Una maestra del Jardín de infantes Nº 119 del
barrio Pichi Nahuel fue denunciada por agredir a dos alumnos de 4 años de la
salita azul. A un nene lo golpeó en la cabeza y a la nena la agarró de los
pelos para que tomara la leche. Según relataron las madres, las denuncias
policiales derivaron en la suspensión del cargo de la agresora.
Carina, una joven mamá de la ciudad, relató a que a principios de mayo su pequeño le contó que la maestra lo había
golpeado en la cabeza. "Creímos que no era algo grave, y lo dejamos
pasar", explicó. Relató que en los días posteriores el nene se resistía a
ir al jardín, lloraba y tenía miedo.
"El 4 de mayo me llamaron del jardín
para que me hiciera presente porque mi hijo se había orinado encima, y que
llevara ropa para cambiarlo. Cuando llego al edificio lo encuentro en el baño,
sentado en el inodoro con los pantalones bajos, y tenía toda la cola marcada
como si habría estado mucho tiempo allí", detalló la mujer.
Por las lesiones a simple vista, la joven decidió
concurrir a la Comisaría 32 del barrio La Paz, y la derivaron a la Unidad
Cuarta del centro por la jurisdicción del establecimiento educativo. Tras
varias horas esperando al oficial, decidió retirarse y volver al día siguiente.
"Al otro día las marcas en la cola ya no
estaban, y era imposible constatar las lesiones. Igualmente hice la denuncia
junto a otra mamá que relató una agresión contra su hija", expresó. Luego
fue citada por la Fiscalía para que se le realizara una cámara Gesell, en la
que no se pudo comprobar las lesiones. Según explicó, la notificación recibida
indicaba que "no podrán proceder dado a que el hecho no constituye delito
por faltas de pruebas, y la denuncia será desestimada".
La madre cuestionó que el niño estuvo solo durante
la cámara Gesell y la progenitora no pudo observar la prueba, ni siquiera contó
con asesoría legal.
A través del reclamo en el Consejo Provincial de
Educación tras una junta integrada por la supervisora y un equipo técnico, se
habría determinado la destitución del cargo de la docente y al niño se lo
trasladó a otra institución educativa. La coordinación local le ofreció
asesoramiento psicológico infantil a la familia.
Otro de los casos, el cual la madre no quiso hacer
público por más que existe una denuncia policial, consistió en una agresión contra
una nena de la misma edad. La maestra la habría agarrado de los pelos para
obligarla a tomar la leche que ofrecen como refrigerio.
Según trascendió, la madre evitó comentar la
agresión en los medios de comunicación porque la niña continúa asistiendo al
mismo establecimiento.
Preocupación: Jardines cada vez menos seguros
Los jardines de infantes, lugares en donde las
personas dejan a sus seres más preciados, se convirtieron en los últimos
tiempos en espacios cada vez menos seguros. El caso de esta maestra golpeadora
es uno de los tantos ejemplos. Pero hay casos más desgarradores aún, como el
del docente de música que abusó de sus alumnos en el establecimiento educativo
del barrio El Manzanar. Ese escándalo, que incluyó también una represión
policial de los familiares que quisieron linchar al abusador, conmocionó a la
región y provocó que dos jardines cerraran durante un tiempo sus puertas por la
presión social. Algo similar ocurrió en Barda del Medio, donde un profesor
manoseó a dos alumnas y las obligaba a que le tocaran los genitales. Así, los
establecimientos en los que los niños comienzan su educación formal se vuelven
cada vez menos seguros. (LMCIPOLLETTI)
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