Lo indicó el gobernador Alberto Weretilneck, quien
advirtió además, que aquellos que hayan cometido delitos "de encubrimiento
para arriba van a pagar por todo" en la Justicia.
"Hay entre quince y veinte policías
comprometidos y no vamos a perder un segundo en la investigación. Los que
trabajaron en contra van a tener graves problemas, de encubrimiento para arriba
van a pagar por todo en la justicia", afirmó hoy el mandatario provincial,
quien desde ayer se encuentra en dicha ciudad rionegrina.
Weretilneck resolvió ayer, entre otras medidas,
intervenir a partir de la semana próxima la Unidad Regional Tercera de la
Policía de Río Negro, máxima autoridad de la fuerza en Bariloche y la región, y
también desplazar a sus autoridades.
"Está muy claro que jefes policiales y
policías actuaron mal. Hay que comparar con otros casos que afectan a camaradas
de la fuerza. Reaccionan enseguida y a veces se pasan, con excesos. Con la
desaparición de Lucas fue al revés y todos los que pasaron a disponibilidad
actuaron con pasividad por lo menos, o encubriendo o distrayendo los más
complicados", indicó.
Para el mandatario, el pase a disponibilidad ya es
una sanción porque marca el fin de la carrera dentro de la Policía y puso como
ejemplos los casos de los comisarios Adrián Pallalef, quien estaba a cargo de
una jefatura en Viedma y estaba de licencia; y Carlos Arias, hasta ayer
director de Seguridad de la provincia.
Estos dos manejaron la Policía de Bariloche como
jefe y subjefe de la Regional Tercera durante 10 años y hasta principios de
2016, y fueron cuestionados por no respaldar y restarle información a la
investigación del caso Muñoz.
También fue pasado a disponibilidad el comisario
Oscar González, quien hasta principios de año fue el jefe de la seccional 42 de
Bariloche donde trabajaba Muñoz y luego fue destinado a la localidad de Los Menucos,
en el interior provincial, lo que se entendió como un castigo.
Weretilneck destacó, además, que el apartado
comisario Manuel Poblete, ex segundo jefe de la Regional Tercera, denunció
penalmente a su superior, el comisario inspector Juan Fernández -hasta ayer a
cargo de esa repartición aunque no fue puesto en disponibilidad- por la
presunta dilación en la investigación del crimen y que terminó siendo imputado
por encubrimiento y entorpecimiento de la Justicia.
A su vez, el gobernador ratificó que las dotaciones
del destacamento de Seguridad Vial y de la comisaría 42 son las más
investigadas y que el lunes comenzará a formalizarse los sumarios
administrativos para la totalidad de los efectivos allí destinados.
Pero antes de estas medidas dispuestas por
Weretilneck ya habían apartado tres comisarios, un subcomisario, dos oficiales
y un suboficial -estos tres últimos permanecen detenidos- que fueron imputados
por la Justicia de encubrimiento y otras irregularidades.
En tanto, el gobernador resaltó el apoyo que
recibió del gobierno nacional, a través de la ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, quien ratificó la continuidad del trabajo de las fuerzas federales al
servicio de la justicia barilochense.
"Incluso nos ofrecen una movilización
extraordinaria de efectivos que hasta ahora no es necesaria", afirmó
Weretilneck, quien respaldó del juez de la causa Muñoz, Bernardo Campana.
Por otro lado, esta mañana, los abogados
querellantes Alejandro Pschunder y Karina Chueri, junto al padre del policía
asesinado, Benjamín Muñoz, y el hermano de la víctima Javier Muñoz; presentaron
un pedido de recusación del fiscal Martín Govetto.
Consideraron que dilató la toma de medidas
importantes como los allanamientos en la sede de la Policía Montada, la misma
seccional 42 y un complejo de cabañas donde reside un subcomisario investigado.
"Hubo indicios de que Lucas podría estar
secuestrado y con vida cuando pedimos estas diligencias; sin embargo, (el
fiscal) las ordenó después de la aparición del cadáver", explicó el
abogado Pschunder.
Para la querella, la misma dilación se produjo para
allanar una vivienda donde se secuestró una camioneta que fue vista por varios
testigos siguiendo a algunas brigadas policiales que buscaban al oficial mayor
cuando éste aún estaba desaparecido.
Muñoz (29) fue visto con vida por última vez el 14
de julio cuando se dirigía a tomar servicio a la comisaría 42 de Bariloche y
tras 27 días de búsqueda lo hallaron asesinado de un balazo en la nuca, vestido
con uniforme y una pistola junto a su cuerpo, en un descampado de las fuerzas
de la ciudad, en una zona que ya había sido rastrillada por la policía local.
Por ello es que la querella considera que el
efectivo estuvo primero secuestrado y su cadáver fue posteriormente
"plantado" en ese lugar.
PUBLICADO EL 18/08/16
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