El espía afirmó que el fiscal de la AMIA fue muerto
por grupos vinculados al gobierno de Cristina Kirchner. Mencionó entre otros al
líder piquetero K Luis D'Elía.
En su explosivo testimonio ante la Justicia, el ex
director general de Operaciones de la SIDE K, Antonio Stiuso, afirmó que al
fiscal de la AMIA Alberto Nisman lo mató supuestamente un grupo operativo
iraní-venezolano que habría contado con el apoyo local del líder de Quebracho
Fernando Esteche y del dirigente piquetero ultra K Luis D'Elía.
También, en otro nivel, habló de que antes de su
muerte el 18 de enero del 2015 Nisman fue víctima de seguimientos ilegales de
inteligencia a los que vinculó con el ex director de la SIDE Fernando Pocino y
con el ex jefe del Ejército general César Milani. También dijo que luego de
supuesto crimen, "Cristina Kirchner, Carlos Zannini y Aníbal
Fernández" lanzaron una campaña para "cubrir" el asesinato con
la hipótesis del suicidio, “usando al diario Página 12” y otros recursos.
Además, sorpresivamente descalificó al técnico informático Diego Lagomarsino.
En los días posteriores al hallazgo del cuerpo de
Nisman con un balazo en la cabeza, Cristina atribuyó la muerte del fiscal a que
Stiuso “le tiró un muerto” para perjudicarla políticamente y ordenó iniciarle
una serie de denuncias penales al punto que el espía pidió asilo en los Estados
Unidos considerándolo como su enemigo número uno.
En sus ocho horas de testimonio, afirmó que durante
el kirchnerismo existieron “grupos de inteligencia paralelos”, como a su
criterio, fue la empresa Dark Star a la que vinculó al ex director de la SIDE K
Alfredo Pocino, quien aseguró contrató sus servicios para monitorear a Nisman y
a otros cuando preparaba en el 2014 la denuncia por encubrimiento contra
Cristina Kirchner. “Eran agencias privadas con gente nuestra, de la policía y
de prefectura, gendarmería etc. En esta causa incluso se menciona a Milani”,
agregó en alusión al ex jefe del Ejército y director, a la vez, de Inteligencia
de esa fuerza. A este sector los implicó en las supuestas tareas de vigilancias
previas a la muerte de Nisman, no con el supuesto crimen.
Especificó que cuando dijo que los autores del
“crimen” fueron grupos locales e internacionales vinculados al gobierno de
Cristina, precisó que“grupos locales eran los relacionados a Bogado, Yussuf,
D'Elía, Esteche o cualquiera, gente que venía de afuera como de Venezuela. Le
daban documentación a los iraníes que venían de afuera para circular por la
zona” latinoamericana. Como Nisman era “un blanco fácil” se pudo haber usado la
metodología de los argentinos con pasaporte venezolano. Puntualizó que había
advertido de un libanés de nombre Asad que usaba esos dos pasaportes.
Luego relató que el ex espía de la Gendarmería Alan
Bogado reportaba al entonces secretario Legal y Técnico de la Presidencia,
Oscar Parrilli, y que a través de los contactos de esté con Yussuf Khalil le
pasaban información al ex agregado cultural Moshe Rabbani, el acusado por la
justicia argentina de ser el principal autor intelectual del atentado contra la
AMIA de 1994.
En cambio, Bogado negó esa acusación y dijo que infiltró al
referente iraní Yussuf Khalil por pedido de la SIDE. En su testimonio, Stiuso
no habló como experto forense que no lo es, sino que dio sus apreciaciones
técnicas sobre “el asesinato” de Nisman del 15 de enero del 2015. Habló en
febrero ante la jueza del fuero penal ordinario Fabiana Palmaghini en la causa
por la muerte violenta de Nisman que esta semana, tras la decisión de la Corte,
pasó el juez federal Julián Ercolini.
Stiuso, quien fue el jefe más poderoso de la SIDE
en la calle desde el 2002 hasta el 2014, reveló que al principio la custodia de
Nisman estaba a su cargo pero que luego pasó a manos de la Policía Federal. Sin
embargo, recordó que Nisman tenía una fatwa (una orden religiosa secreta de
asesinato) desde que confirmó los pedidos de detención de funcionarios iraníes
como autores ideológicos del atentado contra la AMIA de 1994 que había hecho el
ex juez Juan José Galeano. Nisman incluyó en el pedido en el 2006 al líder
espiritual iraní Alí Khamenei. “Cuando sos blanco de este gente, la custodia no
tiene sentido”, advirtió según informaron fuentes judiciales.
Aseguró que Nisman fue asesinado por un “grupo
vinculada al gobierno” de Cristina de una forma “no sofisticada” y que
“quisieran hacerlo pasar por suicidio”. “Quisieron simular un suicidio y lo
simularon mal: el baño lo eligieron para el ruido, es el lugar donde debe
aplicarse más el ruido del disparo”. Enumeró que la custodia tardó 12 horas en
entrar al piso de la torre Le Parc y que “es evidente que la rutina (de
movimientos diarios de Nisman) ya estaba conocida”. También que se reclutó a
alguien para entrar al departamento y reducirlo.
En cuanto a Lagomarsino, quien le prestó a Nisman
la pistola 22 con que murió, afirmó que fue un préstamo “sospechoso”. Pidió
investigar a todos los inquilinos que tuvo Le Parc en esa época. Luego aseguró
que “Página 12 montó una operación” al informar que Lagomarsino había pedido
asesoramiento a la jueza de Lomas de Zamora María Gonzalez antes de presentarse
a la Justicia. Dijo no tener elementos de que Lagomarsino fue infiltrado en la
unidad fiscal AMIA y que no lo conocía al técnico.
De la lectura de los diarios, concluyó que hay
alguien que quiere desviar la investigación diciendo, por ejemplo, que él se
comunicó con Milani el día de la muerte de Nisman. Luego señaló que la Unidad
de Información (UIF), en manos del kirchnerista José Sbatella, difundió la
cuenta bancaria no declarada que tenía Nisman en EE.UU para desviar la
investigación.
Más adelanto narró cómo en diciembre del 2014 fue
echado de la SI (ex SIDE) y reemplazado por el entonces secretario General de
la Presidencia, Oscar Parrilli. Seguidamente se fue de vacaciones a Punta del
Este y se comunicó con Nisman para saludarlo para Navidad. Reiteró que no
contestó las llamadas de Nisman del 17 de enero del 2015 porque tenía el
volumen del celular bajo ante las llamadas de periodistas y porque podía ser
“un salvavidas de plomo” para el fiscal cuando debería hablar el 19 ante el
Congreso.
Descontó que Nisman nunca se suicidaría y que, por
lo contrario, la presentación de la denuncia por encubrimiento contra Cristina
lo “puso contento”. Cuando empezó a hablar de la hipótesis del suicidio precisó
que “los autores de esta locura eran, esta mujer, Cristina Fernández de Kirchner,
Zannini y Aníbal Fernández que le hacía toda la parte mediática. Todo el resto
eran monos que bailaban su música”.
Reveló que, a través del dos de la SIDE, Paco
Larcher en el 2014 se había preparado una entrevista con Cristina por la
tensión que generó la firma del pacto con Irán por la AMIA pero a último
momento se suspendió.
Desde ese entonces, “estoy seguro que Alberto era
un blanco (de inteligencia) por cuanto apareció un virus en su celular, y
además los mails y las llamadas borrados”. Explicó que si hubo un seguimiento
del teléfono celular de Nisman se usó “un aparato táctico” como los que tienen
el Ejército y la Prefectura. Sobre Milani, dijo como una ironía que “no tuve el
placer de conocerlo” y que fue cierto que Cristina aumentó en el 2014 más la
partida presupuestaria para Inteligencia del Ejército que para la SI,
alimentando la versión que la ex presidenta se apoyó en Milani antes de
echarlo.
Luego de la muerte del agente de la SIDE “Lauchón”
Viale en el 2014 y el ataque a balazos contra el director de la Auditoría
General de la Nación y ex operador judicial K Javier Martínez, Nisman le dijo
sin miedo: “El próximo voy a ser yo”. En contra de todos los pronósticos,
afirmó que se enteró de la muerte del fiscal de la AMIA el 18 de enero del 2015
“gracias a una llamada de mi amigo, Javier Fernández”. (Daniel Santoro –
Clarín)
PUBLICADO EL 24/09/2016
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