de poder hacer lo que quiere con las mujeres en el plano
sexual.
"Oímos lo que Donald Trump
dijo que hizo a las mujeres y después las mujeres vinieron y lo dijeron",
apuntó Clinton, recordando que la ola de denuncias siguió al video.
La demócrata recordó además que
el empresario, en actos posteriores, llegó a decir que algunas de las mujeres
que le acusan ni siquiera son lo suficientemente atractivas como para que él
intentara algo con ellas.
El empresario negó este extremo
y Clinton continuó sentenciando que "Donald Trump cree que denigrar a las
mujeres le hace más grande".
"Creo que depende de todos
nosotros demostrar quiénes somos, qué país queremos ser, qué une a nuestro
país", defendió Clinton en tono solemne.
"No es solo una cosa, es un
patrón de división, de muy oscura y peligrosa visión. Espero que más gente se
dé cuenta de lo que está en juego en estas elecciones: qué país queremos
ser", agregó.
Por último el empresario se
defendió diciendo que "nadie tiene más respeto por las mujeres" que
él, e intentó desviar el tema recordando la polémica del uso que hizo Clinton
de un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado
(2009-2013).
PUBLICADO EL 20/10/2016
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