Barcelona no pudo superar al Celta de Vigo en
calidad de visitante. El cuadro catalán perdió 4-3 y se ubica en la cuarto lugar
de la Liga Española.
Un espectacular Celta de Vigo, tanto en ataque como
en la marca individual en defensa, superó al Barcelona (4-3), castigado
por su rival en cada error propio, con tres goles en diez minutos locos de la
primera parte y con otro en la recta final, tras un monumental error de Ter
Stegen, que lo terminó de matar, cuando el Barcelona aprovechando la calidad de
Iniesta, amenazaba con el empate.
Salvo en el primer cuarto de hora, el problema del
Barcelona en el primer tiempo estuvo en la elaboración, sometido por una
asfixiante presión de los jugadores celestes, generosos en el esfuerzo,
soberbios en lo táctico. Al igual que hace un año, cuando los de Luis Enrique
sufrieron una dolorosa derrota (4-1) en Vigo, el Celta volvió a mostrarle los
dientes.
Defendió con una tremenda solidaridad y una
precisión táctica casi milimétrica, sólo alterada por una buena combinación del
tridente del Barcelona que finalizó Luis Suárez con un disparo demasiado
centrado que Sergio Álvarez atajó sin problemas, y con la entrada de Andrés
Iniesta tras el descanso.
Después del minuto 20, el Celta, que suma seis
partidos sin perder entre la Liga Española y la Liga Europa, metió un cambio en
la presión, y por ahí empezaron a multiplicarse los errores en la circulación
de balón del Barça. Uno de ellos, de Busquets, lo explotó el equipo de Berizzo
para armar un rápido contraataque, finalizado espectacularmente por el danés
Pione Sisto.
Ese gol sobrexcitó al Celta, que no tardó en
golpear de nuevo, con otro rápido contragolpe, conducido y finalizado por un
omnipresente Iago Aspas. El Barcelona estaba tocado y sus problemas aumentaron
con un gol en contra de Mathieu cuando intentaba desviar un centro de Wass. Con
3-0 y con una tremenda ovación para los locales el partido se fue al descanso.
Pero la entrada de Andrés Iniesta y un bajón físico
del equipo de Berizzo, que cometió un enorme error al encerrarse en su campo,
convirtieron, por momentos, la fiesta gallega en una pesadilla. El Barcelona se
adueñó del balón y, apoyándose en la calidad del internacional español, empezó
a crecer. Piqué puso el 3-1 que asustó todavía más a la afición gallega, que
empezó a temer por la victoria cuando Neymar volvió a golpear desde los once
metros (3-2).
A su equipo le quemaba el balón en los pies. El
equipo de Luis Enrique confiaba en otra remontada como la de Mönchengladbach,
pero un clamoroso error de su arquero Ter Stegen, al intentar picar el balón
por encima del chileno Pabo 'Tucu' Hernández cuando éste lo presionó en el
área, lo condenó con otro gol, pese a que Piqué volvió a agigantarse para mantener
a lo suyos con vida en el minuto 86 y Neymar y de nuevo el central rozaron la
épica en el alargue.
PUBLICADO EL 02/10/2016
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