A una mamá primeriza, de 18 años,
se le murió su beba por nacer cuando estaba de 36 semanas de embarazo, y tras
la pérdida irreparable que sufrió, denunció penalmente a dos ginecólogos del
hospital de Allen por mala praxis.
La denuncia judicial la radicó en
General Roca, el lunes pasado, y la Justicia ya solicitó al hospital su
historia clínica.
Uno de los médicos denunciados,
aseguró: "Esto no es mala praxis, pero si tienen dudas, me parece bien que
pidan explicaciones y sigan los pasos que tienen que seguir. No me parece justo
porque estamos para salvar vidas, no para matarlas. Pero no estoy enojado, y
entiendo. Capaz que yo, en su lugar, haría lo mismo".
"Si hay sospecha, que la
Justicia investigue y determine quién tiene razón, si ellos o nosotros",
sostuvo el jefe de los médicos del hospital de Allen. Aseguró que la beba ya
estaba muerta cuando recibieron a la mujer en el hospital.
El facultativo dijo que tenía una
doble circular del cordón umbilical que ajustaba su cuello, y no permitía el
paso del flujo sanguíneo, evidencia que constató con fotos.
"Por presión alta, no se
murió. La beba murió ahorcada, nosotros ya lo sabemos y no tenemos dudas de
eso", afirmó.
De acuerdo con los dichos de la
denunciante, Rocío Barrera, el embarazo iba bien, hasta que de un día para otro
le subió la presión mientras transitaba la semana 36. Fue en un control de
enfermería, cuando el personal se dio cuenta del problema y entonces decidió
dejarla internada tres días.
Eso ocurrió el pasado 19 de
abril, y en ese plazo recibió atención médica, le hicieron los controles, le
tomaron la presión, le dieron medicación y se sometió a varios análisis de
sangre y orina que, según la denunciante, dieron mal.
"El 21 me mandaron a mi casa
sin medicación, lo único que me indicaron fue que me controle dos veces por día
la presión, y eso fue lo que hice", contó.
Tal es así que, al día siguiente,
volvió a concurrir al hospital porque tenía 14/9 de presión, y la ginecóloga
que estaba de guardia escuchó que los latidos del corazón de su beba estaban
muy acelerados.
Barrera dijo que la profesional
le consultó a su par si la dejaban internada y la medicaban, pero a la
consulta, tal médico le respondió que no era necesario, que volviese a su casa
y regresara si no sentía a su criatura moverse en la panza.
Rocío advirtió que de allí se fue
sin tratamiento, y con el deber de hacer controles diarios, dos veces al día.
El 26 de abril, además, tenía que volver por un turno.
"Fui temprano, a las 8:20,
pero me atendió recién al mediodía, porque no recordaba que me había dado el
turno. Estuvo 20 minutos buscando el corazón de mi bebé, como no lo sentía, me
mandó a hacer una ecografía, y ya no se pudo hacer nada más", recordó la
denunciante.
Cuando preguntó por el motivo, el
médico le dijo que había fallecido por la circular del cordón umbilical. Pero
Rocío no cree que haya sido por eso, sino por la presión alta y la falta de
tratamiento. "No me dieron nada y los estudios estaban todos alterados. Ni
siquiera me ofrecieron la autopsia y le sacaron fotos al cuerpo sin mi
autorización", relató la joven.
Ese 26, que no olvidará más, fue
a una cesárea para la extracción del cuerpo; y ahora espera que la Justicia
haga algo.
Ahora, los peritos deberán
analizar los estudios médicos y determinar en forma contundente las causas de
la muerte del bebé, para que su madre -al menos- tenga una respuesta clara
sobre el triste desenlace de su embarazo. (LMCipolletti)