Las autoridades turcas recuperaron el poder tras un
fallido intento de golpe de Estado que mantuvo en vilo a Turquía durante toda
la noche y que se saldó en la madrugada con la muerte de al menos 194 personas
y más de 2.800 militares detenidos.
El intento golpista logró la unión de los cuatro
partidos políticos con representación parlamentaria y dio la oportunidad al
gobierno de realizar purgas en el sistema judicial, donde destituyó a más de
2.000 jueces acusados de tener vínculos con el predicador islamista Fethullah
Gülen, señalado como el cerebro del golpe y cuya extradición de Estados Unidos
fue reclamada hoy por el gobierno.
El primer ministro turco, Binali Yildrim, informó
que 161 personas murieron entre militares leales, policías y civiles; mientras
que por el bando rebelde al menos 20 soldados perdieron la vida.
Esta última cifra contrasta con la brindada horas
antes por el jefe interino de las Fuerzas Armadas, Umit Dundar quien había
confirmado la muerte de 104 golpistas, elevando la cidra total a mas de 200.
Yildrim agregó que 1.470 personas resultaron
heridas, 30 de ellas militares rebeldes.
Por otra parte, al menos 2.839 militares han sido
detenidos por su presunta colaboración con el golpe, según Yildirim, quien ha
incluido entre los sospechosos tanto a soldados rasos como a oficiales de alto
rango.
El ministerio del Interior turco había informado
previamente de la destitución de cinco generales y 29 coroneles.
Además, el gobierno aprovechó la ocasión para hacer
una purga en la Junta Superior de Jueces y Fiscales, de donde fueron destituidos
a 2.745 magistrados; mientras que el ministerio de Justicia destituyó a 5 de
los 22 miembros de la propia Judicatura.
Al mismo tiempo, la policía detuvo hoy a 10 jueces
del Danistay, la máxima autoridad jurídica para contenciosos administrativos y
otros 38 están siendo buscados; mientras que hay orden de arresto contra 140
jueces del Tribunal Supremo (Yargitay), y se ha detenido al juez del Tribunal
Constitucional Alparslan Altan.
El presidente de Francia, Francois Hollande,
advirtió hoy que "sin duda" en Turquía se avecina un período de
represión.
Si el presidente turco, Recep Tayyip Erdogán,
"ha restablecido completamente la situación, y creo que es el caso, vamos
a tener un período de mucha calma pero sin duda también habrá represión",
declaró el jefe del Estado francés desde Niza, donde el jueves pasado el
conductor de un camión asesinó a 84 personas durante los festejos del feriado
nacional.
La advertencia del mandatario galo se de en medio
de un renovado clima de unidad en el Parlamento, donde los cuatro partidos
iniciaron la sesión de hoy con un minuto de silencio por las víctimas del
fallido golpe aunque dejaron entrever sus críticas al autoritarismo del
gobierno.
Al inicio de la sesión, Yildirim describió la
jornada de ayer como "una fiesta de la democracia", resaltando que la
población se había opuesto a los golpistas, informó la agencia de noticias EFE.
Mientras, frente al Parlamento, una multitud que se
reunió a celebrar el fracaso del golpe, llegó a pedir la pena de muerte para
los golpistas al grito de"¡Dinos que matemos, y mataremos!".
Imágenes difundidas por la televisión turca
mostraron a cientos de personas que, en respuesta al pedido de Erdogan de tomar
las calles, acosaron a algunos soldados sublevados, que evitaron el
linchamiento por la intervención policial.
La web opositora Odatv difundió además la imagen de
un soldado al le cortan la cabeza.
Las protestas se convirtieron en celebraciones
después de que, al amanecer, los soldados golpistas abandonaron los tanques
sobre el puente del Bósforo y se rindieron a la policía, un instante
transmitido en directo por las televisiones.
Hasta ese momento habían sembrado pánico los vuelos
rasantes de cazabombarderos sobre el centro de Estambul y Ankara, rompiendo la
barrera del sonido con un efecto fácil de confundir con detonaciones, sin que
la ciudadanía supiera si estaban pilotados por rebeldes o militares leales al
gobierno.
Según los medios turcos, dos helicópteros de los
golpistas fueron abatidos por cazas, pero otros aviones bombardearon el
Parlamento, dejando varios heridos y graves daños materiales.
La verdadera motivación de los conspiradores aun no
se ha desentrañado, pero el presidente acusó desde un primer momento a la red
de seguidores del predicador Fethullah Gülen, un firme aliado del gobierno
hasta el 2013.
Gülen, de 75 años, vive desde 1999 en el estado
norteamericano de Pennsylavnia, y es acusado por el gobierno de Erdogan de
"terrorista" y de querer desestabilizar al Estado turco.
Desde su exilio, Gülen construyó un movimiento
político religioso, social y económico que en los últimos años movilizó un gran
número de seguidores en Turquía y en más de 130 países.
La alianza entre Gülen y Erdogan se rompió luego de
que los medios del movimiento encabezado por el predicador filtraran una serie
de documentos sobre investigaciones de corrupción en el gobierno del por
entonces primer ministro Erdogan.
Los medios afines a Gülen han negado toda
implicación y han transmitido una condena del golpe por parte del predicador,
exiliado en Pensilvania.
Aunque la presencia de los gülenistas en Policía y
Judicatura era conocida, hasta que estos cuerpos sufrieron amplias campañas de
purgas en los últimos años, no hay constancia de que los mandos militares, de
tradición firmemente laica, tengan simpatías por la cofradía religiosa.
Hoy, frente a una multitud de seguidores en una
plaza de Estambul, Erdogan hizo un llamado para que Estados Unidos extradite a
Gülen.
Horas antes, también el primer ministro turco,
Binali Yildirim, había señalado que un país que acoge al "líder del Estado
paralelo", nombre con la que las autoridades turcas se refieren a la
cofradía que encabeza Gülen, no puede ser un amigo de Turquía.
Gülen ha negado toda implicación y ha condenado el
golpe, mientras que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, instó a
Turquía a presentar pruebas de su vinculación.
PUBLICADO EL 16/07/16
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