La Clínica Santa Catalina de esta ciudad vivía ayer
su peor momento ante el inminente cierre de la institución. “Ya no hay vuelta
atrás”, reconoció uno de los socios, y entre los 20 empleados que podrían
quedarse sin trabajo el desconsuelo era total. Anoche en una reunión se
resolvió mantener las puertas abiertas, pero sin garantizar por cuánto tiempo
más.
Si cierra la Clínica, esta ciudad quedará en un
escenario sumamente crítico. Es que el Sanatorio Allen, en manos del Sindicato
de la Fruta, no tiene internación y el hospital Ernesto Accame, que cuenta con
limitados y una infraestructura derruida, contará con un nuevo edificio en dos
o tres años más. El cartel que anuncia la obra en construcción fue puesto
recién ayer.
Fueron los mismos empleados de la Clínica Santa
Catalina los que ayer adelantaron que el único centro de salud privado de la
ciudad - que viene tambaleando económicamente desde hace ya varios años -
podría cerrar sus puertas. El diálogo con los médicos que componen la SRL los
llevó a esa comunicar esa lamentable noticia y empapelaron la fachada de la
Clínica con carteles para llamar la atención de la población. “Siento
indignación, estamos peor que nunca”, expresó una mujer mientras leía cada
cartel.
En la reunión de anoche de los socios de la Clínica
con la asesora legal de la empresa se hizo notorio que el cierre aparece como
una opción casi ineludible.
En horas de la tarde un camión se llevó del
interior del centro de salud la aparatología del área de Kinesiología, y según
contaron algunos empleados a este medio, también se retirarían los aparatos de
Radiología.
El último paro del personal, que reclamaba el pago
varios meses de sueldos adeudados y el aguinaldo, “dejó a la institución en la
lona”, señaló otro de los socios consultados.
Un abogado particular contratado por los empleados
interpuso una acción sumarísima en la Justicia y se embargaron todas las
cuentas. Al quedarse sin recursos económicos, la Clínica tuvo que suspender la
internación y la actividad del quirófano.
En los últimos meses, los pocos socios que le
pusieron “el hombro” a la Clínica trataron de evitar el cierre ofreciendo la
institución a diferentes empresas y gremios, según contó uno de los integrantes
de la SRL.
Hubo negociaciones frustradas con la Uocra Central,
con Ospepri y con Camioneros de Río Negro. La negociación estuvo más cerca de
concretarse con el Policlínico Modelo, pero puso como condición que los
empleados renuncien a su antigüedad, algo que fue rechazado por algunos
trabajadores y se cayó el acuerdo.
Los números del cierre
20 son los empleados que se quedarían sin trabajo
si se concreta el cierre de la Clínica de la ciudad.
300.000 pesos es la masa salarial de la Clínica
Santa Catalina, sin tener enc uenta las cargas sociales. (Río Negro)
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