“Ya comprobamos que el programa tiene una
circulación que nos excede. Ya no existe esa estructura en la que un ciclo es
más o menos visto por la pantalla en la que esté, el que quiere lo busca y lo
ve”. Diego Capusotto la tiene clara: su ciclo hace rato que tiene vida propia
con un público que, cuando tiene nostalgia de alguno de sus personajes, lo
encuentra por cable o en la web. Para los que quieran novedades, este lunes
llega una nueva temporada, la onceava, de Peter Capusotto y sus videos por TNT,
a las 23. Y habrá repeticiones toda la semana, por la señal TBS.
Capusotto compara su programa con una banda de
música y sus personajes, con canciones. “En nuestro trabajo le fuimos
encontrando historia a los personajes; evolucionan o se reciclan. Algunos son
desprendimientos de otros, eso es una constante de los últimos ciclos. Es como
una banda que cada año saca un disco que puede mejorar o no pero a nosotros nos
gusta”, dice. El plural incluye a su coequiper fundamental desde el minuto uno,
el guionista Pedro Saborido. “Hay una génesis o un alma que está aún flotando,
y como pasa con los grupos, con cada material nuevo, al público se le renueva
el entusiasmo o se siente defraudado”.
“Es que hay un mundo que es muy previsible. Lo que
hacemos es mostrar algo que, finalmente, por su propio peso, tarde o temprano
va a caer. De pronto hay un personaje que no es nadie en particular pero
termina existiendo realmente. Sobre todo los que tienen que ver con lo
macropolítico, son los escenarios más previsibles. Después, hay personajes que
transitan por el mundo sin estar mediados por ciertas coyunturas políticas.
Pertenecen a mundos posibles y finalmente la realidad es más contundente que la
ficcionalidad. La realidad es estar en un hospital y que te pongan en la tele
un noticiero”.
“Siento que me puedo meter con lo que quiera. No
tengo una mirada relacionada más con lo moral sino que si algo no nos causa
gracia, no lo contamos. El efecto sucede, en general, cuando no esperás que el
personaje reaccione como reacciona. Como no esperás que la gente se preocupe
por tantas pelotudeces con la maldad reinante que hay en el mundo. En realidad,
depende de la clase social que la lleva a cabo, no se dice nada o se condena.
Hay gente que piensa que nuestro programa es amoral y otra que cree que tendría
que ser más amoral de lo que es”.
Sin adelantar las novedades, (Capusotto y equipo
apuestan a la sorpresa), dice: “Casi siempre predomina nuestro lado fatalista
que cree que todo es absolutamente inútil. Pero creo en los pequeños milagros.
Seguir haciendo esto es un acto de fe. Algo te impulsa y te dice que lo que
hacés es lo más necesario que podés hacer. Uno elige esto para escapar un poco
de lo cotidiano y atravesar un mundo capitalista injusto. Y porque tampoco se
nos ocurrió otra cosa. Pero que alguien te diga me muero de la risa, no hace
falta nada más”.
"Nafta Súper": Sobre el oficio de actor y
los miedos
Diego Capusotto también está grabando la serie
Nafta Súper basada en la película Kryptonita. “Yo, como actor, trabajo desde el
terror que es hacer algo con lo que finalmente te vas a enfrentar”, dice. “Es
como cuando estás en el avión y tenés miedo de despegar. Finalmente despegás y
estás en el aire. Lo pasaste. Cuando uno atraviesa ese terror y se mete en el
asunto aparece algo ligado a la intensidad”. Y admite: “Me hubiera gustado
dedicarme a la música, ser multinstrumentista más que actor. Pero siendo actor
puedo jugar a serlo. Como lo que hacen los niños pero con seriedad”.
PUBLICADO EL 10/07/16
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