Lo que parecía un incidente
aislado terminó por frenar las ventas y, finalmente, la producción, del Galaxy
Note 7, el último teléfono inteligente de Samsung, que se ha convertido en la
peor pesadilla de la firma surcoreana.
A dos semanas del lanzamiento
(el 19 de agosto) ya se habían documentado 35 de casos de baterías que
explotaban. Hoy, hemos perdido la cuenta.
A medida que aparecían nuevos
videos, fotos y testimonios, la situación empeoraba.
Algunos de los celulares
"ardían" nada más desconectarlos del cargador. Otros desprendían humo
sin motivo aparente o explotaban en la mano de los usuarios. E incluso dentro
de un avión.
La empresa optó primero por aconsejar a sus clientes que no cargaran
del todo el celular, luego por llamar los aparatos a revisión y -cuando se vio
que los teléfonos "arreglados" también estallaban- por pedirles a sus
usuarios que los apagaran, y anunciar el cese definitivo de fabricación.
"Sentí esa extraña
sensación de ardor en mi dedo pulgar, lo levanté, vi que salía humo, y lo tiré
al suelo", le explicó a la BBC Abby Zuis, una adolescente estadounidense
de 13 años, propietaria de un Galaxy Note 7, supuestamente reemplazado, que
acabó explotando.
Pero, ¿qué es lo que está ocurriendo?
Ánodos y cátodos
Las baterías de iones litio
(como las del Galaxy 7) son pilas recargables que almacenan energía eléctrica y
que se combinan químicamente para producir y transportar energía.
Tal y como explicó Apple (que
también las usa en sus teléfonos, al igual que la mayoría de los fabricantes),
este tipo de pilas "se cargan más rápido y duran más que las
convencionales".
El problema es que generan calor
y, si no se gestionan de la manera adecuada, pueden producir compuestos en su
interior que, como en el caso de Samsung, lleguen a estallar.
"Hemos detectado un
problema en las células/celdas de las baterías", dijo Samsung al respecto,
en un comunicado.
La empresa explicó que, tras las
primeras investigaciones, había identificado que "se produce un
sobrecalentamiento de la celda de la batería,al entrar en contacto el ánodo con
el cátodo, lo cual es un error muy poco común en el proceso de
fabricación".
¿A qué se refería?
La respuesta es más simple de lo
que podría parecer.
Toda batería funciona con dos
componentes que provocan reacciones químicas: los electrodos. Y existen dos
tipos de electrodos, el ánodo (polo positivo) y el cátodo (polo negativo).
El primero libera electrones
como resultado de un proceso de oxidación que fluyen, viajando de un electrodo
a otro. Y el segundo, al otro lado de la batería, los recibe y absorbe.
Según los especialistas de
Phys.org, "esos extremos- o conductores- nunca deben tocarse, por eso los
fabricantes insertan separadores para mantenerlos aparte".
Y el fallo de fábrica del que
hablaba Samsung significaría que esos dos extremos de las baterías estaban
entrado en contacto, lo cual explicaría las explosiones. Pero esa hipótesis
todavía se está investigando.
"Demasiada energía"
Will Stewart, del Instituto de
Ingeniería y Tecnología (IET, por sus siglas en inglés), dice que las baterías
de litio se pueden sobrecalentar porque su contenido energético es demasiado
elevado para el peso de cada unidad.
"Eso es fantástico para
mantener los teléfonos y otros dispositivos encendidos. Pero los aparatos
modernos usan mucha energía y solemos recargarlos rápidamente. Así que si algo
sale mal, el volumen de energía liberada es bastante alto y, por lo tanto,
arde".
En realidad, Samsung no es la
primera empresa que tiene problemas con este tipo de baterías. También han
estallado las baterías de cigarrillos electrónicos y de aviones de Boeing, o
las de autos de Tesla y hoveboards (patinetas eléctricos).
Según Stewart, este tipo de
fallas solo afecta a una pequeña proporción de teléfonos. Pero las imágenes que
generan pueden llegar a provocar gran ansiedad (y desconfianza) en los
consumidores.
Riesgo latente
"Los fabricantes de
dispositivos tienen en cuenta todo tipo de factores, como el rendimiento, el
costo y la seguridad, a la hora de fabricar la próxima generación de su
tecnología", explican desde Phys.org.
"Y la carrera para hacer
que la batería del último teléfono o tableta dure más puede conducir a
resultados inesperados".
Según Hideki Yasuda, analista
del Ace Research Institute de Tokio (Japón), "los fabricantes de celulares
inteligentes están tratando de comprimir esas baterías en soportes pequeños y
finos".
Y lo mismo sucede con el tiempo
de carga, una de las obsesiones de los grandes gigantes tecnológicos. El S6 de
Samsung, por ejemplo, se recarga en apenas una hora.
PUBLICADO EL 12/10/2016
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