Un cambio en la declaración de un ex secretario del
fiscal Marijuan y dos llamadas de la procuradora a la Casa Rosada habrían
buscado alejar a la ex Presidenta del caso.
Con un incendiario escrito que reorientaba su
estrategia defensiva, Lázaro Baéz acusó la semana pasada al juez Casanello
–cuya recusación amplió con ese texto–, a la procuradora Alejandra Gils Carbó,
a los fiscales de la PROCELAC Carlos Gonella y Omar Orsi, y al ex titular de la
AFIP, Ricardo Echegaray, de haber colaborado con un supuesto “encubrimiento
agravado” de Cristina Kirchner en la causa que investiga de “la ruta del dinero
K”.
Según Báez, todos ellos habrían intervenido rápida
y coordinadamente en el inicio del expediente, para que el caso se orientara a
una pesquisa por lavado de activos fruto de evasión fiscal y se mantuviera
lejos del peligroso vínculo entre los sobreprecios en la obra pública y las
finanzas de Báez y la familia Kirchner.
Aquella acusación encontró ahora dos nuevos
indicios sobre los cuales apoyarse. Ambos están en otra causa que investiga el
juez Marcelo Martínez de Giorgi, y se refieren a un supuesto “operativo
rescate” de Gonella y Orsi, los dos fiscales antilavado que apenas estalló el
escándalo de “la ruta del dinero K” en el programa de Periodismo Para Todos de
Jorge Lanata –en abril de 2013– intervinieron en el requerimiento que iniciaba
la investigación judicial, circunscribiendo el asunto a las andanzas de
Leonardo Fariña y Federico Elaskar, dos personajes claramente secundarios en la
historia que apuntaba a Báez y a los Kirchner.
Tras su regreso del exterior, donde lo encontró la
noticia, el fiscal a quien le tocaba el caso, Guillermo Marijuan, rectificó
aquella acusación, y denunció a Gonella y Orsi, dos personas de la más absoluta
confianza de la procuradora Alejandra Gils Carbó.
En esa causa, entre otros testigos, fue citado a
uno de los prosecretarios de Marijuan, Carlos Alberto Vasser. El funcionario
declaró el 4 de septiembre de 2013, diciendo que el 18 de abril de ese año,
cuando en la fiscalía trabajaban en el reqerimiento de instrucción sobre el
escándalo del que hablaba todo el país, se presentaron Gonella, Orsi y el
reemplazante de Marijuan por esos días, Ramiro González. Vasser contó que los
funcionarios de la PROCELAC llevaron unos reportes de operaciones sospechosas
que la Unidad de Investigación Financiera (UIF) tenía contra Fariña y Elaskar,
quienes en otros programas televisivos se habían desdicho de lo que habían
declarado para las cámaras de Jorge Lanata. Como todo era confuso, la acusación
sólo se concentró en el financista y el valijero.
En síntesis: Vasser se excusó de responsabilidades
por haber dejado a un lado a Lázaro Báez. “La PROCELAC intervino en esas
actuaciones”, declaró. Pero el 2 de diciembre de 2014 se presentó a declarar
otra vez, para aclarar que en aquella oportunidad “los doctores Gonella y Orsi
no impartieron ningún tipo de directiva”,y que si en su declaración anterior se
leía otra cosa se debía que “tal vez existió un error de redacción, y por ende
de concepto”.
¿Qué pudo haber causado semejante volantazo? Según
la defensa de Báez, al sorpresivo nombramiento de Vasser como fiscal, tras
haber ganado el concurso 71. Tan extraño fue su triunfo que otra de las
concursantes, Mariana Tetamanti, lo denunció públicamente. Los abogados no
dejan lejos de las sospechas a Marijuan, por su posible apoyo a su colaborador.
A cambio, debía aliviar la situación de Gonella y Orsi, que tanto preocupaba a
su jefa Gils Carbó y al juez Casanello, cuya actuación también era cuestionada.
“Ellos fueron la primera avanzada para dejar afuera a Cristina”, dicen. No
resultó: Martínez de Giorgi procesó y embargó a ambos fiscales.
En su juzgado también hay otras pruebas que ahora
podrían volverse improtantes: un llamado de Gonella a Gils Carbó en esos días
clave, y dos extrañas llamadas de la procuradora a la Secretaría Legal y
Técnica de Carlos Zannini, y a Presidencia de la Nación. (Clarín)
PUBLICADO EL 30/07/16
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