Se realizaron los alegatos en el caso de abuso
sexual que tuvo como víctima a una menor de Cipolletti, que radicó la denuncia
cuando cumplió 18 años. El juicio se realizó durante tres jornadas de
audiencias ante la Cámara Segunda en lo Criminal de la Cuarta Circunscripción.
El tribunal fue presidido por César Gutiérrez
Elcarás e integrado por Guillermo Baquero Lazcano y Florencia Caruso. La
sentencia se dará a conocer el 30 de junio a las 18 hs en la sala de audiencias
de la Cámara Segunda.
La querella, constituida por la propia víctima
ahora de 23 años y con la representación del abogado Ivan Chelía, solicitó 20
años de prisión para el acusado. El procesado tiene actualmente 61 años y
reside en un hogar de tránsito de la ciudad de Buenos Aires aunque se trasladó
a Cipolletti para la realización de este juicio.
El abogado consideró acreditada la “materialidad
del hecho” y ponderó el crudo relato que realizó la víctima. La joven atestiguó
que comenzó a ser abusada a los 7 años cuando el imputado, amigo intimo de su
padre, empezó a frecuentar su casa. Luego el acusado invitaba a la niña a su
propia casa en Cipolletti y, en uno de esos episodios, también fue víctima el
hermano de la denunciante que por entonces tenía 12 años. La víctima dijo que cuando
ella tenía 12 años el procesado le quitó la virginidad y, finalmente, en el
último hecho, según el relato de la víctima, el acusado la interceptó en la vía
pública y la llevó por la fuerza a su domicilio. Utilizó un arma de fuego para
amenazarla, la obligó a aspirar una sustancia, le inyectó otra y la abusó. La
víctima escapó, le pidió ayuda a su novio y de denunció.
Al acusado se le imputan tres hechos ocurridos en
los años 2002, 2005 y 2011.
La querella acusó en el primer hecho por “abuso
sexual con acceso carnal en forma reiterada”, por el segundo hecho imputó
“promoción a la corrupción de menores agravada por ser menor de 12 años y por
la convivencia” y por el tercer hecho acusó por “abuso sexual con acceso
agravado por el uso de arma de fuego”.
El fiscal Marcelo Gómez afirmó que el imputado
sometió a la víctima “de manera sistemática y repetida”. Dijo que la víctima
“vivió un calvario durante más de 10 años de su vida”. Consideró que el procesado
se “aprovechó de su vulnerabilidad” y que su accionar tuvo “ribetes sádicos”.
El fiscal citó la carta que el imputado le envío a
la madre de la víctima donde “confiesa o pone en conocimiento de su situación
con la menor. Que la amaba y la deseaba sexualmente. También utilizaba su
adicción para justificar su accionar”. Continuó el fiscal: “siempre bajo
amenaza de divulgarlo. Esto provocó que siempre callara lo que pasó”. Sobre la
base de esas conclusiones el representante de la acusación pidió 15 años de
prisión por “abuso sexual reiterado agravado y por la promoción a la corrupción
de menores agravada por su condición de guardador”.
El defensor público Juan Pablo Piombo cuestionó la
prueba científica y afirmó que todas las pericias arrojaron resultados
negativos. Se refirió a las pericias de ADN y a los elementos secuestrados en
el interior del domicilio del acusado. Dijo que nunca secuestraron el arma que
se menciona. “A tal punto es poco creíble la existencia de la materialidad
ilícita de este tercer hecho que el juez de instrucción mando vista por el
sobreseimiento”, afirmó. Al mismo tiempo pidió la “absolución lisa y llana” por
el tercer hecho (el que comenzó en la vía pública y terminó en el domicilio del
procesado según la acusación).
También cuestionó las declaraciones testimoniales y
habló de algunas “inconsistencias” en los relatos.
Respecto de los otros dos hechos, dijo que uno
sucedió en Neuquén por lo que en Cipolletti no hay jurisdicción para juzgarlo.
Encuadró el periodo comprendido entre los 13 y los 16 años de la víctima y
mencionó que, en subsidio, debía aplicarse la figura del “estupro”. Pidió que
por este hecho “se le imponga el mínimo de la pena dado que no tiene
antecedentes”.
Finamente por el primer hecho, ocurrido en noviembre
de 2002, reclamó la absolución en orden al delito de “corrupción de menores”.
En subsidio pidió tres años de prisión en suspenso por los delitos de abuso
sexual agravado por la convivencia.
El martes, que fue el primer día de audiencias, el
imputado se abstuvo de declarar y luego se presentaron como testigos la
víctima, su padre y su madre.
En la segunda jornada, el miércoles, declaró el
hermano de la víctima, quién también figura como víctima en uno de los tres
hechos que se le imputan al procesado.
También prestaron testimonio el joven que al
momento de la denuncia era el novio de la adolescente y una amiga de la
infancia.
Posteriormente se incorporó toda la prueba por
lectura, se leyeron las conclusiones del examen médico y psicológico que se le
practicó al imputado y una carta que el acusado le escribió a la madre de la
víctima para el día de su cumpleaños.
El imputado llegó a juicio procesado por los
delitos de “abuso sexual con acceso carnal en forma reiterada agravado por
haber sido cometido a un menor de 18 años y aprovechando la situación de
convivencia, en concurso ideal con promoción de corrupción de menores agravada
por ser menor de 13 años y aprovechando la situación de convivencia”.