A sus 75 años, Bob Dylan, una de
la figuras más influyentes en la cultural popular del siglo XX, obtuvo esta
mañana el Premio Nobel de Literatura 2016 por parte de la Academia Sueca, que
eligió al artista "por haber creado una nueva expresión poética dentro de
la gran tradición americana de la canción", una definición que cuadra
perfectamente con la obra del artista que mejor modeló el espíritu americano.
Activista, pacifista, católico,
trovador, eléctrico, ídolo de masas y figura de culto, Dylan logró como nadie,
en 50 años de carrera imparable, sintetizar la compleja sociedad
estadounidense, ser una una voz clave en el cambio de paradigma cultural de los
años 60, no encasillarse en ningún estilo comercial, configurar una voz propia
que supo convertirlo en una estrella de rock y, a su vez, en un poeta atemporal
que marcó a varias generaciones.
Nacido como Robert Allen
Zimmerman en Duluth, Minnesota, Estados Unidos, un 24 de mayo de 1941, el
artista se inspiró en el poeta británico Dylan Thomas para utilizar un nombre
artístico que se convertiría, con los años, en un sello indiscutible no solo de
la música folk estadounidense sino de toda la cultura del siglo XX: pocas obras
pueden explicar tan precisamente el devenir de la sociedad moderna de los
últimos 50 años.
Autor de una lírica
inconfundible que sigue influenciando a generaciones de artistas, Dylan
concibió una obra que nació en Greenwich Village, barrio de Manhattan, con el
folk contestatario símbolo de la contracultura que se volvió inolvidable a
partir de canciones como "Master of War", "The Times They Are
a-Changing", "A Hard Rain's a-Gonna Fall", "Mr Tambourine
Man" y el célebre "Blowin' in the wind", una especie de himno
pacifista.
En ese barrio de Nueva York al
que llegó tras los pasos de su ídolo Woody Guthrie, músico folk de protesta,
Dylan se relacionó con los escritores de la Generación Beat, experiencia que
marcó profundamente su propia visión a través de sus reuniones con Jack
Kerouac, Neal Cassady, William Burroughs y Allen Ginsberg, entre otros autores.
De esa época surgió "Like a Rolling Stone", que modificó en su
momento el concepto de canción.
Pero, como bien retrató Martin
Scorsese en su documental "No Direction Home", Dylan no se ancló en
su personaje de folk clásico y fue por más, influenciado por la ola pop que
desembarcó desde Inglaterra en los Estados Unidos. Un ejemplo emblemático de
ese momento fue el Newport Folk Festival de 1965, cuando Dylan interpretó su
primer set eléctrico, recibiendo criticas de los sectores más puristas del
género.
Ese sería el primer salto
sustancial de Dylan, que no dudó en cambiar de rostro miles de veces, siempre
manteniendo el carácter único de su expresión, pasando por los más diversos
temas: revoluciones sociales, costumbres culturales, la furia de la ciudad, las
formas del amor, el tema del divorcio, la vida religiosa, la fama, el peso de
la modernidad y, como siempre, la vida íntima de las personas que conforman la
sociedad.
Además de ser autor de más de 30
discos con los que modificó la historia de la música popular del siglo XX,
Dylan escribió dos libros: "Tarántula", una suerte de poemario
escrito a modo de monólogo interior en 1965, inspirado en su experiencia con la
Generación Beat; y "Crónicas. Volumen 1", publicado en 2004, donde
traza un recorrido por su propia vida a partir de una historia de la música
americana mezclada con recuerdos, anécdotas, reflexiones y pensamientos.
Ganador del Príncipe de Asturias
en 2007, el Pulitzer en 2008 y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2012
-entregada por el presidente Barack Obama-, Dylan obtuvo el Premio Nobel por
ser "un gran poeta en la tradición de habla inglesa, un sampler increíble
y original que encarna la tradición y que por 54 años se ha dedicado a eso,
reinventándose constantemente y creando una nueva identidad", sostuvo Sara
Danius, secretaria permanente de la Academia Sueca.
El Nobel al autor de "Blood
on the Tracks" desató algunas críticas: que su obra no es estrictamente
literaria, que no tiene demasiados libros, que no escribió novelas. Esos
críticos olvidan que Dylan encontró en la música un medio para transmitir su
poesía, cargada de lirismo, narrativa, retórica, metáfora e imágenes que le dan
forma a una poética fuera de serie que explica como ninguna la historia moderna
de los Estados Unidos.
PUBLICADO EL 13/10/2016
POR INFOALLEN – MAIL: noticias@infoallen.com.ar