MURIÓ EL CAPO NARCO MÁS IMPORTANTE DE LA REGIÓN: HÉCTOR MONTECINO

Ayer murió, a los 48 años, Héctor Montecino, el capo narco más importante de la región. Padecía un severo cáncer en la cabeza y estaba internado en una clínica oncológica en Buenos Aires, a donde había sido trasladado por exclusivo pedido de su familia, ya que se encontraba en prisión en la vecina capital neuquina.

Los Montecino fueron un clan dedicado a la venta de drogas en diferentes ciudades de la región, de la que participaban varios integrantes de la familia, entre otros socios. Se estima que mensualmente manejaban alrededor de $7 millones.

Uno de los momentos de mayor notoriedad pública fue cuando se enfrentaron al por entonces intendente cipoleño Alberto Weretilneck. En medio de un tenso clima, tras la muerte del joven David Oliva, el actual gobernador de Río Negro inició una campaña para desterrar a la familia de la ciudad, acusándolos de liderar una banda narco y de ser responsables de una innumerable cantidad de delitos.

Pero los Montecino no sólo no se fueron sino que con el pasar del tiempo fueron acaparando, casi en exclusividad, el mercado del narcotráfico en el Alto Valle. Esto, principalmente, tras el sangriento asesinato de Luis Miguel Ayala (42), alias "el Cacha Pelada", en Allen, quien era su principal competidor en el negocio de la droga.

Pero el momento de esplendor de la banda llegó a su fin. En septiembre del 2011 la Policía de Neuquén, con la colaboración de sus pares rionegrinos, realizó una serie de allanamientos de viviendas pertenecientes a la familia Montecino y a algunos de sus más estrechos colaboradores. Como resultado, 16 personas quedaron detenidas y se secuestraron 172 kilos de marihuana y 20 de cocaína.

Sin embargo, Héctor, el capo de la banda, no fue capturado en ese momento sino que cayó finalmente unos meses después, en enero del 2012, en Catriel, luego de haber deambulado como prófugo por diferentes ciudades como Santa Rosa, Monte Hermoso y Bahía Blanca. En esta última localidad justamente fue donde tiempo después fue detenida su hermana y socia Ruth Montecino, quien aún hoy permanece tras las rejas.

A pesar de los duros golpes que recibió la organización delictiva y criminal liderada por este clan familiar, siguieron operando desde la cárcel.

Así fue que a un año del primer megaoperativo se realizó otro, solicitado por la Justicia Federal. En esta oportunidad, secuestraron 180 kilos de marihuana y $140.000, y varios integrantes de la banda fueron detenidos.

Ahora sí le habían dado el golpe final al clan Montecino, pero aún faltaba la voz de la Justicia. En noviembre del 2013 se llevó a cabo un juicio en el que los líderes de la organización mafiosa, Héctor Montecino y Sergio "Condorito" Dávila, fueron condenados a 15 años de prisión. Montecino ya tenía una condena a 18 años por una causa anterior.

Decadencia de la mafia

Ya este año, quien supo ser uno de los delincuentes más importantes, peligrosos y temidos de la región había caído en desgracia. Se encontraba alojado en la U9, en Neuquén, cuando se le detectó un complejo cáncer en la cabeza. En abril tuvo un complejo episodio en el que comenzó a convulsionar, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital Castro Rendón. Allí comprobaron que se le había generado una importante metástasis y que se estaba por quedar ciego, algo que finalmente ocurrió.

La familia pidió su urgente traslado a Buenos Aires para que continuara allí su tratamiento, pero la decisión se demoró algunas semanas. Cuando llegó a la capital, su salud no era la mejor. Compartió el hospital del Penal de Ezeiza con el empresario, también caído en desgracia, Lázaro Báez.
La Justicia finalmente decidió que, al quedar ciego, Montecino debía cumplir prisión domiciliaria. Sin embargo, nunca salió de la clínica en la que había sido internado y su cuerpo, ayer al mediodía, dijo "no va más".

Fue uno de los delincuentes más conocidos de la ciudad. Se estima que en su momento de esplendor manejaba alrededor de $7 millones mensuales.

Weretilneck, su enemigo público Nº 1

Después de múltiples denuncias, Alberto Weretilneck, cuando era intendente de Cipolletti, se puso al frente de una campaña para desterrar a la familia Montecino de la ciudad. Con planillas en diferentes edificios públicos, el hoy gobernador de Río Negro pretendía que los vecinos de la ciudad firmaran para impulsar una medida judicial inédita.

Apenas unos meses después, la Justicia Federal decidió elevar a juicio algunas causas que tenía contra el clan comandado por los hermanos Héctor y Ruth Montecino, pero luego quedó en la nada.
En aquel momento Weretilneck también denunció una red que le daba protección al clan Montecino, situación que quedó en evidencia en el operativo del 23 de septiembre de 2011, llevado adelante por la Policía neuquina en distintos barrios de Cipolletti, cuando los líderes de la banda se escaparon al contar con información previa. Luego se supo también que la prosecretaria del Juzgado Federal de Roca, Susana Ricci, alertaba al abogado defensor de los narcos, Juan Luis Vincenty, cada vez que se ordenaba un allanamiento.

Manejaba la banda desde la cárcel

Aunque Héctor Montecino fue atrapado en Catriel cuatro meses después de los allanamientos realizados en Cipolletti y Centenario, el capo narco continuó ligado al negocio y, lejos de desmantelar su organización, dentro de la Cárcel Federal U5 de Roca selló una alianza para seguir acaparando el mercado del narcotráfico en la región.

Fue capturado en enero de 2012, después de haber estado 100 días prófugo. Aunque en un primer momento estuvo en la U11 de Neuquén, a los pocos días pidió el traslado a la U5 de Roca, donde compartió lugar con otros narcos importantes.

Tal era la comodidad que tenía Montecino en la Colonia Penal roquense, que a los pocos meses comenzó a compartir la celda con un viejo conocido y colega: Sergio "Condorito" Dávila.
La alianza narco tardó muy poco en conformarse, y con su gente tras las rejas, aprovechó la organización que ya tenía Dávila. Montecino conseguía la marihuana, que llegaba de Paraguay o Buenos Aires, en tanto que su socio aportaba la cocaína.

Cuando la Justicia Federal tomó conocimiento, comenzaron a seguirlo de cerca y tras nueve meses de escuchas telefónicas, nuevamente fue la Policía neuquina la encargada de hacer 13 allanamientos en Cipolletti, Roca, Barda del Medio y Centenario, donde secuestraron 180 kilos de marihuana, 4 de cocaína, $140.000 y 12 vehículos que eran utilizados por la red para movilizarse y hacer las distribuciones en el Alto Valle.

En noviembre de 2013, por la Alianza fue condenado a 15 años de prisión que se sumaron a los 18 que tenía por la primera causa denominada Nacimiento. (lmcipolletti)

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