Después de casi dos años de inactividad y luego de
una lesión en su muñeca que parecía que lo dejaba afuera del tenis, lo logrado
por Juan Martín del Potro fue épico, y se convirtió hoy en ícono del Tenis
Nacional. Las cuatro horas y dos minutos de juego vividas en el Centro Olímpico
de Tenis de Barra de Tijuca fueron el corolario de una final que tuvo un justo
ganador como Murray y que devolvió la imagen del tandilense de sus mejores
épocas.
'Delpo' suplió con un corazón enorme sus falencias
físicas y su falta de ritmo de competencia, primero para dejar fuera del
certamen al uno del mundo, Novak Djokovic, después para ganarle un partidazo al
español Rafael Nadal y finalmente para llevar al límite al escocés, quien se
transformó en el primer jugador en ganar dos veces el individual de un Juego
Olímpico y encima consecutivamente.
El argentino se las vio hoy con un Murray que llegó
descansado a la final y que apenas pasó un sofocón en tercera ronda con el
italiano Fabio Fognini.
Del Potro basa su juego en un buen servicio y en una
tremenda derecha, de las mejores del circuito junto con la de Stan Wawrinka,
pero no pudo imponerlo en el set inicial porque Murray leyó muy bien su saque,
neutralizando la primera de sus armas.
El escocés pertenece a una generación de jugadores
que defensivos-ofensivos que encabeza Novak Djokovic, punto intermedio de la
contracara que simbolizaron Roger Federer y Rafael Nadal. Se adaptan al estilo
del rival.
Por eso le jugó preferentemente al revés para
forzar el error y trató de moverlo hacia los costados y hacia la red, conocedor
de los problemas de traslación del argentino.
El primer set no tuvo un dominador claro, ya que
ambos cometieron muchos errores no forzados (19 Del Potro y 17 Murray) y hubo
cinco quiebres de saque en 12 games.
Se lo llevó el escocés en una hora y 14 minutos
porque cerró mejor un parcial que lo tuvo arriba 3-1 y 4-2, y que el tandilense
equilibró con su derecha y con el saque de a ratos. Pero su porcentaje de
segundos servicios fue muy bajo.
En el segundo set se vio un Del Potro más suelto.
Quebró rápido, jugo más sólido, con menos errores no forzados, y aprovechó esas
"lagunas" a las que acostumbra Murray para ponerse arriba 2-0.
Y manteniendo el servicio se llevó el parcial por
6-4 con un derechazo que hizo "estallar" en gritos a los argentinos.
Set iguales tras dos horas y 14 minutos de juego.
El tercer set tuvo una bisagra que fue el sexto
game. Dos dobles faltas del argentino y un par de malas decisiones le sirvieron
el parcial en bandeja a Murray, que quebró dos veces al tandilense para ganarlo
6-2 en apenas 36 minutos.
Del Potro quebró otra vez rápido en el siguiente
parcial y encendió la ilusión. Pero su buen compañero ruta, el servicio, lo
abandonó, se sucedieron los quiebres, Murray primero igualó y luego se puso 3-2
arriba.
Momento en que el argentino pidió trainer,
desnudando que el cansancio ya era otro adversario.
Paradójicamente, el tandilense sacó fuerzas de
donde no las tenía, tomó la delantera, llegó a servir para set, pero el escocés
erró poco y además se vio favorecido por un mal fallo de un juez de línea que
lo salvó de un quiebre cantado, obligando a repetir un punto que finalmente
ganó.
Murray mantuvo su servicio, Del Potro no pudo hacer
lo mismo con el suyo y llegó el final. Medalla dorada para el escocés y la
plateada y el reconocimiento para la "Torre de Tandil", que hizo suya
una vieja frase de la revista El Gráfico de hace 60 años: Vencedor aún vencido.
PUBLICADO EL 14/08/16
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