Así lo informaron desde la Procuraduría de Trata y Explotación
de Personas (PROTEX) al conmemorarse el Sábado el Día Mundial contra ese
delito, que en Argentina ha logrado un promedio superior a 50 condenas por año
desde 2014.
"Entre un 25 y 27% de las condenas por trata
con fines de explotación sexual corresponden a menores de 18 años, y en el
terreno de la explotación laboral las víctimas de esta franja etaria
representan el 17% de las condenas, lo que implican porcentajes todavía muy
altos", describió Marcelo Colomo, responsable de la Protex.
Colombo explicó que "en relación a la
explotación sexual de menores, el 100% de las víctimas son niñas y adolescentes
mujeres, la mayoría en contexto de vulnerabilidad; en tanto en la explotación
laboral, también hay niños y adolescentes varones".
Creada en abril de 2013 con el objetivo de brindar
asistencia a todas las fiscalías en delitos que involucren secuestro extorsivo,
trata de personas y delitos vinculados a la trata, así como asesorar en el
desarrollo de políticas públicas para la prevención, desde agosto de 2015 la
Protex también co-administra la atención del 145 (número telefónico gratuito de
denuncia).
Entre agosto de 2015 y febrero de 2016, se
recibieron 579 denuncias de las cuales 53 generaron investigaciones
preliminares dentro de la Procuraduría.
En referencia a las investigaciones preliminares,
la Protex ha incrementado cada año el número, siendo en 2015 428 casos, contra
288 que se habían realizado en 2014.
En cuanto a las condenas, Argentina se ubicó dentro
del 16% de países que más condenas por año produjo en el mundo por este delito
(70 condenas en 2014 y 45 en 2015).
En referencia al tipo de condenas, Colombo
describió que "las estadísticas muestran que en general la mayor cantidad
de casos se dan por explotación sexual, sobre todo tras la sanción de la ley de
Trata de 2012".
El letrado recordó que "recién en 2011
empezamos a encontrar condenas con casos de explotación laboral; en estos casos
es más difícil la detección del supuesto de trata y su investigación; en
Argentina hay varios casos condenados pero si uno verifica los antecedentes de
la región son muy pocos".
En este contexto, el desafío que encuentra el
fiscal especializado es "seguir cosechando condenas a organizaciones y
bandas grandes, y llegar a los funcionarios públicos, porque la lógica del
crimen organizado requiere de funcionarios para poder sostenerse en el
tiempo".
"Entonces -continuó- siempre hay que estar
atento a la persecución de los que puedan ser cómplices, a la investigación
patrimonial y el decomiso de los bienes que se puedan incautar en la condena y
a investigar cualquier intento de obstrucción de Justicia, amenaza de testigos
o coerción que se ejerce hacia los testigos víctimas".
Colombo aseguró que "esta connivencia entre el
crimen y el poder que se da en la explotación sexual no sólo pasa en Argentina
sino en todo el mundo y también se aplica a la explotación laboral, donde en
mucho casos se tiende a condenar al explotador directo sin ver qué hay
detrás".
Y añadió: "Esto pasa, por ejemplo, en los
talleres textiles, donde se condena a los encargados del taller pero no se
busca la responsabilidad de las grandes marcas o grandes grupos; lo mismo
sucede en el campo, cuando se detecta una situación de explotación y la
Justicia saca la foto al cuadrillero pero ése es el actor de menor jerarquía,
lo que hay que hacer es ir por las cabezas".
Al hacer un balance de estos último años, Colombo
concluyó que "existe una mirada más específica de los actores del Estado,
que se da desde 2008 o 2009 y se profundizó tras la sanción de la ley, cuando
empezaron a mirarse distinto ciertas prácticas sociales".
Como ejemplo de esos cambios, el fiscal identificó
que "una de esas prácticas tiene que ver con la actividad del peón rural,
lo mismo con situaciones como la mendicidad infantil, cuando estos niños tienen
atrás organizaciones que no es el caso de una familia que tiene que pedir por
necesidad".
El 30 de julio fue designado por las Naciones
Unidas como el Día Mundial contra la Trata en 2013 tras una reunión de la
Asamblea General en el que se evaluó el Plan de Acción Mundial contra este
delito, que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos,
incluidos el trabajo forzoso y el sexo.
A pesar de que no hay cifras exactas sobre la trata
con fines laborales, la Organización Internacional del Trabajo calcula que casi
21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso, en tanto
para las víctimas de explotación sexual las Naciones Unidos no brindan una
cifra estimada.
PUBLICADO EL 29/07/16
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