Este es, sin dudas, uno de los romances más inusuales del mundo animal. Una cerda y un canguro que viven en cautiverio en Australia parecen haber desarrollado una intensa relación sexual desde hace alrededor de un año.
El peculiar cruce de las especies fue descubierto por el investigador Ryan Frazer, de 28 años, quien estaba en un viaje de trabajo en el Territorio del Norte de Australia cuando él y sus colegas se detuvieron para estirar las piernas en la localidad de Aileron.
Pero lo que el grupo pensaba que sería una parada de rutina para ver una estatua gigante de un hombre indígena dio un extraño giro cuando vieron al canguro y la cerda -llamada Apple-.
Ryan tomó fotos de la pareja copulando, y en varias actitudes cariñosas.
El dueño de la granja, Greg Dick, le dijo a la BBC que los animales pasan mucho tiempo juntos y que llevaban tiempo “enamorados”, y que incluso ha visto al canguro dormir, abrazar y por supuesto tener relaciones sexuales con Apples. El nombre del canguro es una grosería en inglés y alude a la poderosa libido de ese marsupial.
Los expertos creen que el romance se debe a la situación de aislamiento a la que están sometidos estos dos animales.
“No es algo que ves con frecuencia, pero eso se debe a que se trata de una situación inusual. Estas son dos especies que están solas, y su única opción es entablar amistad con otro tipo de animal”, opinó Dereck Spielman, experto en comportamiento animal de la Universidad de Sidney, en declaraciones a la BBC.
Spielman también explicó que las cerdas emiten una feromona muy fuerte, que podría explicar la atracción de los canguros. Además, el animal está “programado” para quedarse quieto cuando siente una presión en la parte baja del lomo, lo que podría explicar la sumisión de Apples al canguro.
“Una vez que establecen una relación, probablemente ella (la cerda) se quedará junto al canguro, si se siente segura y cómoda (con el animal)”, agregó.
Por su parte, Mark Eldridge, jefe del departamento de investigación del Museo Australiano, señaló que los canguros criados en cautiverio suelen desarrollar un comportamiento atípico.
“Conozco otros casos donde canguros y otros marsupiales en cautiverio que dejan de verse como tales y consideran a otros animales como sus posibles parejas sexuales”, indicó.
En este caso, la pasión del canguro por Apples es tan poderosa que aunque el dueño de la granja ha intentado separarlos por una cerca, el marsupial la derriba para estar al lado de su amada.
De momento, el peculiar romance se ha convertido en toda una atracción en esa remota área australiana.
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