La beba recibió un corazón no compatible de otro
pequeño paciente que estaba internado en el hospital en una operación realizada
por el equipo de trasplantes del nosocomio, y es el primero de latinoamérica en
practicarlas, aplicando un protocolo especial.
Nahiara, que sufría una miocardiopatía dilatada y
se atendía desde los cuatro meses en el Garrahan, evoluciona favorablemente,
fue trasladada a una sala común y "pasará a la historia de los logros de
la salud pública argentina" por tres razones, destacó este jueves el
centro pediátrico ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios.
"Acaba de recibir el trasplante cardíaco
número 50" en el Garrahan, es una de las trasplantadas "más pequeñas
en 16 años de desarrollo de estos procedimientos" en ese hospital "y
es la tercera receptora de un órgano incompatible, lo que posiciona a la
institución como la primera en alcanzar trasplantes exitosos de este tipo en
América latina", detallaron.
El trasplante comenzó a las 0.30 del martes 12 de
julio, tras un operativo que demandó más trámites de lo habitual por tratarse
de un órgano incompatible, y concluyó a las 5.30. Utilizaron un protocolo de
origen canadiense que reduce el riesgo de rechazo mediante la incorporación de
componentes del grupo sanguíneo del donante en la sangre del receptor.
"Esto tiene que ver con el crecimiento y la
excelencia del equipo de salud que ubica a la institución entre los mejores
centros del mundo", destacó la presidenta del consejo de administración
del Garrahan, Graciela Reybaud.
Medio centenar de operaciones realizadas hacen que
"uno mire para atrás y se dé cuenta de la cantidad de gente que se ha
esforzado para que esto sea posible", reflexionó Horacio Vogelfang, jefe
del servicio de Trasplante Cardíaco del Hospital, quien encabezó el equipo de
12 personas que operó a Nahiara.
El hospital informó que el lunes 11 a las 18,
cuando el equipo se retiraba al final de su jornada, recibieron del Instituto
de Trasplante de la Ciudad de Buenos Aires el dato de que "había un
donante de apenas un año en el mismo hospital".
Cuando hay un donante, lo primero que hace el
organismo encargado de la procuración y donación de órganos es adjudicarlo al
primer receptor compatible en la lista, es decir, alguien con el mismo grupo
sanguíneo y similar peso y edad.
"El corazón no da tiempo de medir otras
variantes de rechazo previas al trasplante. El órgano se ablaciona y trasplanta
en forma inmediata", dijo Vogelfang y explicó que "por eso lo primero
que se testea es el grupo sanguíneo".
Como en este caso el testeo "fue negativo para
los receptores compatibles", los médicos del Garrahan pidieron "una
vía de excepción" para trasplantar ese corazón a Nahiara.
"El hecho de que el donante estuviera en el
hospital ahorró el tiempo de traslado de los ablacionistas y del órgano, que
lleva la mayoría de los operativos", destacó el cirujano encargado de la
ablación, Gerardo Naiman.
Los equipos de ablación e implante están
encabezados por los cirujanos Naiman y Vogelfang, sus colegas Luis Quiroga,
Ignacio Berra y Orlando Saique; los anestesistas Walter Medici, Ricardo Mancino
y Martín Roth, el perfusionista Matías Martínez, los instrumentadores Laura
Urrutia y Hugo Callero y las circulantes Romina Gutiérrez, Alejandra Vinas
Herrera, entre otros profesionales y agentes hospitalarios.
Cuando la beba tenía cuatro meses su madre, que se
llama Laura y viven en Pompeya, empezó a notar que sudaba y se agitaba mucho,
pero primero lo atribuyó al calor porque era verano, hasta que un día su
hermana la convenció de llevarla al Hospital Penna donde la controlaba y allí
vieron que algo andaba mal.
"Dos, tres, cuatro médicos y cuando quise
acordar había ocho en la sala, le hicieron un placa y descubrieron que tenía el
corazón dilatado, muy grande para su tamaño, después me derivaron al
Garrahan", cuenta hoy la mujer.
El 11 de este mes Laura llevó a la beba al control
y al volver, alrededor de las cuatro de la tarde, le dio una mamadera. En eso
sonó el teléfono, era Marita, la secretaria del Servicio de Trasplante del
Garrahan, para decirle que había un corazón para Nahiara. "Me largué a
llorar, temblaba, no pude seguir hablando de la mezcla de alegría y
miedo", relató.
"La verdad es que fue un milagro, estoy feliz,
mi hija está evolucionando bien" y eso "me ayuda a darle esperanza a
otras familias que pasan por la misma situación y necesitan la donación",
dijo la madre de Nahiara, que tras una semana en terapia neonatal fue
trasladada a una sala común y evoluciona favorablemente, indicó el Hospital
Garrahan.
PUBLICADO EL 22/07/16
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